El asesinato de Módica es el séptimo femicidio registrado este año en Córdoba
CÓRDOBA.– El femicidio de Ivana Módica, la mujer a la que buscaron ocho días en el Valle de Punilla, hasta que casi en la medianoche del viernes su pareja confesó el crimen y marcó el lugar a donde había tirado el cuerpo, es el séptimo en lo que va de este año en Córdoba. El caso tuvo en vilo a toda la provincia por el despliegue de rescatistas y porque el ahora imputado Javier Galván –despedido ayer de la Fuerza Aérea, donde era piloto– había negado su participación durante toda la semana.
Fue detenido el lunes pasado por obstrucción a la Justicia y la carátula cambió ya por “homicidio calificado” y se incluirá en la causa la figura de violencia de género.
Ayer se realizaron dos marchas pidiendo justicia. Una fue convocada por la asamblea Ni Una Menos Córdoba frente al Patio Olmos y otra se registró en La Falda, donde vivía con Galván desde diciembre cuando se mudó junto con Módica. “Hoy sumamos a nuestras razones para seguir gritando el nombre de Ivana Módica. Ni Una Menos: el Estado y los gobiernos son responsables. Presupuesto para políticas públicas que enfrenten la violencia machista. ¡Perpetua a Galván y a todos los femicidas”, se consignó en la convocatoria a las marchas.
Galván, de 44 años, era piloto del Centro de Ensayos de Vuelos de la Fuerza Aérea. Fue coordinador de tareas aéreas durante un tiempo en el Centro de Operaciones de Emergencias. Algunos de sus compañeros coincidieron en que no tenía ningún rasgo “particular” de carácter que lo destacara.
Separado, padre de un hijo de 13 años, tenía una relación con Módica desde hacía un año y medio. En octubre él la denunció por violencia y poco más después ella hizo lo mismo. Pese a que regían restricciones de acercamiento mutuas, la pareja volvió a vincularse sentimentalmente y compartió una vivienda.
En la tarde del 12 del actual, Galván denunció la desaparición de su pareja; dijo que suponía que había salido a caminar por el cerro La Banderita. La búsqueda empezó ahí.
Módica, de 47 años, era periodista y personal civil de la Fuerza Aérea. Tenía una hija, Paula, con quien sostuvo la última conversación que se le conoció. A las 22.30 del jueves 11 la chica –quien vive en San Luis– le pasó fotos de los nietos. Estaba entusiasmada porque le darían la sorpresa de visitarla ese fin de semana.
Paula se extrañó por lo escueto de las respuestas y desde un inicio insistió en que dudaba de que fuera su madre la que había contestado. La familia contó que estaba inmersa en una relación “de violencia” y afirmó que el testimonio de su psicóloga lo confirmaba.
La fiscal de la causa, Jorgelina Gómez, no confirmó si pruebas de Luminol marcaron rastros de sangre en el volante y en un asiento del auto del hombre. La decisión de Gómez de trasladar a la cárcel de Bouwer a la pareja aceleró su declaración.
Un punto de inflexión fue cuando imágenes de una cámara mostraron que el auto de Galván había hecho un recorrido que él no declaró. La Patrulla Rural confirmó que había pedido la documentación de ese hombre en un control. Tras conocerse ese dato, Galván quedó detenido, mientras que rescatistas con perros, drones y el apoyo de un helicóptero empezaron a buscar en Pampa de Olaen y Valle Hermoso. La fiscal Gómez espera los resultados de la autopsia, mientras que ayer siguieron los rastrillajes en la zona donde se halló el cuerpo, en busca de pruebas. El teléfono móvil de la víctima sigue desaparecido.
Otros casos
Miriam Farías, de 45 años, fue quemada por su novio Jorge Juárez, de 49. El domingo 14 de febrero los vecinos escucharon una explosión en la casa de Saldán. Cuatro días después murió en el Instituto del Quemado.
Ese femicidio es similar al de Gabriela Lencina, madre de siete hijos; también murió en el Instituto del Quemado. Fue su hija de cuatro años la que dio el testimonio clave para permitió acusar al esposo de la víctima.
Liliana Stefanatto, de 54 años –había perdido a un hijo de 21 en un accidente de tránsito en diciembre pasado– fue asesinada por su pareja, Ignacio Aldeco, quien había sido denunciado por golpearla. En tanto que Melisa Moyano murió a manos de Luis Pérez en su casa de Jesús María. Él se escapó y fue atrapado en la autovía Córdoba-Carlos Paz, junto a la hija de la pareja.
En Villa Dolores, en el oeste cordobés, el cuerpo de Nidia Peano, de 57 años, fue encontrado sobre una cama con golpes varios en su cabeza. El femicida fue su marido, Luis Aguirre, de 65 años, quien se suicidó. Ivana Juárez, de 32 años, tenía botón antipánico, pero fue apuñalada por Francisco Tello, de 38 años, que tenía antecedentes penales por robo y resistencia a la autoridad.
En tanto, no está claro aún el caso de Emilse Gaje, que tenía 25 años y un bebé de 11 meses junto a Fabricio Acuña, su pareja durante nueve años. Su cuerpo apareció quemado cerca del Hospital Misericordia. Su familia no considera la posibilidad de un suicidio; Acuña tenía dos denuncias por violencia de género y estuvo detenido por pegarle a la mujer. Las hermanas de la joven pedirán ser querellantes para avanzar en una imputación de femicidio contra Acuña.
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