El crimen de Lucas González. “No había una situación de peligro” que justificara los disparos policiales, dijo Marcelo D’Alessandro
El exministro de Justicia y Seguridad sostuvo que los efectivos que actuaron en el hecho “mostraron irregularidades graves ante un hecho gravísimo” y afirmó que no actuaron según los protocolos y que tampoco debían estar actuando en ese lugar por orden judicial, según habían dicho los acusados
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El exministro de Justicia y Seguridad porteño Marcelo D’Alessandro aseguró hoy que “no había una situación de peligro que ameritara una maniobra como la que se desarrolló”, al referirse a la persecución y disparos realizados por el personal de una Brigada de la Policía de la Ciudad acusado del crimen de Lucas González, el adolescente asesinado en el barrio de Barracas en noviembre de 2021, cuando se trasladaba en auto con tres amigos.
Al declarar como testigo ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°25 porteño, que juzgan a tres policías de la Ciudad por homicidio y a otros 11 por el encubrimiento del hecho, D’Alessandro manifestó que los efectivos “mostraron irregularidades graves ante un hecho gravísimo”.
”No se cumplió con la identificación, con el balizamiento que necesita tener una brigada al momento de actuar. No había una situación de peligro que amerite una maniobra como la que se desarrolló”, expresó el principal testigo de la octava jornada del debate oral.
D’Alessandro describió lo que surgió del geoposicionamiento en los celulares de los agentes implicados en el hecho y lo que observó de las imágenes de las cámaras de seguridad del gobierno de la Ciudad con respecto a los minutos previos en los que el Nissan Tiida de la brigada porteña divisó al Volkswagen Suran donde viajaban Lucas y sus amigos.
”Los ven a los chicos, los pasan y los paran en la bocacalle [en la avenida Iriarte y Luna], y cuando arrancan los chicos, [los policías] arrancan atrás. Eso se ve en las cámaras”, relató sobre lo acontecido.
El exministro reiteró en varias oportunidades que desde un primer momento se puso a disposición de la justicia, ya que las imágenes “mostraban irregularidades graves ante un hecho gravísimo” y en el accionar policial “no se cumplió con la ley”.
Luego, aseguró que tomó conocimiento sobre una orden judicial vinculada a la presencia de la brigada 6 en esa zona del barrio porteño de Barracas, pero que no había una disposición de que tuvieran que actuar en ese momento.
”Al momento de preguntar qué hacía la brigada ahí, me dijeron que estaban actuando en una causa, pero la fiscal actuante, de una fiscalía de la Ciudad, no dio la orden de estar ahí, en ese momento. Las cámaras y el geoposicionamiento mostraron que no actuaron de la manera que debería haber sido”, indicó.
D’Alessandro afirmó que los policías no cumplieron con el protocolo establecido por la Policía de la Ciudad: “No se identifican, no tenían los chalecos puestos, no estaba el auto balizado, no se moduló para identificarlos” a los adolescentes.
Antes de finalizar con su interrogatorio, el abogado Gregorio Dalbon, representante de la familia de Lucas González y de sus tres amigos, le agradeció a D'Alessandro por ser el único que le dio el pésame a la familia del adolescente.
Luego del exministro, se espera la declaración de otros policías que estuvieron durante el procedimiento en el que fueron detenidos Julián Salas y Joaquín Zúñiga, dos de los amigos que viajaban con Lucas.
También darán su testimonio ante los jueces Ana Dieta de Herrero, Daniel Navarro y Marcelo Bartumeu Romero, testigos de concepto aportados por las defensas de los policías implicados.
El detalle del hecho
El crimen de Lucas, quien era jugador de las divisiones inferiores de Barracas Central, ocurrió el 17 de noviembre de 2019 cuando él y sus amigos salieron de entrenar en dicho club y, mientras regresaban a sus casas en un Volkswagen Suran color azul, fueron interceptados por un Nissan Tiida en el que circulaban tres policías de civil que les hicieron señas para que se detuvieran.
Como no llevaban vestimenta policial y el auto no tenía balizas, los chicos pensaron que podían ser ladrones e intentaron escapar, por lo que los efectivos les dispararon.
Uno de esos disparos impactó en la cabeza de Lucas, quien murió al día siguiente en el Hospital El Cruce de Florencio Varela.
De acuerdo con la investigación, tras disparar contra los jóvenes, los policías intentaron simular que se había tratado de un enfrentamiento con delincuentes, maniobra a la que se habrían sumado otros efectivos, que “plantaron” un arma en el auto de las víctimas y detuvieron a dos de los amigos de Lucas, mientras que el tercero escapó y se presentó más tarde con sus padres para contar lo que había sucedido.
Los policías Issasi, López y Nieva llegaron a juicio imputados como coautores del delito de “homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía, por placer, por odio racial, por el concurso premeditado de dos o más personas y por cometerse abusando de su función o cargo por un miembro de una fuerza policial”.
Además, los tres enfrentan cargos por las “tentativa de homicidio agravado, falsedad ideológica y privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin previsión de la ley”, en el caso de los amigos de Lucas.En tanto, otros 11 policías porteños son juzgados por el encubrimiento del crimen de Lucas y las torturas a las que fueron sometidos los otros chicos.
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