Secuestro y homicidio: una joven fue condenada a seis años y ocho meses de prisión por el caso Berardi
El veredicto fue dictado en forma unánime por el Tribunal Oral Federal (TOF) N° 3 de San Martín; Alexa Souto Moyano había sido absuelta en un primer juicio, en el que fueron condenadas otras diez personas, entre ellas sus padres.
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Una joven acusada del secuestro extorsivo de Matías Berardi, el adolescente de 16 años capturado en Escobar, mantenido en cautiverio en Tigre y ejecutado en Campana en 2010, fue condenada hoy a seis años y ocho meses de prisión, aunque permanecerá en libertad y monitoreada con una tobillera electrónica.
El veredicto fue dictado en forma unánime por el Tribunal Oral Federal (TOF) N° 3 de San Martín. Alexa Souto Moyano había sido absuelta en un primer juicio, en el que fueron condenadas otras 10 personas, entre ellas sus padres.
En el momento de las palabras finales, antes de que los jueces den a conocer el veredicto, Souto Moyano sostuvo: “Lo único que digo es que los culpables y responsables ya tienen una condena y la están cumpliendo. Yo no tengo nada que ver. Yo necesito que esto termine para mí y que sea justo”.
Tras el veredicto, María Inés Daverio, la madre de la víctima, dijo a LA NACION: “Sabíamos que Souto Moyano era culpable, por eso seguimos adelante con el juicio. Cuando declaró [en el juicio] no quiso responder preguntas. No habló de lo que pasó. Nos quitó la posibilidad de saber más de lo que vivió Matías [durante el cautiverio]. Nunca habló en 12 años, solo ahora porque no tenía otra opción, pero no habló de lo que hizo. Nos da paz saber que se hizo Justicia [por el fallo]. Ella era menor, pero pudo haberle salvado la vida a Matías”.
Juan Berardi, el padre de Matías, sostuvo: “Para nosotros, lo más importante fue que fue encontrada culpable. No estamos de acuerdo con la cantidad de años a la que fue condenada, pero es decisión de la Justicia y creemos en la Justicia. Esperábamos que Souto Moyano hubiera contado lo que pasó cuando estuvo con Matías. Solo habló para victimizarse y para tratar de aminorar la condena. Por lo menos, la Justicia cumplió”.
Las palabras de la acusada, así como todo el resto del debate, fueron escuchadas por los padres del joven asesinado, quienes a lo largo de las audiencias realizadas por la plataforma virtual Zoom exhibieron una foto de su hijo, según informó la agencia de noticias Télam.
Se trató del segundo juicio al que fue sometida Souto Moyano. En 2013 había sido absuelta, pero el fallo luego revocado. Los demás acusados, en el primer debate, recibieron penas de entre 17 años de cárcel y prisión perpetua.
En su alegato de la semana pasada, la defensora oficial Diana Bergel pidió subsidiariamente que, de ser condenada, Souto Moyano reciba una pena de 3 años de prisión de ejecución condicional como coautora del secuestro, cometido cuando ella era menor de edad.
Para la defensora, “los verdaderos responsables del delito ya fueron identificados, fueron juzgados y hoy se encuentran cumpliendo una pena por el aberrante hecho que han cometido” y “no se probó de ningún modo a lo largo de este juicio ni del anterior, algún aporte, algún acto ni algún comportamiento concreto por parte de Alexa en los hechos que se están investigando”, según recordó Télam.
En cambio, cuando alegó, el fiscal Eduardo Codesido pidió que Souto Moyano sea condenada a 6 años y 8 meses de prisión por el delito de “secuestro extorsivo agravado por el empleo de arma de fuego, por tratarse la víctima de un menor de edad y por el número de intervinientes”.
Por su parte, los abogados Eduardo Durañona y Santiago de Jesús, representantes de la familia Berardi, solicitaron una pena de 20 años de cárcel y su inmediata detención por “secuestro extorsivo seguido de muerte agravado por tratarse la víctima de un menor de 18 años y por la cantidad de partícipes”.
“La familia está conforme con el hecho de que hubo condena, pero no con el monto de la pena impuesta. Después de conocer los fundamentos, decidiremos si recurrimos el fallo ante Casación”, sostuvo a LA NACION el abogado Durañona.
El caso
Matías, de 16 años, fue secuestrado el 28 de septiembre de 2010, cuando descendió de una combi en el cruce del ramal Pilar de la Panamericana y la ruta 25. Camino a su casa, fue interceptado por tres de los condenados y lo obligaron a llamar por teléfono a sus padres para que les dijera que lo tenían cautivo y que debían juntar dinero para el rescate.
En una de las ocho llamadas extorsivas, uno de los delincuentes le pidió al padre de Matías que juntara 30.000 pesos. En tanto, el resto de la banda tenía a Matías encerrado en un baño de la herrería, propiedad de Ricardo Souto -uno de los condenados a prisión perpetua en el juicio desarrollado en 2013-, en Sarmiento 407, frente al paredón del cementerio de Benavídez.
En un descuido de las mujeres que cumplían la tarea de vigilarlo, Matías logró escapar, llegó a la calle y pidió ayuda en un quiosco situado frente a la herrería y en una casa vecina. Pero las propietarias del negocio y de esa vivienda no le abrieron la puerta al chico porque la mujer de outo y su hija les gritaban que les había robado.
Matías logró correr casi una cuadra y media por la vereda del cementerio hasta que tres de los integrantes de la banda sacaron el auto, lo persiguieron y capturaron. Una vez que lograron reducirlo, lo llevaron hasta un basural situado a un costado de la ruta 6, cerca del cruce con la Panamericana, en Campana, y lo mataron.
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