Doble crimen: juzgan a una policía por matar a un matrimonio y robarle dinero para un viaje a Disney
La acusada, Sonia Soloaga, tiene 36 años y se había ganado la confianza de las víctimas, Alberto Chirico y María Delia Speranza, quienes la dejaban entrar en su casa de Parque Avellaneda para usar el baño o tomar un café
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Cuando se enteró que la acusada de haber matado a sus padres era una oficial de la Policía de la Ciudad, Mariano Chirico sintió bronca e impotencia. “Que hayan sido ejecutados por la persona que los debía cuidar es una locura”, dijo a LA NACION el hijo de las víctimas del doble homicidio ocurrido en junio de 2019 en el barrio porteño de Parque Avellaneda.
La semana próxima, Sonia Soloaga comenzará a ser juzgada por los homicidios de Alberto Chirico, de 71 años, y de María Delia Speranza, de 63 años. En el momento de los asesinatos, la acusada del doble crimen cumplía funciones en la Comisaría Vecinal 9C de la Policía de la Ciudad y se había ganado la confianza y el cariño de las víctimas, quienes la dejaban ingresar en su casa para que usara el baño y le convidaban café cuando ella cumplía sus labores de prevención en la zona.
Según se explicó en el sitio de noticias de la Procuración General de la Nación, www.fiscales.gob.ar, “el 11 de junio de 2019, entre las 12 y las 14.30, Soloaga ingresó en la casa situada en Eugenio Garzón al 3500 con el objetivo de robarle al matrimonio entre 70.000 y 80.000 dólares que tenían ahorrados”.
La acusada quería el dinero para pagarle a su hija un viaje a Disney por su cumpleaños de 15 años. “[La acusada] golpeó fuertemente a las víctimas y después les disparó a ambas con su pistola reglamentaria con alevosía, y a los fines de asegurar su impunidad, como así también el provecho del delito”, explicó la fiscal Estela Andrades en el requerimiento de elevación a juicio.
Según informó la agencia de noticias Télam, la empresa Fun Time informó que a la fecha de los hechos Soloaga debía la suma de 6021 dólares (276.000 pesos al cambio de esa fecha) por el viaje de su hija a los Estados Unidos. La fiscal Andrades sostuvo que “no resulta para nada creíble” que Soloaga haya podido ahorrar ese dinero con sus horas adicionales “ya que se ha acreditado que en dos años le fue abonado en tal concepto 109.728, es decir, menos de la mitad del total adeudado”.
El debate, que comenzará el miércoles próximo y que se realizará por medio de una plataforma electrónica como medida para prevenir la propagación del coronavirus, estará a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°7, integrado por los jueces Gabriel Vega, Gustavo Rofrano y Alejandro Noceti Achával. El Ministerio Público estará representado por el fiscal Oscar Ciruzzi.
“Tengo fe que se haga Justicia. Espero que le den la máxima condena. Es una locura que mis padres hayan sido ejecutados por quién debía cuidarlos”, dijo el hijo de las víctimas.
Según el expediente judicial, después de asesinar al matrimonio, la oficial se fue del lugar y denunció que le habían robado su arma, “con el propósito de cubrir su accionar y poder deshacerse de la pistola utilizada en el crimen”.
Soloaga presentó una denuncia en la que dijo que había sido interceptada por los ocupantes de un Volkswagen Gol Trend y de una camioneta Renault Duster, desde la cual se bajó un delincuente para robarle su arma.
La oficial de la Policía de la Ciudad también sostuvo que de los vehículos descendió una mujer y le sustrajo su cartera donde tenía 300.000 pesos.
“Cuando se revisó su vehículo, los uniformados encontraron dentro de su campera del uniforme 70.000 y dos cargadores”, según fuentes judiciales.
La familia de la víctimas se enteró de que la acusada del doble homicidio era una mujer policía un mes después de los hechos. “Cuando la detuvieron sentí bronca, pero no odio. Era como un choque de dos mundos. Sí me sentí en una película de terror: que la asesina de mis padres haya sido una oficial a las que ellos la dejaban entrar a casa no lo podía creer”.
El doble homicidio comenzó a ser descubierto cuando, en horas de la tarde, un oficial de la misma comisaría donde trabajaba la acusada advirtió que el portón de la casa estaba abierto y como nadie respondía a sus llamados le avisó a la hija de Chirico y Speranza.
“La hija del matrimonio salió a los pocos minutos diciendo que sus padres estaban tirados en el piso y que creía que estaban muertos. La Unidad Criminalística Móvil determinó que habían sido golpeados y que les habían disparado en la cabeza”, según www.fiscales.gob.ar.
En el requerimiento de elevación a juicio, la fiscal Andrades pidió que la oficial sea juzgada por “robo agravado por su comisión con arma de fuego, en concurso real con el delito de homicidio doblemente calificado por haber sido cometido con alevosía, y para consumar el otro delito y lograr la impunidad, que se agrava a su vez por haber sido cometido con un arma de fuego, en concurso real con falsa denuncia”.
También será juzgado el oficial Diego Pachilla, que en el momento de los hechos era novio de Soloaga. Llegará al debate excarcelado acusado de encubrimiento doblemente agravado. Según la fiscal Andrades la ayudó “a eludir las investigaciones de la autoridad”. La representante del Ministerio Público sostuvo: “Para eso, habría elaborado un plan que consistió en corregir la versión que dio la mujer al ser interrogada, además de colaborar en el ocultamiento del arma reglamentaria de la imputada, que no pudo ser encontrada”.
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