Doble crimen en Vicente López: mentiras, 15 contradicciones y otras pruebas que complican al sospechoso
El Ministerio Público Fiscal presentó un dictamen de 101 páginas para fundamentar la solicitud para que Martín Del Rio, el hijo menor de las víctimas, continúe el proceso detenido
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Tanto cuando declaró como testigo, poco después del hallazgo de los cuerpos de sus padres, asesinados a balazos en su casona de Vicente López, como cuando fue indagado como presunto autor de los homicidios, Martín Del Rio hizo un relato pormenorizado de sus movimientos del día del doble crimen, el 24 de agosto pasado. Pero mintió, según la fiscalía. Las falsedades quedaron expuestas en el dictamen donde los representantes del Ministerio Público Fiscal solicitaron la prisión preventiva del sospechoso. A la hora de fundamentar la acusación, los fiscales Alejandro Musso, Marcela Semería y Martín Gómez, el triunvirato a cargo de la investigación, resaltaron, a modo enunciativo, 15 contradicciones en las afirmaciones y explicaciones que dio el sospechoso.
Del Rio está imputado por doble homicidio calificado por alevosía, por el vínculo, por el uso de arma de fuego y por ser criminis causae (matar para lograr la impunidad), delito que prevé como única pena la máxima del Código Penal, prisión perpetua. Ahora, el juez de Garantías N°1 de San Isidro, Ricardo Costa, debe definir si hace o no lugar a lo solicitado por los fiscales.
Las 15 contradicciones, según los fiscales
- 1) Según sus propias palabras, el 24 de agosto pasado el imputado se levantó a las 7 para llevar a su hijo adolescente al colegio. Después regresó a su casa del barrio Barrancas del Lago, en Nordelta, para ducharse y prepararse para ir al centro porteño en su camioneta Mercedes Benz para reunirse con un abogado. Sostuvo que el viaje lo hizo por la avenida Lugones hasta la avenida 9 de Julio y que su vehículo lo dejó estacionado en una cochera subterránea cercana al Teatro Coliseo. Pero el relato, según los fiscales, “fue rebatido de manera muy simple”: entre las 9.43 y las 12.57, ninguna antena registró movimientos del teléfono celular del sospechoso en el centro porteño: solo en Nordelta y en Belgrano.
- 2) El sospechoso sostuvo que ingresó en la ciudad de Buenos Aires después de circular por la autopista Panamericana, la avenida General Paz y la avenida Lugones hasta la avenida 9 de Julio. “Aquí podemos corroborar la mendacidad de Del Rio con otro dato técnico obrante en el expediente. En tal sentido, de los registros del Anillo Digital [del gobierno porteño] correspondientes al día 24 de agosto pasado, surge claramente que el vehículo Mercedes Benz dominio NNK793 fue detectado únicamente por el dispositivo instalado en el Destacamento Goyeneche [casi en la subida a la General Paz, a la altura de la calle Deheza, en Saavedra]. Ello, sumado a que, de la gran cantidad de dispositivos ubicados en Lugones, ninguno de ellos captó el paso del vehículo en cuestión, como así tampoco se informó de problemas técnicos de alguno de ellos”, afirmaron los fiscales en el dictamen de 101 páginas donde solicitaron la prisión preventiva del sospechoso.
- 3) Martín del Rio, de 47 años, dijo que ese día, mientras caminaba por Palermo, habló por teléfono con su padre. Cuando declaró como testigo, sostuvo que la charla duró entre 27 y 30 minutos. Ya como imputado, redujo la duración de esa comunicación: duró entre cinco y diez minutos, según aclaró. Los representantes del Ministerio Público sostuvieron, después de analizar las llamadas entrantes y salientes del teléfono celular de José Enrique Del Rio: “Podemos corroborar que en ninguna [comunicación] de ellas se verifica la duración de cinco minutos, siendo todas llamadas que no superan los dos minutos y medio”.
- 4) El hijo menor de las víctimas sostuvo que la tarde en la que asesinaron a sus padres estuvo dentro de su camioneta contestando mensajes de WhatsApp y correos electrónicos, a las 18 o 18.15. “Se pudo comprobar lo contrario a lo sostenido por el imputado. Martín Del Rio no contestó las llamadas telefónicas que llegaron a su teléfono celular en las proximidades del horario señalado. Entre las 15.58 y las 19.51, surge claramente que su teléfono celular no fue manipulado por el usuario, sin perjuicio de lo cual tuvo actividad proveniente del exterior, contando únicamente con registros entrantes y ninguno saliente”, consta en el expediente judicial. Se comprobó que ese día no envió ningún mail.
- 5) El sospechoso dijo que entre las 18 y las 18.15 fue hacia un departamento de su suegro, Jorge Sánchez, situado en Virrey Arredondo al 2400, Colegiales. “Quedó claramente demostrado que Del Rio llegó dos horas más tarde a lo aquí sostenido por él al departamento en cuestión. Ello puede ser corroborado por dos registros técnicos recabados en esta pesquisa. Por un lado, las propias cámaras del edificio en cuestión, y, por otro, el registro telefónico del encartado”, afirmaron los fiscales en el dictamen.
- 6) El imputado sostuvo que regresó a su casa de Nordelta acompañado de su esposa. Pero los registros indican que volvió solo a Barrancas del Lago.
- 7) Se trata de una contradicción en una prueba clave para la fiscalía. En el baúl de la camioneta Mercedes Benz, en un “buche”, los investigadores hallaron un control remoto con un llavero con tres llaves. El imputado sostuvo que era un dispositivo para abrir un garaje alquilado en Villa Urquiza, “pero en realidad es el control que le pertenecía a José Enrique Del Rio y fue utilizado por el imputado para huir de la escena del hecho una vez cometido, para luego ocultar el mismo en la parte trasera del vehículo”, explicaron los fiscales.
- 8) Acerca del misal que le secuestraron a María Ninfa Aquino, la empleada doméstica de las víctimas y que fue la primera detenida que tuvo la causa. Martín Del Rio sostuvo que era imposible que su madre se lo hubiera regalado a Aquino porque era un recuerdo de su abuela. Pero los investigadores determinaron que se trata de un artículo que la firma Prüne sacó a la venta entre 2010 y 2011 y la abuela del sospechoso falleció en 2001.
- 9, 10, 11, 12 y 13) En estos puntos, los fiscales resaltaron las mentiras sobre la compra de un departamento en un exclusivo edificio de Núñez, donde las víctimas pensaban que se iban a mudar. “José Enrique Del Rio y Mercedes Alonso, hasta el último minuto de sus vidas, estuvieron esperando a una empresa mudancera para que realicen la mudanza al Château Libertador”, sostuvieron los fiscales Musso, Gómez y Semería.
- 14) Describe la caminata que hizo el imputado junto con Paola C. –una corredora inmobiliaria con la que mantenía una relación sentimental– desde Núñez hacia la casona de sus padres, seis días antes del doble homicidio. El recorrido fue el 18 de agosto pasado, en un horario similar al que, según la fiscalía, se produjo el doble crimen. Al respecto, el sospechoso sostuvo que, según recordaba, habían hecho aquel recorrido a pie para ir a una inmobiliaria por el tema de “una propiedad grande”. Pero la reconstrucción que hicieron los investigadores a partir de las cámaras de seguridad de la ciudad de Buenos Aires y de la Municipalidad de Vicente López es que el sospechoso fue desde Núñez hasta Melo y Gaspar Campos en un trayecto similar al que habría hecho el día en que, para los fiscales, mató a sus padres. Como si se tratara de una “reconstrucción” del recorrido para chequear tiempos y posiciones de cámaras de seguridad. De hecho, ninguna de las filmaciones de cámaras de seguridad del día del hecho muestran su rostro: Martín del Rio vestía una campera grande (era de su padre) y una gorra y un barbijo que le cubrían la cara; Paola C y Diego del Rio –hermano mayor del acusado–, lo reconocieron por la forma de caminar.
- 15) En este punto, los fiscales resaltaron la mendacidad sobre el relato del imputado relacionado con una pistola Glock calibre 9 milímetros hallada en una baulera de un edificio de Belgrano y sobre la respuesta que dio el imputado cuando le consultaron si era “tirador o había practicado tiro”. Los investigadores explicaron: “El encartado [Martín Del Rio] no podía desconocer el contenido de esa caja [donde estaba la pistola], máxime teniendo en cuenta que en su interior había un arma de fuego a él vinculada, con documentación de la misma, y de otra arma de fuego cuyo paradero es desconocido actualmente [la supuesta arma homicida]”. Respecto de la práctica de tiro, los representantes del Misterio Público destacaron el testimonio del hermano del sospechoso, Diego Del Rio, quien afirmó que el supuesto parricida “practicó tiro regularmente”.
“Las mendacidades del encartado se cristalizaron en la máxima: ‘se puede mentir a todos durante algún tiempo, y también se les puede mentir a algunos todo el tiempo, pero nunca se les podrá mentir a todos, todo el tiempo’”, concluyeron los fiscales.
Tras la presentación de los representantes del Ministerio Público, el juez Costa dictó la prisión preventiva.
“En el caso se observa la existencia de condiciones excepcionales que permiten desoír el principio de la libertad durante el proceso, toda vez que se verifica riesgo procesal de fuga y entorpecimiento de la investigación. Ese riesgo procesal surge a partir de la pena que se espera como resultado del procedimiento, en virtud de la escala penal con la que viene conminado el delito cuya comisión se le atribuye al encausado”, sostuvo el juez Costa al fundamentar la prisión preventiva.
El viernes pasado, Del Rio fue trasladado desde la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro a la Unidad 48 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), en San Martín, para cumplir con la prisión preventiva dispuesta por el juez Costa.
Hoy se conoció que su defensa, al argumentar cuestiones de salud, solicitó la prisión domiciliaria. La abogada Mónica Chirivin pidió que si se hace lugar al pedido, se haga efectiva en la casa del imputado en Nordelta, donde vivía con su esposa y sus hijos.
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