Doble crimen en Vicente López: los fiscales pidieron que sea juzgado por un jurado popular el hijo menor de las víctimas
José Enrique Del Rio y María Mercedes Alonso fueron asesinados a balazos el 24 de agosto pasado; el móvil económico, detrás de los homicidios
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Los fiscales que investigaron los homicidios de José Enrique Del Rio y María Mercedes Alonso, el matrimonio asesinado a balazos en su casona de Vicente López, doble crimen ocurrido el 24 de agosto pasado, pidieron que el expediente sea elevado a juicio y que el hijo menor de las víctimas, Martín Del Rio, sea juzgado por un jurado popular como responsable del delito de doble homicidio calificado por alevosía, por el vínculo, por el uso de arma de fuego y por ser criminis causa.
Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes judiciales. El requerimiento de elevación a juicio fue firmado por los fiscales Marcela Semería, Alejandro Musso y Martín Gómez, equipo especial de investigadores diseñado por el fiscal general de San Isidro, John Broyad, por la complejidad del caso.
“Frente a la posibilidad de ver frustrada su fuente de ingresos principal [estaba a cargo de la administración de los bienes de sus padres] el encartado decidiera terminar con la vida de sus progenitores sin que pueda descartarse o al menos no es prematuro suponer, la factibilidad desde la esfera interno-cognitiva, de que [Martín Del Rio] pretendiera hacerse de los bienes de sus progenitores en función de su legitimación como heredero ya sin el deber de rendir cuentas a un progenitor cada vez más interesado en conocer sobre el desarrollo de sus negocios, máxime que no se trataba de uno, sino de una cuantiosa cantidad de inmuebles de valor en juego y el flujo de dinero constante que generaban”, sostuvieron los representantes del Ministerio Público Fiscal al hablar sobre el móvil del doble crimen.
El requerimiento de elevación a juicio fue presentado por los fiscales Semería, Musso y Gómez ante el juez de Garantías de San Isidro Ricardo Costa, magistrado que interviene en la causa.
“El juicio por jurados es lo que corresponde por la pena en expectativa, pero Del Rio puede pedir ser juzgados por jueces de un tribunal colegiado”, sostuvo a LA NACION una fuente judicial.
Martín Del Río, de 48 años, actualmente está alojado en la Unidad 48 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB). Tras su detención, su esposa y madre de sus dos hijos, Cecilia Sánchez, le pidió el divorcio.
El doble crimen ocurrió la tarde del 24 de agosto pasado en la casona de las víctimas, situada en Melo 1101, en Vicente López. Del Rio, de 74 años, y Alonso, de 72, fueron asesinados con una pistola calibre nueve milímetros, que finalmente fue secuestrada en la casa que el matrimonio tenía en el country San Diego.
Los cuerpos fueron hallados la mañana siguiente, cerca de las 9. Las víctimas estaban dentro de un automóvil Mercedes Benz, con los cinturones de seguridad puestos, estacionado en la cochera de la casona.
Pocas horas después del hallazgo de los cadáveres, fue detenida la empleada doméstica de las víctimas, María Ninfa Aquino. La mujer, de 64 años, estuvo en prisión 12 días. Se pensó, en un primer momento, que había sido la entregadora que aportó el dato para que una banda de ladrones ingresara a robar en la casona de las víctimas.
Pero, con el correr de los días y la incorporación de distintas pruebas, el sospechoso principal del doble crimen pasó a ser el hijo menor de las víctimas. Fue detenido por detectives de la Delegación Departamental de Investigciones (DDI) de San Isidro el 7 de septiembre pasado cuando llegaba a su casa del barrio Barrancas del Lago, en Nordelta, Tigre. Aquino, finalmente, fue sobreseída a fines de febrero pasado.
Para los fiscales existe una prueba clave. Se trata de una serie de las filmaciones donde el sospechoso fue grabado por una cámara de seguridad a las 18.37 del 24 de agosto pasado cuando caminaba por la calle Gaspar Campos, a unos 50 metros de la casa de sus padres. Llevaba puesto un barbijo, una gorra y una campera que luce, por lo menos, un talle más grande. Cargaba un bolso-cartera cruzado a la espalda y en una de sus manos tenía una bolsa de tela de una reconocida empresa inmobiliaria.
En su primera declaración indagatoria, el sospechoso “refirió no reconocerse como la persona que aparece en los videos”. También sostuvo que el bolso y la vestimenta que se ve en las imágenes no le pertenecen.
Pero su exesposa, su hermano mayor, Diego Del Rio; su exsuegro, Jorge Sánchez, y Paola C., una mujer con la que mantenía una relación sentimental, lo reconocieron como el “hombre encapuchado”.
“Precisamente Cecilia Sánchez, manifestó haber visualizado las imágenes inherentes al caminante, y al igual que Diego del Rio, lo reconoce como Martín Del Rio”, explicaron los representantes del Ministerio Público en el requerimiento de elevación a juicio.
Según la reconstrucción que hicieron los fiscales, el tirador ingresó en la casa de las víctimas a las 17.33 del 24 de agosto del año pasado y permaneció pocas más de una hora en el inmueble situado en 1101.
“Entendemos que ese comportamiento del sospechoso, al tomarse el trabajo de llegar vestido de un modo y cambiarse al egresar del domicilio dicha vestimenta, o colocarse otro tipo de ella por encima de la que ya vestía, claramente va en sintonía con lo que se viene pregonando, en torno a los especiales cuidados que adoptó el sujeto en aras de desviar el foco y no ser reconocido, generando confusión a la hora de los parámetros de búsqueda fílmica. Desde nuestro prisma y sin temor a equivocarnos, nos hallamos en condiciones de afirmar, que los exagerados cuidados adoptados, precisamente permitieron delinear la hipótesis en relación con un sujeto cercano al círculo familiar y pasible de ser reconocido”, afirmaron los fiscales Musso, Semería y Gómez.
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