Refuerzan la seguridad en zonas clave de Rosario tras el asesinato de “Pillín” Bracamonte
El barra fue trasladado a un cementerio luego de que las casas de sepelio rechazaran velar el cuerpo ante posibles desmanes y enfrentamientos; el gobierno busca evitar el recrudecimiento de la violencia y represalias por el crimen del jefe de la barrabrava de Central
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ROSARIO.– Menos de 48 horas después del crimen del jefe de la barra brava de Rosario Central, Andrés “Pillín” Bracamonte, el gobierno nacional y el provincial buscaron “marcar la cancha” ante la incertidumbre que generó la muerte de este personaje emblemático que va más allá del ambiente futbolístico. Por eso, reforzaron con efectivos fuertemente pertrechados determinados barrios y zonas puntuales en las que podría haber manifestaciones o, incluso, represalias por el homicidio del líder del paraavalanchas que aseguraba que si lo mataban “se va a prender fuego la ciudad”.
Los investigadores judiciales del crimen se mostraron activos, aunque las hipótesis del asesinato que sopesan son “múltiples”, por ahora. La información se da a conocer con cuentagotas, con el objetivo de no fogonear venganzas. Se sabe que actuaron tres sicarios, que Bracamonte y su histórico ladero, Daniel “Rana” Attardo, recibieron cinco tiros cada uno, y que los emboscaron en una bocacalle en la que, el sábado a las 21.45, estaba cortada la luz.
No fue sino hasta el lunes por la noche que el barrabrava pudo ser trasladado hacia un cementerio, luego de que por más de 36 horas las cocherías rechazaran velar el cuerpo ante posibles situaciones de violencia. Hasta entrada la tarde de este lunes, el cadáver de Bracamonte estaba en el Instituto Médico Legal, donde le practicaron una autopsia. El operativo de traslado estuvo fuertemente custodiado y por el momento se desconoce el destino final de Bracamonte.
Durante la mañana habían surgido varios rumores sobre el cementerio donde irían los restos de Pillín, pero ninguno se había concretado. El movimiento nocturno de la policía rosarina buscó evitar que el sepelio y el entierro del histórico líder de la barra de Central provocaran trastornos en la seguridad. Se temía que hubiera una multitud de hinchas en la procesión y que se desataran disturbios. Por eso, la información sobre los restos de Bracamonte se guarda con recelo.
Tanto el ministro provincial de Seguridad de Santa Fe, Pablo Cococcioni, como la secretaria nacional de Seguridad, Alejandra Monteoliva, buscaron llevar tranquilidad y expresaron que el objetivo era reforzar la presencia de fuerzas federales y provinciales en lugares donde pudiera haber enfrentamientos o conflictos.
Una de esas zonas “rojas” está en el norte de la ciudad, específicamente en el barrio 7 de Septiembre, lugar donde tiene presencia la banda de Los Menores, un grupo criminal que figura entre los posibles –aunque no el único– autores del doble crimen, según los investigadores.
En la entrevista que publicó este domingo LA NACION, el propio Bracamonte atribuyó a esta banda el intento de asesinato que había sufrido en agosto pasado en el parque Alem, luego del clásico entre Rosario Central y Newell’s, cuando el barrabrava fue herido de tres balazos.
El trasfondo es mucho más vasto que el simple control del paraavalanchas: está relacionado con la entrada a las tribunas del Gigante de Arroyito de una banda dedicada activamente al narcomenudeo y otros delitos conexos, según estiman calificados investigadores.
Datos de la pesquisa y dudas sobre el alumbrado público
Alejandro Ferlazzo, fiscal a cargo de la causa, advirtió que “las hipótesis de trabajo son múltiples” y que, de hecho, “han surgido distintas investigaciones judiciales sobre la situación de Andrés Bracamonte que exceden el manejo de la hinchada de Rosario Central, es decir, que esto se extiende a otros posibles negocios ilícitos”. Uno de esos “negocios ilícitos” es el narcotráfico, rubro al que, precisamente, se dedican Los Menores.
En conferencia de prensa, Ferlazzo confirmó que la reconstrucción del doble crimen ubica a tres agresores en el lugar, al que llegaron a pie y de donde se retiraron tras efectuar al menos once disparos de armas calibre 9 milímetros.
Ferlazzo remarcó que a la hora en la que ocurrió el crimen la luz de calle estaba cortada. Constató que el alumbrado público se enciende a las 20 y que la noche del doble crimen la luz volvió cerca de las 0.50. “Hemos pedido informes para ver cuál fue el desperfecto, puede ser un desperfecto normal que haya sido aprovechado por los autores para efectuar el ataque en ese lugar, pero no descartamos otras hipótesis”, sostuvo.
Pese a la falta de alumbrado público, el investigador aclaró que las cámaras que hay instaladas en la zona funcionaban. “Las hemos ido recopilando, es un proceso arduo que seguimos realizando”, remarcó. “Ayer por la tarde, desde el club Rosario Central se informó que tanto en este partido, donde ocurrió el hecho, como en el anterior, no tienen ningún registro fílmico ni externo ni interno propio del club”, agregó.
Además, el fiscal convocó a quienes hayan presenciado el ataque a que se presenten en la fiscalía para dar testimonio. “Hubo muchísimos testigos presenciales porque era una zona muy poblada de gente por la salida de la cancha. Llamamos a la colaboración, sabemos que circularon muchos audios, personas que han visto. El llamado a que se presenten a colaborar tiene que ver con poder precisar cuestiones propias de la mecánica del hecho y garantizando la extrema reserva y seguridad para que nadie se sienta atemorizado”, aclaró.
A la par de la investigación, desde los gobiernos nacional y provincial implementaron medidas de prevención ante la posibilidad de que surjan venganzas tras el crimen del jefe de la barra. “El mismo sábado a la noche se conformó una mesa específica de trabajo, el domingo por la mañana ya estuvo acá todo el equipo completo del Ministerio de Seguridad de la Nación, en el marco de la colaboración que venimos haciendo y trabajando en una acción operativa conjunta, revisando el despliegue, garantizando la prevención y reforzando zonas”, detalló en rueda de prensa la secretaria Monteoliva.
La funcionaria confirmó que, en el marco del Operativo Bandera y en coordinación con el gobierno de Santa Fe, se definió ampliar las zonas de trabajo de los agentes federales en la ciudad, aunque, por ahora, sin sumar refuerzos. “Si es necesario se va a incrementar la cantidad, lo que sí hemos hecho es ampliar zonas, mejorar la distribución de ese despliegue y ampliar el patrullaje”, apuntó.
Consultada sobre si el asesinato del jefe de la barra de Rosario Central podría generar una nueva escalada de violencia en la ciudad, Monteoliva fue clara: “No vemos un recrudecimiento, lo que buscamos es garantizar la prevención. Se ha llegado a un punto en la ciudad de Rosario y no es la intención bajar los brazos”.
A su turno, el ministro Cococcioni dijo que desde un primer momento estuvo en contacto con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y estaba coordinando el trabajo con Monteoliva y con la fiscalía. Junto a las fuerzas policiales provinciales y federales tuvieron una reunión donde el objetivo primario fue poner a disposición de la Justicia todos los recursos necesarios para esclarecer el doble homicidio.
Cococcioni dijo que no hay que minimizar el hecho y sus implicancias, por eso se trabajó desde un primer momento en reajustar el despliegue de las fuerzas. “Reformular algunas zonas para poder anticiparnos y prever posibles repeticiones”, explicó.
“Vamos a poner todo lo que esté a nuestro alcance desde Nación, la provincia y el municipio para evitar que este hecho sea utilizado para instalar un regreso al pasado. Nos costó mucho salir de una dura situación, cerramos los dos años anteriores con casi 300 homicidios dolosos en la ciudad y vamos a cuidar al máximo lo logrado en estos 11 meses con el trabajo en conjunto para que los rosarinos puedan viviendo tranquilos”, aseguró.
Si bien dijo que no descartan ninguna hipótesis, sostuvo: “Acá lo que hubo fueron otras situaciones que se tendrán que esclarecer. Había una persona que fue objeto de 29 atentados en su vida y la verdad es que estaba hasta con muy pocas medidas de autopreservación, hasta diría mostrándose, repitiendo sus rutinas una y otra vez, pese a que tenía prohibición de ingreso a los estadios, con lo cual policialmente no vemos que el hecho pudiera haberse previsto. Sí ahora debemos trabajar muy fuerte con nuestros recursos para esclarecer el crimen y reformular y seguir reforzando la prevención en la calle, que es lo que nos va a dar tranquilidad y evitar cualquier especulación sobre un rebrote de violencia”.
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