Doble homicidio: condenan a prisión perpetua a la policía que mató para pagarle el viaje a Disney a su hija
Las víctimas, Alberto Chirico y su esposa, María Delia Speranza, fueron ultimadas de un tiro en la cabeza y la asesina utilizó “un almohadón bordó” con el objetivo de “disminuir y amortiguar el ruido”, y también “para no verles las caras”
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La oficial de la Policía de la Ciudad Sonia Soloaga fue condenada a la pena de prisión perpetua al haber sido encontrada culpable del homicidio de un matrimonio que vivía en el barrio porteño de Parque Avellaneda. Para la Justicia, el móvil del crimen fue el robo de entre 70.000 y 80.000 dólares con los que planeaba pagar un viaje a Disney para el cumpleaños de 15 de su hija.
El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) porteño N°7 consideró a Soloaga autora material de los homicidios de Alberto Chirico, de 71 años, y de su esposa, María Delia Speranza, de 63. El doble crimen ocurrió el 11 de junio de 2019.
“El fallo me generó tranquilidad. Ni alegría ni tristeza, solo la tranquilidad de que se hizo lo que se tenía que hacer. La tranquilidad de que esta persona [la acusada] no va a volver a realizar otra aberración como la que hizo con mis padres. Les agradezco mucho a los jueces, a mis abogados [Alejandro Vartanian y Damián Berri], a los testigos y a los fiscales por todo lo que hicieron para llegar a este veredicto. Ojalá que mis padres puedan descansar en paz”, dijo a LA NACION Mariano Chirico, hijo de las víctimas.
Soloaga está presa desde 2019 y pasará al menos 35 años en prisión. Recién podrá pedir la libertad condicional en 2054, cuando tenga 69 años.
En la misma sentencia, los jueces Alejandro Noceti Achával, Gabriel Vega y Gustavo Rofrano absolvieron al oficial de la Policía de la Ciudad Diego Pachilla, de 37 años, que era el novio de Soloaga en el momento del doble crimen. El uniformado había llegado a juicio acusado de “encubrimiento agravado” porque se le atribuía haber ayudado a su pareja a deshacerse del arma homicida.
Soloaga y Pachilla se desempeñaban en la comisaría vecinal 9C de la Policía de la Ciudad, fuerza de la que fueron separados al quedar involucrados en esta causa.
La última audiencia, al igual que todo el debate, se desarrolló de forma virtual por medio de la plataforma Zoom y fue transmitida por el canal de YouTube del Poder Judicial de la Nación.
Pocos segundos después de escuchar el veredicto, Soloaga, que cumplía la prisión preventiva en el Complejo Penitenciario Federal IV, en Ezeiza, se quebró y lloró.
Antes de que se diera a conocer el fallo, en el momento de decir sus palabras finales, la acusada afirmó: “Jamás pensé vivir algo así, es algo que nunca me imaginé, vivir todo lo que estoy viviendo. Hace dos años que estoy acá y que perdí muchas cosas, perdí el derecho de cuidar a mi hija, dejé a mi hija sola”.
En cambio, Pachilla, quien enfrentaba un pedido de pena de tres años de prisión, pero terminó absuelto, prefirió no hacer uso del derecho a decir sus palabras finales antes del veredicto.
“En breve podremos conocer los fundamentos de la sentencia que absolvió a nuestro asistido. Pachilla fue erróneamente acusado. Fue otro caso de un policía mal acusado, con las consecuencias que ello implica en la delicada carrera policial, un juicio muy doloroso en el cual se hizo justicia”, sostuvo a LA NACION el abogado Hernán Vega, quien junto con su colega Christian Poletti, se encargó de la defensa del oficial.
El presidente del TOC 7, Noceti Achával, anunció que los fundamentos de este fallo se darán a conocer el 13 de julio a las 18.
En su alegato, el fiscal general Oscar Ciruzzi había solicitado la pena de prisión perpetua para Soloaga. El representante del Ministerio Público dio por probado que la acusada protagonizó el crimen del matrimonio entre las 12 y las 14.30 del 11 de junio de 2019, en la casa de las víctimas, situada en Eugenio Garzón 3581, zona donde ella cubría “servicio de parada”.
”Al lugar ingresó cuando le habilitaron el acceso. Primero ejerció violencia sobre ambas personas y con unos golpes consiguió que le señalaran dónde tenían guardada una suma importante de dinero, entre 70.000 y 80.000 dólares y entre 50.000 y 60.000 pesos”, sostuvo Ciruzzi.
El fiscal sostuvo que, luego de conseguir el dinero, Soloaga ejecutó a cada una de las víctimas con “un disparo en la cabeza” y que para ello utilizó “un almohadón bordó” con el objetivo de “disminuir y amortiguar el ruido”, y también “para no verles las caras”, según consignó la agencia de noticias Télam.
Ciruzzi dio por probado que la acusada tenía una relación de confianza con el matrimonio; las propias víctimas se los habían dicho a sus allegados.
Como posible móvil del crimen, Ciruzzi sostuvo la hipótesis del robo del dinero. Mencionó una deuda de más de 6000 dólares que Soloaga tenía con la empresa FunTime por el pago de un viaje a Disney que le quería regalar a su hija por su cumpleaños de 15.
El abogado de Soloaga, Augusto Nino Arena, había pedido la absolución de su clienta al considerar que durante el juicio oral hubo “abrumadoras pruebas” para dejarla en libertad. Sostuvo la versión de la mujer policía respecto de que si mintió en cuanto al destino de su arma -dijo que se la habían robado- no fue porque cometió este doble crimen, sino porque temía ser despedida de la Policía de la Ciudad por extraviar su pistola reglamentaria, según Télam.
“No tengo nada que ver, no me voy a hacer cargo. Piensen en mi familia. Estos dos años pasé muchas cosas acá adentro. Hay que vivirlo, hay que estar acá. Todos los días me levanto, estudio, trabajo para poder salir y seguir siendo la misma persona que era. Seguir haciéndome cargo de mi hija, como lo hice hasta el último día”, dijo Soloaga.
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