Ejecutaron de 15 balazos a un barra de Newell’s que había estado oculto en Entre Ríos
"Alto, policía". Marcelo Medrano escuchó la orden cuando salía del shop de la estación de servicio, situada frente al hospital Eva Perón, en Granadero Baigorria, al norte de Rosario. Eran las 23 y su pareja, con su bebé de tres meses, esperaba en el auto. El hombre que gritó sacó un arma y le apuntó a Coto, barra brava de Newell’s y con un prontuario espeso por causas de narcotráfico, que comenzó a correr.
Al primer atacante se unió otro más en moto. En medio de la noche, desierta por el aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO), Medrano cayó al recibir unos diez disparos. Pero los atacantes se quisieron asegurar. Y en la vereda, frente a la mujer, lo remataron con otros cuatro tiros, todos en la cabeza.
Coto Medrano es protagonista desde hace más de una década de la violencia y los entramados ligados al narcotráfico en torno a la barra brava de Newell’s, donde los liderazgos efímeros de la hinchada se han cargado varias víctimas, en ejecuciones que muchas veces salieron de la banda de Los Monos, que gerencia la hinchada. Medrano estaba del lado opuesto al clan Cantero.
Según fuentes policiales, desde hacía meses Coto Medrano estaba escondido en Victoria, Entre Ríos. De acuerdo a sus familiares, estaba amenazado. Por la pandemia de Covid-19 decidió regresar al norte de Rosario, donde vivió siempre y manejó parte del narcomenudeo en el norte del Gran Rosario, una zona que desde hace tres meses está en permanente conflicto por la pretensión de Los Monos de tener la hegemonía de ese amplio territorio, donde se encuentran las terminales portuarias que exportan el 80 por ciento de la soja que produce el país.
Medrano cargaba con una condena a seis años de prisión por narcotráfico en 2010 y otra en 2018 por tenencia ilegal de armas. Desde que salió de la cárcel el año pasado sabía que su cabeza tenía precio, según los investigadores. El móvil del crimen podría estar vinculado a esa relación que existe desde hace más de 20 años en torno a la barra de Newell’s y el narcotráfico.
En 2016, en la cancha las banderas rendían homenaje a los caídos, como la que colgaron del alambrado en honor a Matías Hernán Franchetti, conocido como Cuatrero, uno de los líderes de la barra que fue asesinado por dos sicarios en moto el 7 de junio 2016 en las inmediaciones de la puerta 6 del Coloso del Parque. En la Policía Federal Argentina (PFA) tenían certezas que Medrano fue clave en la ejecución de este hombre.
Como Coto, Cuatrero era un narco de estirpe, al llegar a ser uno de los cadetes de Patricio Gorosito, expresidente de Real Arroyo Seco –el club fantasma y sin hinchas que compró Rosario Central en 2008– que junto con Carlos Salvatore (ambos fallecidos) eran los capos de Carbón Blanco, la banda que protagonizó las operaciones de contrabando más grandes de la historia.
Ese año 2016, cuando Medrano llegó a liderar la barra brava, se tuvo que apartar porque se venía una guerra con Los Monos que pretendían tener la manija de la hinchada, una caja nada despreciable, siempre ligada al tráfico de drogas y sobre todo a la presencia territorial en los barrios de Rosario.
Ese año también fue asesinado Jonathan Rosales, de 25 años, quien fue acribillado en la zona sur de Rosario, donde fue interceptado por un VW Gol desde donde le dispararon tres tiros que le provocaron la muerte inmediata.
El tercer barra asesinado fue Maximiliano Larroca, de 25 años. Lo ejecutaron tres sicarios que se movían en un Fiat Palio color rojo, en avenida Pellegrini al 5300, después de que retornaba de la cancha. La muerte de Larroca, conocido como "Cabezón" en las tribunas del club del Parque Independencia y se alistaba para asumir en reemplazo de Cuatrero al frente de la barra.
Los Monos y los barras
Los intentos de los Monos por acercarse tanto a la barra de Newell’s como Rosario Central no eran nuevos. En el procesamiento contra Diego "Panadero" Ochoa por el crimen del ex jefe de la barra Roberto Pimpi Caminos el juez Javier Beltramone señaló que en uno de los allanamientos en la casa de Panadero se encontró documentación que confirma "el apoyo logístico" que los Canteros le brindaban al jefe de la hinchada rojinegra.
Los investigadores señalaron en ese momento que se tejió una alianza de supervivencia en la hinchada con la banda de los Monos, cuya cara visible era Rubén Segovia. Pero no duró mucho tiempo. Tubi fue detenido y asesinado en 2018 en la cárcel de Coronda. Cuatro jóvenes del pabellón que lideraba Alexis Caminos fueron condenados por este hecho.
Un año antes, en 2017, Coto Medrano había salido de circulación en sus aspiraciones por volver a la barra de Newell’s, luego de que fuera detenido en un megaoperativo de la Policía Federal.
"Coto" Medrano estaba señalado como el jefe de una organización criminal con un fuerte peso territorial en la zona norte de Rosario y en las ciudades de Granadero Baigorria, Capitán Bermúdez, San Lorenzo y Puerto General San Martín.
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