El chico que disparó en el aula estaba bajo tratamiento y ya había tenido incidentes en el colegio
Autoridades de la institución contaron a LA NACION que en las últimas semanas se habían registrado "episodios de violencia"
Autoridades del Instituto Bernardino Rivadavia de Pontevedra, donde esta mañana un alumno abrió fuego en medio de sus compañeros, contaron a LA NACION que el joven de 16 años había tenido situaciones violentas previas.
"Hubo episodios de violencia verbal contra los maestros en el último tiempo e incluso el viernes pasado pateó un banco, eso figura en un acta del colegio", contó Maximiliano Steinhardt, miembro de la comisión directiva de la institución. "Al principio era un caso de mal comportamiento. Nunca se pensó que podía llegar a esto", sostuvo.
El alumno de quinto año, cuya identidad permanece reservada, cursa en el Bernardino Rivadavia desde primer grado y según consta en los registros internos es un buen estudiante y está correctamente integrado con el resto de sus compañeros de clase.
Por otra parte, estudiantes del tercer año de ese colegio contaron a LA NACION que durante este año también se registraron otros episodios. Según el relato de dos alumnas, en junio el adolescente llevó una navaja al aula y, días después, protagonizó un ataque de nervios en el que pateó varias sillas y bancos de una de las aulas.
"Es un chico tranquilo, medio solitario, se lo veía mucho solo", contó una de ellas, quien sin embargo agregó que se trata de "un chico muy compulsivo".
Diálogo con los padres
Steinhardt explicó que al joven se le estaba haciendo un seguimiento y que en las últimas semanas las autoridades se habían reunido con los padres. "En su momento, de parte de ellos hubo buena predisposición. Esperamos ahora tener nuevas conversaciones para ver qué pasó", indicó. Un hermano menor del agresor también es alumno del establecimiento.
El directivo desligó a la escuela de la responsabilidad por este incidente y aseguró que "seguramente es un problema que viene desde la casa, algo que tendrán que resolver sus padres". Remarcó además que las medidas que puede tomar la institución "son limitadas" y que "el colegio, por ley, no puede expulsarlo".
"Nuestra obligación es controlar y contener a los alumnos dentro del colegio, pero lo que pasa puertas adentro de cada casa es algo que nos excede. Acá se puede poner un detector de metales en la puerta, pero tampoco corresponde que palpemos a los chicos cuando llegan", destacó Steinhardt.
Seguirán las clases
Autoridades del colegio aseguraron que mientras las clases fueron suspendidas esta mañana, el turno tarde permanecerá abierto, aunque se les avisará a los padres que la concurrencia de hoy será opcional. El turno mañana, por su parte, volvería a la normalidad el lunes.
Con la colaboración de Felicitas Sánchez
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