El doloroso recuerdo de la Masacre de Carmen de Patagones
El 28 de septiembre de 2004, Rafael Junior Solich, por entonces de 15 años, mató a tres compañeros de colegio e hirió a otros cinco; se desconoce dónde está él y su familia
El episodio que conmueve por estas horas a Merlo, donde un chico de 16 años abrió fuego en medio del aula del colegio donde estudia, parece volver el tiempo atrás nueve años, a la Masacre de Carmen de Patagones. Rafael Junior Solich tenía 15 años aquel 28 de septiembre de 2004 cuando mató a tres compañeros de colegio e hirió a otros cinco.
Judicialmente, el caso parece estar actualmente en una zona incierta. Hasta septiembre pasado, la justicia federal de Bahía Blanca había dado por decaída la citación del autor de la masacre y de su familia por no haber podido, desde el 4 mayo de 2006, dar con su paradero.
El destino de Junior -que fue tutelado hasta 2010 por el área de Niñez de la provincia de Buenos Aires- hoy se sigue desde el Juzgado de Familia N° 4 de La Plata, a cargo de la jueza Silvia Mendilaharzo, donde tramita una causa abierta en 2010 -cuando Junior cumplió 21 años-, que tiene carácter "reservado".
Aquella mañana
"Hoy va a ser un lindo día", dicen que dijo Junior antes de extraer la pistola Browning calibre 9 milímetros de su padre y disparar, sin pausa, sobre sus compañeros de 1er año B de la Escuela Media N° 2 Islas Malvinas de Patagones, ciudad en el extremo sur bonaerense, a 1100 kilómetros de la Capital Federal.
La tragedia se desató luego de las 7.30. Tras izar la bandera en el patio de la escuela, los chicos se dirigieron a sus cursos. Lo que parecía un martes más se convirtió, en pocos minutos, en un verdadero caos. Junior entró a clase, se paró junto a su pupitre, el primero al lado de la puerta, y no paró de disparar: agotó los trece tiros del cargador de la pistola reglamentaria de su padre. Tres chicos murieron: Sandra Núñez, Evangelina Miranda y Federico Ponce. Otros cinco sufrieron heridas de distinta gravedad.
El resto de los 29 alumnos del curso -de entre 15 y 16 años- entró en pánico. Unos se tiraron al piso y otros, como pudieron, intentaron huir. Unos corrieron hacia la biblioteca, otros hacia la salida.
Junior sacó el cargador vacío, que quedó tirado en el aula, e intentó colocar un segundo cargador y salió al pasillo. Dante Pena, uno de los mejores amigos de Junior, se le abalanzó gritando: "¡Qué hiciste!". Y junto con otros compañeros logró arrebatarle el arma.
En estado de shock, el chico comenzó a caminar hacia la salida y allí fue interceptado por la policía que había llegado al lugar alertada por las autoridades de la escuela, a la que concurren unos 400 estudiantes. No se resistió y lo detuvieron. Entre sus pertenencias tenía un tercer cargador y una cuchilla de campamento.
Horas después de la masacre, el adolescente fue trasladado a Bahía Blanca, donde declaró ante la Justicia. Estaba lúcido, consciente de sus actos y confesó allí que en el último tiempo había tenido problemas con su padre, un suboficial de la Prefectura Naval.
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