El crimen de Lucio Dupuy. “Es difícil detectar situaciones de violencia”, la afirmación de una testigo en el juicio político
María Gabriela Sanz es trabajadora social y declaró como testigo en el jury donde se debate si la jueza de Familia, Niños, Niñas y Adolescentes de General Pico, Ana Clara Pérez Ballester, y la asesora de Niños, Niñas y Adolescentes Elisa Alejandra Catán, incurrieron en mal desempeño en la tramitación del expediente relacionado con el cuidado parental del niño asesinado a golpes en La Pampa
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Fueron testimonios coincidentes en el concepto, solo se diferenciaron por las palabras utilizadas. Una, la trabajadora social María Gabriel Sanz, sostuvo que “es difícil detectar situaciones de violencia latente” y la psicóloga María Cecilia Sala afirmó “no es sencillo detectar situaciones de violencia latente”.
Sanz y Sala integran el equipo técnico del Juzgado de Familia, Niñas, Niños y Adolescentes N° 1 de General Pico desde hace más de 20 años y hoy declararon como testigos en el juicio político donde la jueza Ana Clara Pérez Ballester y la asesora de Niños, Niñas y Adolescentes Elisa Alejandra Catán están acusadas de “mal desempeño” en la tramitación del expediente relacionado con el cuidado parental de Lucio Dupuy, el chico de 5 años asesinado a golpes en Santa Rosa el 26 de noviembre de 2021, hecho por el que la madre del niño, que había recibido la tutela del menor, y su pareja, fueron condenadas a prisión perpetua.
“Es difícil detectar situaciones de violencia latente. Nosotros tomamos en cuenta [para los informes] los antecedentes y las consultas con otros organismos. Los informes socio-ambientales los hacemos a través de entrevistas en los domicilios y en el tribunal. No realizamos seguimientos de las familias”, sostuvo Sanz ante el Jurado de Enjuiciamiento, integrado por el ministro del Superior Tribunal de Justicia Fabricio Luis Losi –a cargo de la presidencia–, las diputadas María Silvia Larreta y María Andrea Valderrama Calvo y las abogadas María Natalia Gaccio y Silvina María Garro.
El debate, que comenzó el martes pasado, se realiza en la sala de sesiones de la Cámara de Diputados de La Pampa.
“No es sencillo detectar situaciones de violencia latente. Yo hago sugerencias respecto a la persona evaluada y, para realizar el informe, necesito cuatro o seis entrevistas, dependiendo de la conflictividad del caso. Actualmente, son pocos los casos donde se hacen informes psicológicos. Trabajamos con informes psicosociales”, sostuvo Sala durante su declaración.
En la audiencia de hoy declararon diez testigos. “La escucha del niño no es una regla general, sino que se analiza en cada caso concreto”, explicó la jueza Alejandra Campos, a cargo del Juzgado de Familia, Niñas, Niños y Adolescentes N° 2 de General Pico. Hasta su suspensión, Pérez Ballester conducía el Juzgado de Familia, Niñas, Niños y Adolescentes N° 1 de General Pico.
“No en todos los casos se escucha al niño. El criterio de escucha, más que las condiciones del niño, tiene que ver con su necesidad y su utilidad para resolver el conflicto. A veces la prueba de la escucha puede suplirse en forma indirecta, por ejemplo, por medio de un informe de un psicólogo. Incluso, cuando los niños y niñas son pequeños, es el último recurso. Lo determinante para disponer una escucha es si es necesario. Ese es el parámetro determinante y no la edad”, dijo María Laura Maccione, secretaria del Juzgado de Familia, Niñas, Niños y Adolescentes N° 2 de General Pico, quien también declaró como testigo.
Las testigos hicieron referencia “a la escucha” del niño, porque justamente es uno de los fundamentos de la acusación, a cargo de la Procuración General de La Pampa.
“No se escuchó al niño, pese a que (en ese momento) era aún más importante, ya que Lucio tenía cuatro años, y se avizoraba una conflictividad familiar, aunque no hubiera indicadores de violencia”, sostuvo el fiscal general Guillermo Sancho en el alegato de apertura del jury.
El 2 de julio de 2019, la jueza Pérez Ballester le entregó la tutela de Lucio a la tía política del niño, Leticia Noemí Hidalgo, porque la madre, Magdalena Espósito Valenti, no estaba en condiciones económicas de mantenerlo. Todo fue de común acuerdo y, en ese momento, no surgieron situaciones de violencia.
Lucio, de tan solo cinco años, fue asesinado a golpes el 26 de noviembre de 2021, en Santa Rosa La Pampa. Espósito Valenti y su novia, Abigail Páez, fueron condenadas a la pena de prisión perpetua.
“Tengo mucho remordimiento, mucha culpa de poder haber hecho algo más, pero nunca me imaginé” lo que iría a pasar”, había dicho Christian Dupuy, padre de la víctima, el martes pasado cuando declaró como tetsigo.
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