El crimen del colectivero. Un ADN sin dueño y un arma “fantasma”, las únicas pruebas que sobreviven en la investigación
El perfil genético fue hallado en la pistola Beretta calibre .40, encontrada a 30 metros de la escena del crimen; los peritajes determinaron que esa arma no fue usada para matar a Daniel Barrientos ni en el tiroteo con el oficial de la Policía de la Ciudad
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Tras la liberación de los dos sospechosos que habían sido detenidos horas después del homicidio del chofer de la línea 620 Daniel Barrientos, ocurrido el 3 de abril pasado en el barrio Vernazza, de Virrey del Pino, partido de La Matanza, un perfil genético sin dueño y un arma fantasma son las únicas pruebas que sobreviven en la investigación.
Al revisar la pistola Beretta calibre .40 hallada a treinta metros de la esquina de Bernardino Escribano y Cullen, los peritos de la División Policía Científica hallaron restos de tejido hemático. Al analizar esas muestras, los técnicos aislaron un perfil genético completo. La cadena de valores de esa muestra no coincidió con la de los ADN de los primeros sospechosos acusados por el homicidio, los primos Alex y Gabriel Barone, de 19 y 24 años, respectivamente.
Este estudio fue una de las pruebas que fundó la decisión del fiscal de Homicidios de La Matanza, Gastón Duplaá, de no solicitar la prisión preventiva de los Barone, que fueron liberados ayer, aunque siguen vinculados al proceso. También había dado negativo el dermotest al que ambos habían sido sometidos para saber si habían disparado un arma de fuego recientemente.
La pistola Beretta, con número de serie A-33075-M, que había sido robada el 20 de enero pasado, en Morón, tampoco fue usada para matar a Barrientos. Los peritajes balísticos concluyeron que el proyectil deformado encontrado en un parante del habitáculo del interno 87 de la línea 620, al costado del asiento de Barrientos, podía ser sometido a un estudio comparativo.
Dicho estudio se realizó en el denominado “gran comparador”, el microscopio que se utilizó para confrontar las estrías de la bala que mató a Barrientos con las de un proyectil testigo disparado con la Beretta calibre .40, encontrada frente a una casa situada en la calle Cullen.
Los técnicos balísticos concluyeron que la mencionada pistola no fue disparada contra Barrientos. Hasta el momento, los investigadores del asesinato no determinaron quién usó esa arma la madrugada que mataron al colectivero.
La pistola ni siquiera fue disparada en el tiroteo con el oficial de la Policía de la Ciudad Carlos Martín Bellido, que viajaba como pasajero en el interno 87 de la línea 620. Al revisar la pistola, los peritos determinaron que “tiene su cargador colocado con 10 proyectiles y una en la recámara del mismo calibre”.
A Barrientos lo mataron de un tiro de calibre .40; el proyectil lo atravesó a la altura del pecho. Según el peritaje balístico. Descartada la Beretta hallada a treinta metros de la escena del crimen, ahora se deberá reanudar la búsqueda del arma homicida.
Horas después del homicidio del chofer de la línea 620, los investigadores policiales informaron que la pistola Beretta con número de serie A-33075-M “había sido arrojada por los malvivientes que mataron a Barrientos durante un robo”. No obstante, casi un mes después del homicidio, los peritajes pusieron un manto de dudas sobre el origen de dicha pistola.
“Si no fue usada para matar a Barrientos y no se utilizó en enfrentamiento con el efectivo de la Policía de la Ciudad que persiguió a los agresores después que le dispararon al colectivero, parecería que estamos ante un arma fantasma”, dijo a LA NACION una calificada fuente de la investigación.
A partir de la liberación de los primos Barone por falta de pruebas para procesarlos con prisión preventiva, los policías a cargo de la pesquisa comenzaron a tratar de identificar a los sospechosos cuyos sobrenombres fueron aportados por uno de los dos detenidos por el robo del Fiat Siena utilizado por los atacantes del colectivo.
La secuencia del hecho
Barrientos fue asesinado el 3 de abril pasado, minutos después de las 4.30. En cuanto subieron al colectivo, en la parada situada en el cruce de Bernardino Escribano y Cullen, del barrio Vernazza, los asaltantes amenazaron con armas a los pasajeros y les exigieron que entregaran los celulares.
Luego, uno de los asaltantes le disparó un balazo a Barrientos, quien cayó sobre el volante y murió en el acto.
En ese momento, uno de los pasajeros se identificó como integrante de la Policía de la Ciudad, descendió del colectivo y comenzó a perseguir a los asaltantes. Así se produjo un tiroteo en el que se dispararon 16 balazos.
La cámara de seguridad de un vecino registró el momento en que los ladrones huyeron hasta la esquina en la que los esperaba un cómplice en el Fiat Siena, patente AA-185-NL.
El vehículo fue hallado incendiado en la esquina de Guanabara y Fortín Yunca, a pocas cuadras de la escena del crimen. Hasta ese lugar, los policías siguieron la señal del celular que le habían robado a una pasajera que viajaba en el colectivo que conducía Barrientos, a quien, además, le sustrajeron una mochila rosa.
Esa mochila apareció grabada por una cámara de seguridad que registró a los dos agresores cuando huían de la escena del crimen. Sin embargo, dicho objeto no fue encontrado en poder de ninguno de los dos sospechosos que habían sido detenidos horas después del homicidio.
Aunque la pasajera, dueña de la mochila, señaló a uno de los primos Barone como uno de los asaltantes que subió al colectivo y la amenazó con un arma, el fiscal consideró que las pruebas científicas no colocaban a los sospechosos en el interno 87 de la línea 620 en el momento en el que mataron a Barrientos.
Críticas de la UTA
Ayer, luego de que se conociera la liberación de los Barone, únicos detenidos en el caso, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) emitió un crítico comunicado firmado por el secretario general del gremio, Roberto Carlos Fernández.
“Con total consternación vemos una nueva señal de que no es tiempo para la justicia y de que nuestro compañero Daniel Barrientos no descansará en paz. En efecto, dos jóvenes de 19 y 24 años acusados del crimen del colectivero Pedro Daniel Barrientos, asesinado en circunstancias aún por aclarar, mientras manejaba el interno de la Línea 620 en Virrey del Pino el pasado 3 de abril [fueron liberados]. La decisión la tomó el fiscal que investiga el caso, Gastón Duplaá, este martes, al no pedir la prisión preventiva para los dos sospechosos, por lo que no hay detenidos por el asesinato del chofer, que derivó en una protesta de los trabajadores y la agresión al ministro de Seguridad de la Provincia, Sergio Berni, producto del estado de shock que los trabajadores sufrían, al ver un compañero más asesinado.
“No nos corresponde juzgar, pero sí saber lo que sucede, qué pasa. Los detenidos, si son sospechosos, deberían continuar detenidos, y si no lo son, ¿dónde están los autores? Una vez más tenemos que preguntarnos ¿JUSTICIA PARA CUÁNDO?
“El Estado, en sus diversos estamentos y poderes, tiene que brindarnos a todos seguridad, y cuando eso falla y la inseguridad reina y se comete un crimen, la Justicia debe actuar aprehendiendo y condenando al culpable. Dolorosamente, debemos decir que toda la cadena falla; sufrimos como trabajadores los crímenes y no se aprehende ni se condena a los culpables. Sin ello, no es viable ningún proyecto de sociedad. Policía y Justicia están para cuidar al ciudadano, no para abandonarlo, ya que, una vez más, estamos velando al compañero Barrientos y a tantas otras víctimas de un sistema que no funciona”.
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