El femicida de las 113 puñaladas. Nueva condena a Fabián Tablado: esta vez, por violar dos perimetrales
La Justicia de San Isidro lo sentenció por acercarse a menos de 500 metros del lugar de trabajo de Edgardo Aló, padre de Carolina, la chica de 17 años a la que el acusado asesinó en 1996; también resultó culpable por tomar contacto directo con sus hijas mellizas, algo que tenía vedado; la pena máxima por el delito de “desobediencia” es de un año, por lo que el imputado recuperará su libertad el mes próximo
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La Justicia de San Isidro dictó esta tarde “veredicto condenatorio” para Fabián Tablado, el femicida que en 1996 asesinó de 113 puñaladas a su novia Carolina Aló, por violar en octubre de 2020, cuando ya había recuperado la libertad por haber cumplido su sentencia, dos restricciones perimetrales que se le había impuesto y que le prohibían acercarse a sus hijas mellizas y Edgardo Aló, padre de la víctima del femicidio que cometió, informaron hoy fuentes judiciales.
El juez en lo Correccional N°6 de San Isidro, Hernán Sergio Archelli, adelantó su decisión de condenar a Tablado en este juicio al que llegó acusado del delito de “desobediencia reiterada (dos hechos)”, luego de que el fiscal de juicio Diego Callegari solicitara para el imputado una pena de un año de prisión efectiva.
Esa pena se cumplirá el mes próximo, ya que Tablado fue arrestado por la violación de las perimetrales el 16 de diciembre del año pasado. Está preso en la Unidad 46 de San Martín.
En el requerimiento de elevación a juicio, el fiscal de Rincón de Milberg Sebastián Fitipaldi había dado por acreditado que “el día 19 de octubre del 2020 entre las 15.20 y las 17 aproximadamente, el imputado se desplazó caminando por el puente Sacriste, ubicado en Av. Libertador San Martín cruzando la calle Lavalle de la localidad y partido de Tigre”.
Tablado quedó grabado por las cámaras de Tigre caminando junto a sus hijas mellizas por ese puente, con barbijo, lentes oscuros, bermuda y una remera azul.
El fiscal señaló que desobedeció e hizo caso omiso a la resolución dictada por la jueza de Familia N°2 de Tigre, Silvia Sendra, en la que se le prohibía acercarse a menos de 500 metros del domicilio o —como en este caso—, el lugar de trabajo del denunciante Aló, en la Dirección Nacional de Migraciones de Tigre, ubicada a 150 metros de donde Tablado pasó caminando.
Pero a Tablado le imputaron un segundo hecho de desobediencia porque la misma jueza también le había impuesto otra perimetral que lo obligaba a usar una tobillera electrónica, para que no se acerque a menos de 300 metros de su exmujer, Roxana Villarejo —con quien se casó en la cárcel en 2007, luego se separó y amenazó de muerte, hecho que le valió una segunda condena—, y que también incluía a sus hijas.
Según la fiscalía, de esa disposición que también suspendía el contacto con sus hijas, Tablado había sido notificado un día antes de violarla.
Al ser indagado, Tablado se defendió diciendo que solo le habían notificado los domicilios particulares de Aló y sus parientes, pero que desconocía cuál era el laboral de su exsuegro, y también dijo que ese 19 de octubre, el encuentro con sus hijas se dio de común acuerdo con su exmujer, con quien dijo tener una “excelente relación”, y con la supervisión de su suegra.
En mayo pasado, en esta misma causa, la Cámara de Apelaciones de San Isidro le negó al imputado el arresto domiciliario con monitoreo de tobillera en la casa de sus padres en Tigre o en la de su nueva pareja, una joven que vive en la ciudad cordobesa de Bell Ville y a quien nunca vio en persona, sino solo de manera virtual.
El crimen de Carolina Aló, de 17 años, uno de los casos más resonantes de la historia criminal argentina, ocurrió el 27 de mayo de 1996 en la casa de la familia Tablado, en la calle Albarellos 348 de Tigre, donde la joven fue asesinada de 113 puñaladas tras una discusión.
En 1998 Tablado fue condenado a 24 años de prisión por “homicidio simple”, pero en 2013 sumó la segunda condena por amenazar a su exmujer y su exsuegra y se le unificó una pena única de 26 años y seis meses que debía agotarse a fines de 2022.
Por el beneficio de la derogada Ley del “2x1″ y los cursos que hizo en prisión como “estímulo educativo”, el cómputo de la condena se le redujo y la pena se le dio por concluida el 28 de febrero de 2020, cuando abandonó la Unidad 21 de Campana, se fue a vivir a la misma casa de Tigre donde hace 24 años cometió el femicidio y luego, en diciembre, fue detenido por esta causa.
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