“Crónica de una fuga anunciada”. Dura crítica de la familia Blaquier tras la evasión del menor acusado de asesinar al empresario

Hace dos meses, F.M., el adolescente de 17 años detenido como presunto coautor del homicidio del empresario Andrés Blaquier, fue llevado a la entrevista de admisión en el centro de detención de menores de Lomas de Zamora al que acababa de ser llevado, después de haber intentado fugarse durante un traslado en el que él y el otro acusado del crimen golpearon con furia a los celadores que los custodiaban; mientras hablaba con el psicopedagogo, miró a un lado y a otro y, con total impunidad, le advirtió: “Acá la veo muy fácil para escaparme”. Fue un escándalo, y pareció que las autoridades tomaban nota. El juez de Garantías del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil envió un oficio al Centro de Detención de Lomas de Zamora para que arbitrara las medidas necesarias para evitar que el menor cumpliera su profecía.

No bastó: ayer, F. y otros tres adolescentes en conflicto con la ley –dos de ellos, acusados de sendos homicidios– se escaparon. Hoy, la viuda y los hijos del empresario asesinado de un tiro en la autopista Panamericana, a la altura de Pilar, el 29 de octubre pasado, están consternados. Y su abogado, Ramiro Salaber, fue concluyente: “Esto fue la crónica de una fuga anunciada; él dijo que le sería muy fácil escaparse, y lo hizo. Y el Estado no hizo nada para evitarlo”, dijo a LA NACION.

La evasión de F. y los otros tres menores, todos acusados de delitos muy graves, se produjo ayer al caer la noche, en el Centro de Referencia de Lomas de Zamora, un Instituto de Menores, situado en 12 de Octubre 1298, a 200 metros del cruce Camino Negro y Larroque.

El juez Alejandro Diego Flori, a cargo del Juzgado de Responsabilidad Penal Juvenil N°1 de San Isidro, con asiento en Pilar, dispuso la captura del menor procesado por el homicidio de Blaquier y la policía inició un operativo de búsqueda.

Según fuentes policiales, las autoridades del centro de detención informaron a la Justicia que los cuatro jóvenes limaron tres barras de una reja, saltaron por la ventana, escalaron una pared y llegaron a la calle.

En el momento de la fuga no estaba el efectivo de la policía bonaerense asignado a la vigilancia del perímetro externo. Tampoco advirtieron que los cuatro jóvenes huían, los uniformados apostados en el destacamento móvil de la fuerza de seguridad provincial, instalado en la esquina de 12 de Octubre y Larroque.

Un funcionario judicial que conoce el mencionado Instituto de Menores, puso en duda la versión oficial aportada por las autoridades del centro de detención. “Para limar esas rejas se necesita una semana. Es muy difícil creer que huyeron por ese lugar”, explicó el funcionario judicial.

Su sospecha se funda en la situación de conflicto que existe en dicho instituto. Hace veinte días se registró allí un violento motín que tuvo como principal motivo el reclamo de los 41 menores alojados allí para que les permitieran tener contactos con sus parejas fuera de los horarios fijados por las autoridades.

A esta circunstancia se sumó una protesta de los trabajadores del Centro de Detención, que no son uniformados ni tienen estado policial, y dependen del Organismo Provincial de la Niñez y Adolescencia bonaerense; reclaman mejoras salariales.

Según fuentes policiales, dos de los tres menores que huyeron con el sospechoso del homicidio del empresario Blaquier, estaban sometidos a procesos judiciales por asesinatos. Pero la mayoría de los 41 menores de 16 y 17 alojados en el Centro de Referencia de Lomas de Zamora están acusados de hechos de sangre.

La legislación impide que los menores en conflicto con la ley penal sean custodiados por personal que integre alguna fuerza de seguridad. Por este motivo, en los Institutos de Menores la contención de los adolescentes, procesados por delitos, está a cargo de celadores y docentes. Los uniformados solamente pueden custodiar el perímetro exterior de los Institutos de Menores. Y anteanoche, en el Centro de Referencia de Lomas de Zamora, no había ningún policía.

En abril pasado se había evitado por poco un intento de fuga de esos menores. En un ataque coordinado dentro de una camioneta que circulaba a 100 kilómetros por hora por la Panamericana y que los trasladaba a Pilar, para un reconocimiento en rueda detenidos, los dos menores procesados por asesinar al empresario intentaron fugarse.

Uno de ellos golpeó brutalmente a un celador que tenía a su lado; el otro, desde atrás, le cruzó la cadena de las esposas alrededor del cuello a otro vigilador, para ahorcarlo, mientras le gritaban al chofer que parara, para escaparse. Después de esos 120 segundos de pandemónium, los celadores lograron reducirlos.

Según informaron fuentes policiales, F., el menor evadido anoche, fue procesado como coautor del homicidio de Blaquier. Los investigadores determinaron que conducía la moto usada en el ataque contra el empresario. Su cómplice, de 16 años, fue el autor del disparo y está detenido.

El empresario Andrés Blaquier fue asesinado en octubre pasado de un disparo en el pecho a la altura del kilómetro 50 de la Panamericana; lo balearon para robarle la moto BMW GS1200 negra en la que volvía con su esposa a su casa en el country Martindale, de Pilar, luego de haber asistido a la velada del Abierto de Polo de Hurlingham.

Durante la investigación encarada por el fiscal Cosme Iribarren se estableció que los responsables del homicidio del empresario usaban como base de operaciones el barrio Cri Cri, situado en la localidad de Garín. Además, a partir de una serie de testimonios se determinó que se dedicaban a robar motos de alta gama que entregaban en una casa de la localidad de Grand Bourg, donde les pagaban $100.000 por cada vehículo.

Conforme a los criterios de

Conocé más

Horror en el conurbano. Mataron a golpes a una niña de cuatro años y por el crimen fue detenida su madrastra

¿Una asesina serial? Ya tiene fecha el juicio a la enfermera acusada de matar a seis bebés

Crimen en Recoleta. “Venía seguido al kiosco, casi todos los días”, dijo una empleada que reconoció como cliente a la víctima del asesinato