El fiscal había pedido prisión perpetua: un jurado popular absolvió al único acusado por la muerte de Cecilia Basaldúa
El veredicto apoyó la posición de los querellantes, que evitar responsabilizar a Lucas Bustos por el asesinato en Capilla del Monte
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CÓRDOBA.- El femicidio de Cecilia Basaldúa, la mujer de 36 años que fue violada y asesinada en Capilla del Monte en abril del 2020, sigue sin tener culpables. El jurado popular absolvió a Lucas Bustos, el único imputado. El fiscal había pedido una pena de prisión perpetua.
En los Tribunales de Cruz de Eje se dio la particular situación de que las querellas de la familia de la víctima y la de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación pidieron la absolución del imputado. El fiscal Sergio Cuello, en cambio, sostuvo la acusación por abuso sexual con acceso carnal y homicidio doblemente calificado por violencia de género.
La joven estuvo desaparecida 17 días hasta que encontraron su cadáver. Por el crimen, el único imputado -quien llegó preso al juicio y quedó en libertad hace dos semanas- fue Bustos. La familia de la víctima nunca creyó que fuera el asesino. Coincidieron en ese punto los querellantes y la defensa del acusado.
Susana Reyes, la madre de Basaldúa, repitió antes de la audiencia final que “no hay pruebas contra Bustos, nunca las hubo; la fiscalía decía que había múltiples pruebas, pero nunca las presentó en este juicio”. El padre de la víctima no escuchó el veredicto que tanto había reclamado, ya que fue expulsado de la sala. Pero celebró el fallo que liberó al albañil que había sido acusado por el homicidio de su hija.
“Se hizo justicia doblemente porque no se condenó a un inocente y porque mi hija va a tener una segunda oportunidad para que se esclarezca el asesinato”, dijo a Télam Daniel Basaldúa, padre de la víctima, luego de escuchar el veredicto.
Por su parte, la madre de la víctima se mostró “muy conforme” con la decisión del jurado, ya que “ha puesto fin a un mamarracho judicial que solo pretendía condenar a un inocente para la impunidad de los verdaderos responsables”.
Y agregó: “Me dio vergüenza ajena ver cómo nos mentían en la cara la gente que declaraba y también sentí lo mismo de los jueces que maltrataron a nuestra abogada. Había mucha discriminación de género, algo que no tendría que pasar en este tiempo”.
En una de las últimas audiencias antes de la sentencia, la querella a cargo de la abogada Daniela Pavón había aportado una nueva prueba que evidenciaba irregularidades en la investigación realizada por la fiscalía, a la vez que permitía formular nuevas hipótesis sobre el femicidio.
Los dueños de una casa cercana al basural donde se encontró el cuerpo de Basaldúa realizaron una denuncia el 15 de mayo del 2020 respecto de que en la vivienda encontraron cosas revueltas y rastros de sangre. La fecha de la denuncia fue 20 días después de que se hallara a la víctima y se acusara a Bustos.
El fiscal reconoció en su alegato que el pedido de prisión perpetua por “abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa y homicidio doblemente agravado criminis causa y por mediar violencia de género” se sustentaba en el reconocimiento del hecho que supuestamente había hecho el albañil, de 25 años, al ser capturado por la policía cordobesa. Para la fiscalía resultó siempre válido el relato de los uniformados sobre la presunta autoincriminación que habría realizado Bustos.
En sus palabras finales, el fiscal Cuello destacó que “la prueba contundente es la confesión” del crimen que Bustos realizó ante la policía, la cual “no está puesta en dudas”, ya que el imputado “nunca dijo que fue apremiado” para declararse culpable del femicidio sino que “lo hizo voluntariamente”.
Por su parte, Daniela Pavón, la abogada que representó a la familia de la víctima, cuestionó con dureza el pedido del fiscal y, en cambio, exigió la absolución de Bustos. Finalmente, el jurado popular compartió esa posición, que también había sido sostenida por el letrado Gerardo Battistón, que representó la querella encabezada por la Secretaría de DD.HH.
Para la abogada Pavón, la deficiente investigación del homicidio entregó “dos años de ventaja a los verdaderos asesinos”.
En su pedido de absolución, había indicado que “las pruebas indiciarias mencionadas por el fiscal no son suficientes” y solicitó que se “remitan las actuaciones para que se realice una nueva investigación”.
El caso
Basaldúa, a mediados de marzo del 2020, les dijo a sus padres que iría a Capilla del Monte, a la casa de una amiga. Pero en el comienzo de la pandemia y los temores que empezaban a dispersarse en la sociedad, esa persona cambió de opinión cuando Basaldúa llegó al lugar. “No vendrás a traer el bicho”, le dijo, en referencia al Covid-19. Entonces, Basaldúa no se hospedó con esa mujer.
Fue vista por última vez el 5 de abril, cuando pasó por una casa para pedir agua. Había sido albergada en la casa de Mario Mainardi, quien tres días después de que la mujer desapareció llamó al padre y a una prima de su invitada –sacó los contactos del teléfono móvil que había quedado en la vivienda– y les dijo que esta había tenido un “ataque psicótico” y que se había ido. La familia denunció la desaparición apenas recibió esa llamada.
Hay un audio de 16 minutos con el relato de una mujer que se presentó como María y contó que la noche del 4 de abril de 2020 fue a una fiesta en la casa de Mainardi. Aseguró que allí le presentaron a Cecilia, a Viviana “la Rasta” Juárez y a un “tal” Ramón. “Tomamos mucho y alrededor de la 3 me sentía mareada –explicó en ese audio–., entonces Mainardi me ofreció descansar en su habitación. A las 5 me despertó una discusión”. Ese mensaje fue clave para que la familia no creyera que Bustos era culpable.
Las médicas forenses declararon que el cuerpo no tenía ningún rastro de mordeduras o ataques de alimañas, “lo cual resulta extraño si se sostiene que el cuerpo siempre estuvo a la intemperie”. Sin embargo, no pudieron determinaron si la habían asesinado en el basural o si el cadáver había sido trasladado desde una escena primaria del crimen.
El inquilino del lote donde se encontró a la víctima, Walter Luna, dijo que cuatro días antes del hallazgo había pasado por ese lugar y que “no había nada”. La investigación desestimó su testimonio. Y ahora se llegó a este veredicto de absolución que vuelve el caso a su punto inicial, sin datos sobre lo que pasó con la mujer que buscaba un destino mejor en Capilla del Monte.
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