El crimen de Lucio Dupuy. Careo entre el abuelo de la víctima y su abogado en el jury contra una jueza y una asesora
Mañana también comenzarán los alegatos de las partes en el proceso por presunto mal desempeño de las funcionarias que intervinieron en el trámite de la tutela del niño un año antes de que fuera asesinado por la madre y su pareja
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LA NACION
El jury contra una jueza de Familia y una asesora que intervinieron en el trámite de tutela de Lucio Dupuy, el niño asesinado en 2021 en La Pampa por su madre y la pareja, ya condenadas a prisión perpetua, continuará mañana con un careo entre el abuelo de la víctima y su abogada, y, luego, los alegatos.
Luego, el jurado pasará a un cuarto intermedio hasta el viernes próximo, cuando dará el veredicto.
Las acusadas son Ana Clara Pérez Pérez Ballester, titular del Juzgado de la Familia, Niñas, Niños y Adolescentes N°1, y Elisa Catán, asesora de Niñas, Niños y Adolescentes N°2, ambas de General Pico.
Según fuentes judiciales, son juzgadas por presunto mal desempeño de sus funciones en la tramitación de los legajos por la tutela y el cuidado personal de Lucio, asesinado el 26 de noviembre de 2021, hecho atribuido a su madre, Magdalena Espósito Valenti, y a la pareja, Abigail Páez.
La audiencia comenzará con un careo entre Ramón Dupuy, abuelo de la víctima, y su abogada, Adriana Mascaró. Ese careo se dispuso en función de declaraciones contradictorias entre los dos testigos.
Dupuy contrató en su momento a Mascaró para asesorar a la tía política del niño, Leticia Hidalgo, cuando firmó el acuerdo de cuidado personal en favor de Espósito Valenti.
Según declaró, a Mascaró le mostraron “un montón de pruebas, fotos donde ellas hacían cosas delante de Lucio, de plantas de marihuana en macetas, de chats con agresiones a Christian [Dupuy, padre del chico] y todo eso no sirvió para nada”.
“Esas pruebas Mascaró se las llevó a la jueza Pérez Ballester y nos dijo que la jueza le había manifestado que [Lucio] no iba a estar mejor que con la mamá”, recordó.
En cambio, la abogada declaró: “Jamás me entregaron eso. Si hubiera sido así, jamás hubiese aceptado que se firmara el acuerdo”.
“Solo recibí una foto, que me mandó Leticia, porque la mamá le había hecho a Lucio un corte de pelo raro. Pero eso no era para sospechar una situación de riesgo”, aseveró durante el debate.
El tribunal de enjuiciamiento está conformado por Fabricio Luis Losi, presidente del cuerpo y del Superior Tribunal de Justicia; las diputadas provinciales María Silvia Larreta y María Andrea Valderrama Calvo; y las abogadas Silvina María Garro y María Natalia Gaccio.
La acusación está a cargo del procurador general subrogante, Guillermo Sancho, y por las defensas intervienen el abogado particular Pablo Rodríguez Salto (por Pérez Ballester) y la defensora general Carina Ganuza y la defensora oficial Ana Carolina Díaz (por Catán).
Se espera que, en los alegatos, el procurador solicite la destitución de ambas funcionarias y que las defensas pidan la absolución.
Para los acusadores, las imputadas no escucharon la opinión de Lucio, pese a estar expresamente ordenado en todas las normas que rigen la materia de familia, porque “se presumió que no estaba condiciones de declarar”.
Tampoco citaron ni recabaron la opinión del padre y de la madre, ni dieron intervención a la autoridad de aplicación administrativa (Dirección General de Niñez) ante “la posible vulneración de derechos”.
En el cierre de su alegato de apertura, Sancho habló de “omisiones e incumplimientos reiterados” por parte de las acusadas, para justificar el mal desempeño de ellas.
En cambio, el defensor de Pérez Ballester aseguró que “la homologación del convenio de cuidado personal se produjo un año antes de la muerte y en ese momento no había indicadores de violencia”.
En cuanto a la acusación de no haber oído a Lucio, la defensa de Catán dijo que “no estuvo fundada” porque la Procuración citó una ley equivocada y otra que fue derogada, y afirmó que “el papá [del chico] estaba en conocimiento y consintió la tutela”, aunque él, en este jury, afirmó que “jamás” lo citaron en ninguno de los dos expedientes por el cuidado personal de su hijo y “nunca” imaginó que era maltratado.
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