Crimen de Fernando Báez Sosa: la marca de la zapatilla en la cara de la víctima es de Máximo Thomsen
A un día de que se cumplan seis meses del homicidio de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado a golpes de puño y patadas por un grupo de jóvenes en Villa Gesell, se supo que una de las marcas que tenía la víctima en su rostro coincide con una zapatilla que pertenece a Máximo Thomsen, uno de los ocho detenidos de la causa.
Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes judiciales. "Había dos improntas en el rostro de la víctima. En una no se pudo determinar las características porque era muy chica. Sobre la otra se estableció que coincide con una zapatilla marca Cyclone secuestrada cuando se detuvo a los sospechosos y ese calzado coincide con un pie de Thomsen", explicaron los voceros consultados.
Fuentes judiciales confiaron a LA NACION que si bien esta nueva prueba expone un particular rol de Thomsen en el ataque y homicidio de Báez Sosa, desde que se imputó a los sospechosos quedó claro en la resolución judicial que en el caso existía una "coautoría funcional". En esa hipótesis debe entenderse que cada uno de ellos realizó alguna acción, tuvo una conducta o cumplió un papel que derivó en esa muerte. "Todas sus acciones resultaron imprescindibles para el resultado final", explicaron.
La aclaración apunta a que esa patada de Thomsen –que pudo haber sido o no el golpe previo a fallecimiento de la víctima– fue "tan mortal como los golpes anteriores que le aplicaron, al igual que los dados a los amigos de Fernando para que no pudiesen protegerlo".
Thomsen, Ciro Pertossi, Luciano Pertossi, Lucas Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli y Ayrton Viollaz están presos en la Alcaidía 3 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), en Melchor Romero, en La Plata.
"El resultado del peritaje es importante, pero no resulta lo más importante. No tenemos que confundir este resultado con el ataque en manada que sufrió Fernando. Estas pericias nos aclaran cuál ha sido la participación de alguno de los imputados en un hecho donde son responsables todos, incluso los liberados [ por Alejo Milanesi y Juan Pedro Guarino]", sostuvo a LA NACION el abogado Fernando Burlando, que representa a los padres de la víctima.
En febrero pasado, cuando dictó laprisión preventiva, el juez de Garantías David Mancinelli acusó a los imputados de homicidio calificado por premeditación y por alevosía. De ser encontrados culpables en un juicio oral y público podrían recibir una pena de prisión perpetua.
"Se determinó correspondencia en cuanto a las características de clase entre la impresión del rastro visible en el maxilar inferior izquierdo de la víctima con la impresión tomada de la suela de la zapatilla derecha marca Cyclone, específicamente área interna del talón", se sostuvo en uno de los puntos del peritaje que le fue entregado a la fiscal de la causa Verónica Zamboni, funcionaria judicial a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción N° 6 de Villa Gesell.
En otro de los puntos centrales del informe de los peritos se afirmó: "Se estableció correspondencia entre la impresión del pelmatograma del pie derecho identificado como C-3-5-7 a nombre de Maximo Thomsen con la estampa de la plantilla derecha de la marca Cyclone".
Hace una semana, los ocho detenidos por el homicidio de Báez Sosa recibieron un nuevo revés judicial. El Tribunal de Casación Penal bonaerense declaró inadmisible un hábeas corpus presentado por la defensa, que solicitaba el cese de la "arbitraria privación de libertad" que padecen los jóvenes, que seguirán presos en un penal de La Plata.
Los jueces María Florencia Budiño y Fernando Mancini, integrantes de la Sala II del Tribunal de Casación Penal bonaerense sostuvieron: "El peticionante [por la defensa] no logra evidenciar la relación directa e inmediata entre lo resuelto en el caso y la transgresión de las garantías constitucionales denunciadas, puesto que su formulación solo aparece acompañada de consideraciones de orden genérico vinculadas a cuestiones de derecho común".
El hábeas corpus fue presentado por el abogado Horacio Henricot. El letrado había opinado que la detención de los ocho jóvenes "se ofrece como resultado de una estructura arbitraria".
Según explicaron los jueces Budiño y Mancini, el argumento central de Henricot se basó en la pretensión de que se declare la nulidad de las declaraciones de los imputados prestadas el 19 de enero de 2020 en sede de la Villa Gesell, a las que calificó de "inexistentes", y, como efecto de ello, de "todos los actos que de ella dependen, ordenándose la inmediata libertad de aquellos".
ADN
En abril pasado se habían conocido los resultados de otros peritajes importantes para la investigación. Los análisis de ADN concluyeron que el perfil genético de la sangre hallada debajo de las uñas de la víctima corresponde a Blas Cinalli.
Según fuentes de la investigación, los peritajes determinaron, además, que el 70 % de las prendas secuestradas en la casa en la que se alojaban los imputados tenían sangre de la víctima.
El resultados de los peritajes de ADN se conocieron después que se confirmase la prisión preventiva a ocho de los diez imputados. Para la Justicia, el homicidio de Fernando Báez Sosa fue una "cacería humana". Así describió el asesinato, ocurrido frente a un boliche en Villa Gesell, uno de los tres camaristas que confirmaron las prisiones preventivas para ocho de los diez acusados del crimen.
"No puede dejar de señalarse la cantidad de intervinientes contra una sola persona, la brutalidad de la golpiza ejercida contra la víctima, el motivo fútil que llevó al accionar de los imputados a darle muerte, el desprecio total por la vida ajena. Fue, simplemente, una cacería humana con un solo objetivo: la víctima", expresó el juez Luis Felipe Defelitto en los fundamentos de la resolución con la que se rechazó el pedido de la defensa de los acusados para que fuesen liberados y mantuvo la calificación penal del hecho: homicidio doblemente agravado por alevosía y premeditación.
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