Doble homicidio en Vicente López: los videos y un testimonio clave provocaron el giro inesperado de la investigación
Martín Del Rio, de 47 años, fue detenido cuando estaba por ingresar en uno de los barrios de Nordelta, acusado de haber matado a balazos a sus padres
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Estuvo una hora y un puñado de minutos en la casona de sus padres, en Vicente López. Justo en la franja horaria en que, según los forenses, se produjeron las muertes de José Enrique Del Rio, de 74 años, y María Mercedes Alonso, de 72. Martín Del Rio, de 47 años, llegó y se fue a pie. Llevaba puesto un barbijo, una gorra y una campera que luce, por lo menos, un talle más grande. Cargaba un bolso-cartera cruzado a la espalda y en una de sus manos tenía una bolsa. La secuencia fue reconstruida por medio de filmaciones de cámaras de seguridad que, junto con un importante testimonio incorporado en el expediente, fueron claves en el inesperado giro de la investigación que concluyó con la detención del hijo menor del matrimonio, que en la tarde del jueves comenzó a ser indagado por doble homicidio calificado, delito para el cual se prevé la pena única de prisión perpetua.
No fue el único giro dramático del caso. Según pudo saber LA NACION de fuentes oficiales, la testigo clave en la identificación intentó suicidarse. Hoy, a las 14.15 –casi al mismo tiempo en que Del Rio era trasladado para prestar declaración indagatoria–, una ambulancia del Servicio de Atención Médica de Emergencia (SAME) y un móvil de la Patrulla Municipal de Vicente López llegaron hasta un domicilio de la localidad de Florida tras un aviso de que una mujer de 49 años había tratado de quitarse la vida a través de la ingesta de pastillas.
Un familiar de la testigo dijo que se había preocupado porque la mujer había dejado una carta de despedida. Pero ante el personal médico y de seguridad que logró entrevistarla mientras era atendida explicó que solo quería dormir por “todo lo que estaba sucediendo”. Relató que tenía una relación íntima con Martín Del Rio desde hace un año y medio, aunque la última vez que lo había visto fue 15 días atrás.
El doble homicidio ocurrió el 24 de agosto pasado entre las 17.30 y poco después de las 18.30. Según la filmación que fue analizada por los investigadores, el sospechoso, que fue detenido anoche cuando estaba por ingresar en Barrancas del Lago, un barrio del complejo urbanístico Nordelta, de Tigre, se fue de la escena del crimen entre las 18.36 y 18.37. Caminó hasta Núñez, donde se subió a su camioneta Mercedes Benz. En el vehículo, había dejado su teléfono celular, que encendió en la avenida del Libertador y Campos Salles.
Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes de la investigación. A as 17, Del Rio comenzó a ser indagado por los fiscales Alejandro Musso, Martín Gómez y Marcela Semería, el equipo especial que diseñó el fiscal general de San Isidro, John Broyad, por la complejidad del caso.
Fue imputado de doble homicidio cuádruplemente calificado por el vínculo, la alevosía, por criminis causa (matar para lograr la impunidad) y por el uso de arma de fuego, delito que prevé como única pena la máxima del Código Penal, prisión perpetua.
“El sospechoso tiene una forma particular de caminar que posibilitó ser identificado en las filmaciones de las cámaras de seguridad”, informó un detective que participa de la investigación.
Para reconocer a Martín Del Rio en las filmaciones fue clave el testimonio de la mujer con la que el hijo menor del matrimonio asesinado tenía una relación sentimental desde 2021, según informó un detective del caso.
“La declaración testimonial fue importante para el desarrollo de la investigación. La testigo despejó todas las dudas e identificó al sospechoso en las distintas grabaciones que le fueron exhibidas”, sostuvieron fuentes con acceso al expediente.
Hasta ayer estuvo detenida la empleada doméstica de las víctimas, María Ninfa Aquino. “Es muy doloroso lo que hizo Martín; si la madre lo está viendo, está muy enojada”, dijo hoy la mujer en una conferencia de prensa, acompañada por su abogado, Hugo López Carribero.
La hipótesis de los investigadores judiciales y de la policía bonaerense es que el móvil del doble crimen fue económico. Las víctimas pensaban que se iban a mudar a un departamento del exclusivo complejo Château Libertador, de Núñez.
“Martín Del Rio se tenía que encargar de la compra, pero solo pagó cuatro cuotas. Los padres estaban convencidos de que la mudanza era cuestión de horas. Se subieron al auto creyendo que iban al departamento de Núñez, pero fueron asesinados a balazos”, sostuvo una fuente que participa de la pesquisa.
El departamento en cuestión, según pudieron reconstruir los investigadores, se tendría que haber pagado en 36 de 10.000 dólares cada una cada más una entrega de un US$1.500.000.
Los cuerpos de las víctimas fueron hallados la mañana del 25 del mes pasado en un automóvil Mercedes Benz que estaba en el garaje de la casona situada en Melo y Gaspar Campos, en Vicente López. El doble crimen fue descubierto por Aquino.
Como se dijo, Del Rio fue detenido cuando estaba por ingresar en el barrio Barrancas del Lago, en Nordelta, en Tigre, donde vivía con su familia.
En el interior de su camioneta Mercedes Benz, los detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro y el personal de la Superintendencia AMBA Norte 1 de la policía bonaerense, secuestraron una bolsa de tela de una reconocida empresa de negocios inmobiliarios y un bolso.
“La bolsa de tela y el bolso son de similares características de los que tenía el sospechoso cuando quedó registrado por las cámaras de seguridad al salir de la escena del doble crimen”, sostuvo a LA NACION una calificada fuente de la causa.
En la bolsa de tela, según los informantes consultados, se supone que Del Rio se llevó el disco rígido (DVR) que graba las filmaciones de las cámaras de seguridad de la casona donde vivían las víctimas.
“No solo como pruebas están las filmaciones de las cámaras de seguridad. En el expediente hay un testimonio de una persona que fue clave para identificar al sospechoso”, afirmó una detective del caso.
Martín Del Rio trabajaba con su padre, que era abogado y había sido dueño de empresas de seguridad privada. La familia había invertido dinero en el negocio de las cocheras e inmuebles para facturar en rentas.
“Yo tengo un poder de mis viejos [sic] desde hace años de disposición total respecto de todo... de mi papá y mi mamá, de los dos”, sostuvo el ahora sospechoso cuando declaró como testigo ante los funcionarios judiciales.
Cuando estaba por finalizar su declaración testimonial, los fiscales le preguntaron al hijo de las víctimas si sabía de alguna persona que pudiera hacer salir voluntariamente de su casa a sus padres. “No, la verdad que no se me ocurre quién. Mi papá tenía tabicada la casa para que no lo sorprendan. A todo el mundo le abría por el garaje”.
Los investigadores suponen que el sospechoso hizo subir a sus padres al auto Mercedes Benz E350 estacionado en el garaje con la excusa de ir al departamento del edificio Château Libertador, en Núñez, donde supuestamente habían comprado un departamento. Una vez que estuvieron dentro del vehículo, los ejecutó.
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