El argentino arrestado en los Estados Unidos por estafas fue deportado a Alemania y se volvió a escapar
Según fueron informadas las víctimas y pudo confirmar LA NACION, Máximo Witte llegó al país europeo el 21 de mayo y, desde ese día, se desconoce su paradero
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La alegría y sensación de que comenzaba a hacerse justicia que tuvieron el medio centenar de amigos y familiares de Máximo Witte, tras la detención del presunto estafador en los Estados Unidos, se volvió en un nuevo revés luego de que el argentino de 47 años lograra ser deportado a Alemania y, otra vez, se desconoce su paradero.
A pesar del hermetismo de la Justicia Argentina, algunos de los damnificados fueron informados sobre la nueva desaparición de Witte, esta vez, en el continente Europeo, donde también tiene vigente una alerta roja de Interpol, según pudo saber LA NACION.
“Se hace referencia a vuestros mensajes de fecha 20.05.2024, respecto a la deportación de la persona mencionada en el asunto hacia Alemania”, dice el mensaje que recibieron las víctimas y agrega: “Amablemente, se informa que la persona antes mencionada fue efectivamente deportada de los Estados Unidos de América y controlada por nuestras autoridades competentes al entrar en Alemania en el aeropuerto de Fráncfort el 21.5.2024. Sin embargo, como la persona buscada es nacional de Alemania, no puede ser extraditada a vuestro país y, por lo tanto, no fue detenida a su llegada”.
El mensaje que detalla el derrotero de Witte en sus primeras horas en el Viejo Continente suma: “En el aeropuerto, la persona antes mencionada declaró como residencia a las autoridades locales: Luis García 5, Buenos Aires — Tigre Chico”.
El texto cierra con la frase que más preocupó a las víctimas del financista: “No se conoce el paradero actual del sujeto”.
“Ganaste una batalla, ya te van a encontrar... No te olvides que tienen tu teléfono”, escribieron los estafados en la cuenta de Instagram que crearon a fines de 2022 para denunciar la fuga de Witte del país.
Ayer la Aduana argentina había informado la detención del hombre de 47 años en la localidad de Venice, en el estado norteamericano de California. El hombre enfrenta cargos por estafa, lavado de activos e intermediación financiera no autorizada por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), delitos que conllevan penas máximas de 6, 10 y 4 años de prisión, respectivamente.
La investigación comenzó tras una denuncia que llegó a la oficina pública gubernamental, acusando a Witte de operar un esquema Ponzi, un tipo de estafa en la que los fondos de los nuevos inversores se utilizan para pagar a los inversores anteriores.
El caso quedó a cargo de Pablo Yadarola, titular del Juzgado Nacional en lo Penal Económico N° 2. Según pudo determinar la Justicia, Witte ofrecía tasas de interés superiores a las del mercado a su círculo íntimo, operando fuera del sistema bancario.
Al menos, medio centenar de personas se presentaron como víctimas ante la Justicia. Además, se sospecha que Witte utilizó el mercado de criptomonedas para lavar aproximadamente 10 millones de dólares, ocultando el origen de los fondos.
Las estafas se habrían llevado a cabo entre 2015 y noviembre de 2022, cuando Witte residía en Olivos, Buenos Aires. Días después, se profugó a los Estados Unidos, donde fue detenido hace dos semanas y trasladado al Desert View Correctional Facility en California. Estando allí, el argentino, que también tiene nacionalidad alemana, pidió ser deportado al país Europeo.
“No son buenas noticias”
El 14 de noviembre de 2022, último día que se contactó con sus víctimas, Witte les envió un mensaje a algunos de los damnificados contando su versión de lo que había ocurrido con el dinero que le habían confiado.
“Este es un mensaje general. No son buenas noticias y no van a entender nada”, comenzaba el texto el prófugo y detallaba: “Me explotó una bomba que nunca pensé que me iba a explotar. Me recontra cagaron mal, mal, y la cagué mal”.
El texto continuaba: “En realidad, debería suicidarme, pero no tengo los huevos para hacerlo. Entonces voy a desaparecer por un tiempo largo, largo y ver cómo soluciono esto que me explotó. Total, muerto ya estoy”.
“Obviamente, este teléfono después de mandar este mensaje no va a andar más”, informaba Witte y cerraba: “Yo me voy a comunicar con cada uno de todos los que me tengo que comunicar con el pasar de los días. ¡¡¡Perdón a todos!!!”.
Tres días después, a través de un mail, sumaba más detalles de lo que había sucedido y aseguraba: “Hace varios meses, una persona, con la que yo hacía las cosas, de un día para el otro, me vació una de las cuentas con 400.000 dólares y nunca más apareció ni supe nada de él. Además de que me tenía totalmente amenazado por todos lados. Es por eso que decidí no hacer nada y tratar de recuperarme como sea. Para cubrir eso fui tomando más capital, en realidad cada vez venía más gente a ofrecerme sin pedírselo yo. Pensaba que cuanto más capital, más rápido iba a recuperar y así empecé a pagar intereses más altos y de ahí se armó una pelota de nieve que era cada vez más grande, y ante la desesperación tomaba más capital para poder cumplirle a todos”.
“Siempre tenía un resto para, llegado el caso, siempre poder cumplirle a todos. Hasta que, de repente, me empezaron a retirar todos juntos grandes cantidades y no lo pude manejar más. Pero como siempre me aparecía un capital adicional, dije: ‘Esto lo voy a ir solucionando de a poco’, hasta que no apareció más capital”, se sinceró en el mensaje que describía, casi de manual, el concepto de esquema Ponzi, que es diferente a la estafa piramidal.
Luego, retomó el concepto de la bomba y aseguró: “Esta bomba tendría que haber explotado hace tiempo y fui tapando agujeros como podía, con gente que me mandaba trasferencias y me salvaba dos o tres días hasta que de golpe me entraba otra y pagaba lo anterior y así sucesivamente, con plata de la oficina haciendo malabares para cubrir agujeros y así hasta que un día no se pudo más”.
Los meses previos a que le “explotara la bomba”, Witte llevaba una vida de lujo y de alto perfil que compartía a través de sus redes sociales en las que se podía ver los diferentes destinos que visitó entre 2021 y 2022, que incluyeron el sur argentino, países de la región y de Europa.
Entre las historias que subía a Instagram, se puede ver cómo el prófugo estuvo en Ibiza, Cancún, Punta del Este, Bariloche y diferentes ciudades de los Estados Unidos en los meses previos a que dejara de pagar los intereses ofrecidos a sus familiares y amigos.
Qué es un esquema Ponzi
Este tipo de estafa le debe su nombre Carlo Ponzi, un italiano que hace 100 años convenció a miles de personas para que invirtieran en un complejo plan con sellos de correos. El esquema Ponzi tiene a la cabeza una persona estafadora o una central que recibe el dinero de las nuevas personas inversoras y lo utiliza para pagar supuestas ganancias a las personas inversoras de etapas anteriores, en lugar de invertir o administrar el dinero como se prometió.
Al igual que los sistemas piramidales, los esquema Ponzi necesitan para sobrevivir un flujo constante de entrada de dinero. Pero, a diferencia de los piramidales, los inversores de un esquema Ponzi no suelen tener que reclutar nuevos inversores para obtener una parte de los “beneficios”.
Los esquemas Ponzi, como el que habría montado Witte, tienden a colapsar cuando la persona o grupo estafador ya no puede atraer a nuevos inversores o cuando demasiados inversores intentan sacar su dinero al mismo tiempo, por ejemplo, durante crisis económicas.
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