El asesinato de Blaquier. Disparos para robar a motociclistas en la ruta, un modus operandi cada vez más reiterado

La semana pasada se hizo viral en las redes sociales el video de un motociclista que, para evitar que le robaran, aceleró y en segundos trepó a casi 300 kilómetros por hora para escapar, mientras escuchaba, a su espalda, los disparos con los que los ladrones pretendían frenarlo. Eso ocurrió a plena luz del día en la ruta 205, en la localidad de Cañuelas.

Pero el asalto que este sábado segó la vida del empresario agropecuario Andrés Blaquier es una demostración trágica de que el robo de motos de alta gama está en pleno auge y los ladrones, ahora, no dudan en abrir fuego, incluso al cuerpo de sus víctimas, para doblegarlas y hacerlas frenar. Así lo hicieron saber vecinos de la víctima que se manifestaron durante la tarde en Pilar para pedir justicia por el crimen y más seguridad.

Según datos de las principales compañías aseguradoras del país, en el último año se produjeron entre dos y tres robos por semana con estas características.

Hay distintos modus operandi, según los especialistas. Uno de ellos, el “robo piraña”, del que participan al menos tres parejas de motochorros: con dos vehículos flanquean a su objetivo en la ruta, mientras que el tercero le impide avanzar a alta velocidad para escapar; así, “arrían” al motociclista hasta la banquina, donde lo obligan a bajar, para robarle el vehículo.

La otra modalidad, que parece estar en crecimiento, es la que tuvo como víctima a Blaquier: una sola pareja de motochorros se pone a la par de su víctima; el del asiento del acompañante amenaza con el arma, y de considerarlo necesario para hacerlo frenar, dispara, primero al piso, y luego a las piernas. En el caso del agroempresario, fue al pecho.

Zonas liberadas

Las zonas más “complejas” en cuanto a este tipo de hechos delictivos incluyen las autopistas de la zona sur (autovía 2, autopista Riccheri y Ezeiza-Cañuelas) y la Autopista del Oeste. En el norte, ocurre algo similar con las rutas 6, 25 y 26, que conectan los ramales Pilar y Escobar de la Panamericana.

En cuanto a la Panamericana, los tramos más complicados por los asaltos a motociclistas están entre Escobar-Campana y Zárate-Baradero, donde hay trechos largos rodeados de campos.

Cultores del motociclismo de paseo afirman que, ante esta circunstancia, organizan travesías que incluyen decenas de vehículos, de forma de lograr, en la cantidad, una forma de autoprevención.

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