Doble crimen: piden perpetua para la policía acusada de matar a un matrimonio de jubilados por codicia
La fiscalía sostuvo que Sonia Soloaga mató a balazos a Alberto Chirico y María Delia Speranza en su casa del barrio porteño de Parque Avellaneda, el 11 de junio de 2019, para robarles entre 70 y 80 mil dólares con los cuales iba a pagarle a su hija un viaje a Disney
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El fiscal Oscar Ciruzzi solicitó hoy una condena de prisión perpetua para la policía de la Ciudad acusada de matar hace dos años a un matrimonio de jubilados de Parque Avellaneda para robarles entre 70.000 y 80.000 dólares con el objetivo de pagarle a su hija un viaje a Disney.
Se trata de Sonia Soloaga, que está siendo juzgada ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°7 como autora del doble homicidio triplemente agravado de Alberto Chirico, de 71 años, y de María Delia Speranza, de 63 años, ocurrido el 11 de junio de 2019 en la casa del matrimonio, en la calle Eugenio Garzón 3581.
La causa tiene como segundo imputado al por entonces novio de Soloaga, el también policía porteño Diego Alberto Pachilla, de 37 años, para quien Ciruzzi solicitó una pena de tres años de cárcel por encubrimiento doblemente agravado y la inhabilitación por 10 años para ejercer sus funciones como policía, al entender que su rol de agente de aplicación de la ley posibilitó la comisión del hecho.
El representante del Ministerio Público Fiscal mantuvo para Soloaga la carátula del requerimiento de elevación a juicio, que fue de “robo agravado por haber sido cometido con arma de fuego en concurso real con un doble homicidio triplemente agravado”: criminis causae -para ocultar y perpetuar el desapoderamiento en cuestión:, por alevosía (ya había reducido a ambas víctimas, de manera que no podían responder a ningún tipo de agresión), y por haber sido cometido con arma de fuego.
El fiscal sostuvo que “sin ninguna duda” el conocimiento previo que había entre Soloaga y las víctimas es lo que llevó a que les quite la vida “para evitar cualquier tipo de reconocimiento”. En el momento de los asesinatos, la mujer cumplía funciones en la Comisaría Vecinal 9C de la Policía de la Ciudad, entre las seis de la mañana y las dos de la tarde, y se había ganado la confianza y el cariño de las víctimas, quienes la dejaban ingresar en su casa para que usara el baño y le convidaban café cuando ella cumplía sus labores de prevención en la zona.
En su exposición, Ciruzzi describió la secuencia delictiva. Aseguró que aquel día, luego de golpear a Chirico y Speranza, la acusada consiguió que el matrimonio le señalara los lugares donde guardaban el dinero: una caja de leche, una de maicena, una caja de zapatillas y un caño de plástico con dos patitas. Eran entre 70 y 80 mil dólares y entre 50 y 60 mil pesos. Finalmente les aplicó un disparo en la cabeza a cada uno de ellos, y para disminuir y amortiguar el ruido, utilizó un almohadón. La pareja murió de manera inmediata.
Sostuvo que Soloaga cometió el homicidio con su arma reglamentaria, una pistola Pietro Beretta Px4 Storm 9 mm. En la escena del crimen la policía encontró dos vainas de ese calibre. La acusada primero denunció que le habían robado el arma en un asalto. Luego dijo que había mentido “por miedo a perder el trabajo” y aseguró que se la había olvidado en el baño. Sin embargo, para el fiscal esa “doble falaz versión” de Soloaga tuvo como único objetivo justificar su desaparición.
Como posible móvil del crimen, Ciruzzi sostuvo la teoría del robo del dinero y mencionó además la deuda que Soloaga tenía con la empresa “Fun Time” por el pago de un viaje a Disney que le quería regalar a su hija por su cumpleaños de 15.
La compañía había informado que cuando ocurrió el hecho, la acusada debía la suma de 6021 dólares (276.000 pesos al cambio de esa fecha).
Tras conocerse el alegato del fiscal, el hijo de las víctimas, Mariano Chirico, manifestó estar “de acuerdo” con la pena y pidió: “Espero que realmente la condena se haga efectiva, porque mis padres ya no están y no me los van a poder devolver”. Además se mostró agradecido con los testigos y los jueces porque “hicieron lo posible por aclarar los hechos”.
Si bien la querella no pudo alegar y pedir pena porque en su momento no presentó requerimiento de elevación a juicio, el TOC N°7, en virtud de la Ley de Víctimas, permitió a los abogados de la familia Chirico, Alejandro Vartanian y Damián Berri, hacer una exposición en la que adhirieron a los pedidos de condenas del fiscal y analizaron las pruebas.
Allí, Berri destacó otros indicios contra Soloaga, como que en su campera se hallaron 70.000 pesos y residuos de la deflagración de disparos, que en uno de sus cargadores secuestrados faltaban dos balas, que el día del crimen dejó su teléfono policial en un “pet shop” para no ser geolocalizada en la escena del crimen y que lo que debía pagar para el viaje a Disney de su hija era el equivalente a 6000 dólares.
El juicio pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo 23 de junio a las 14.30, cuando sea el turno de los alegatos de las defensa.