Dos años después. La madre de Facundo Astudillo Castro reconstruyó el itinerario e insistió con que a su hijo lo mató la policía
Cristina Castro, acompañada por un cronista de la agencia de noticias Télam, repitió el recorrido entre su casa en Pedro Luro y la localidad de Teniente Origone, en el sur bonaerense, último punto en el que se lo vio con vida; reclama que avance la causa contra los cuatro efectivos que participaron de sus dos detenciones en la ruta nacional 3, camino a Bahía Blanca
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La madre de Facundo Astudillo Castro recorrió el camino que ella cree que su hijo realizó el día de su desaparición, el 30 de abril de 2020, y dice que no hay dudas de que la muerte está vinculada a un caso de violencia institucional en el que están involucrados al menos cuatro policías de la provincia de Buenos Aires.
Facundo fue retenido en un control sobre la ruta 3, camino a Bahía Blanca; le sacaron fotos, lo llevaron a una seccional policial –o a dos, según se investiga–, y finalmente apareció muerto 107 días después, el 15 de agosto de 2020, en un cangrejal de la zona conocida como Villarino Viejo, contiguo a la localidad de la localidad de General Cerri. Según la autopsia, su deceso se produjo por asfixia por sumersión.
Cristina Castro recorrió con el periodista Mauro Ramos, de la agencia Télam, el camino que ella cree que su hijo realizó el día de su desaparición, en abril de 2020, en pleno aislamiento por la pandemia de coronavirus.
”Lo tenían marcado a Facundo de cuando trabajaba en el semillero cultural”, aseguró con angustia Cristina Castro, mientras aguarda que la Justicia avance con los resultados de los últimos peritajes solicitados por sus abogados que permitan involucrar de manera directa a los efectivos que son sospechosos en el caso.
Según la reconstrucción que logró hacer Cristina junto a sus abogados y peritos, Facundo salió de su casa alrededor de las 8 de la mañana del sábado 30 de abril del 2020, cuando en el país regía medidas de aislamiento por la pandemia del coronavirus, se dirigió a lo de su abuelo que vive a escasos 50 metros y luego se fue caminando hacia la Ruta Nacional (RN) 3 con destino a la ciudad de Bahía Blanca para ir a ver a su novia, a unos 120 kilómetros de distancia.
”Él hizo este recorrido, de mi casa para acá”, señaló la mujer mientras circulaba por la calle de tierra donde está su domicilio, que cruza con una de las calles principales de acceso a la localidad de Pedro Luro.
Una vez en la ruta, una primera vecina de la zona lo llevó hasta la localidad de Hilario Ascasubi, camino a Mayor Buratovich, uno de los primeros puntos “clave” de la investigación.
”Acá hay una antena que marca que Facundo activó su teléfono, acá Facu estaba haciendo dedo”, dijo Cristina y señaló un punto al costado de la ruta a la altura del kilómetro 806 de la RN 3, desde donde –según la mujer– hubo una primera persona que lo llevó en su auto hasta un parador cercano.
”Lo dejó en la garita de Buratovich”, explicó Cristina en su recorrido con Télam, y destacó que fue “la primera persona que declaró haber llevado a Facundo”.
”A Facu lo pararon los policías en la zona de las vías, cerca de las 10, en el kilómetro 779″, indicó la mujer, mientras señalaba en dirección a un lugar de la ruta desde donde se ve pasar un camino ferroviario, el mismo lugar donde Facundo fue fotografiado por los efectivos al momento de ser demorado.
Según consta en la causa, para los investigadores, Facundo fue detenido por los policías Mario Gabriel Sosa y Jana Curuhinca para pedirle los documentos, ya que estaba incumpliendo con el aislamiento dispuesto por la pandemia del Covid-19. Además, fotografiaron su DNI y lo fotografiaron a él de espaldas junto a un patrullero.
Si bien nunca pudo ser acreditado en el expediente, la madre de Facundo cree que allí fue llevado a la dependencia de Mayor Buratovich porque, en función de la información colectada en los celulares de los efectivos, uno de los policías advierte en un mensaje que “si se hacía el pajero que lo bajaran”. Según indicaron las fuentes, en la jerga policial, “bajar” significa que lo debían trasladar a la dependencia.
Otra de las pruebas que hace pensar en la posibilidad que Facundo se hallaba en la dependencia es que hay registro que su celular se activó en Buratovich alrededor de las 13, momentos en que llamó a su madre, quien refirió que le dijo: “Mamá, no tenés una idea de donde estoy, no me vas a volver a ver”.
”Luego, según explicó la madre, Facundo fue liberado y continuó a pie por la RN 3 en dirección a la localidad de Teniente Origone.
En la causa consta que una testigo, identificada como Siomara Flores, quien resultó ser miembro de la policía bonaerense (medio hermana de Curuhinca y pareja de Sosa), aseguró que vio al joven haciendo dedo sobre la ruta y que aproximadamente a las 13 lo trasladó desde Buratovich hasta Origone.
De acuerdo al relato de la madre de la víctima, quien contó que realizó el trayecto a pie para corroborar los tiempos, Facundo llegó caminando hasta Origone y en el kilómetro 760, cerca de las 15.30, nuevamente fue interceptado por efectivos en una patrulla que, según relataron testigos en la causa, lo subieron a la camioneta.
Luego, “Facundo aparece nuevamente, más allá de Origone, recostado sobre la ruta”, contó Cristina sobre la base de la información desprendida de las llamadas realizadas por los testigos que alertaron a la policía y que creen haber visto al joven a la altura del kilómetro 755 de la RN 3.
”Ellos fueron los últimos que vieron a Facu. Estos chicos dicen que estaba tirado”, aseguró Cristina.
La patrulla que detuvo por segunda vez a Facundo estaba encabezada por el teniente 1° Alberto González, quien declaró en el expediente que encontró al joven a 6 o 7 kilómetros de la entrada del pueblo, y que lo identificó con su carnet de conducir, ya que el joven no habría tenido en su poder el DNI; fotografió la licencia a las 15.43, de acuerdo con la extracción forense de datos de su teléfono celular.
”Si Facu estaba vivo, el que lo levantó fue González”, aseguró la madre de la víctima y dijo: “De ahí ya no se sabe más, desaparece por completo Facu.
”Sus restos fueron hallados la tarde noche del 15 de agosto, 107 días después de su desaparición en un cangrejal de la vecina localidad de General Cerri.
Su mochila fue encontrada recién varios días más tarde, dentro de la cual se hallaba algunas de las prendas de vestir que llevaba puestas cuando fue fotografiado por la policía y quemada con algún tipo de ácido, uno de los enigmas nunca resueltos.
En tanto, la autopsia realizada por expertos del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) determinó que el joven murió como consecuencia de una “asfixia por sumersión”, aunque no se pudo confirmar si ese deceso fue producto de un homicidio o un accidente.
Para la madre de Facundo, su hijo fue víctima de violencia institucional y libra desde entonces una batalla judicial reclamando la imputación, detención e indagatoria de los policías que lo detuvieron ese 30 de abril del 2020.
Mientras que el abogado de la mujer, Leandro Aparicio, coincidió en reclamar la detención de los policías.
”Con el volumen de prueba que hay, a los cuatro que siempre hemos mencionado los tienen que detener”, dijo el letrado a Télam, quien se lamentó que a dos años del hallazgo del cadáver el caso aún permanezca impune.
Pero la madre de Facundo resumió su dolor con la angustia a flor de piel: “A Facu lo tiraron, en época de pandemia, cuando lo único que circulaba en la ruta eran camiones, y era justamente para descartarlo y sacárselo de encima”.
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