Doble crimen en Vicente López. La detenida pidió ampliar su indagatoria y la fiscalía general reforzó el equipo de investigadores
María Ninfa Aquino, empleada de las víctimas, dará nuevas explicaciones con las que buscará desmentir la imputación como presunta entregadora; una fiscal se sumó a los dos que llevan adelante la pesquisa desde el jueves; buscan identificar a los asesinos de José Enrique Del Río y María Mercedes Alonso
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María Ninfa Aquino, única detenida por el doble asesinato del abogado José Enrique Del Río y su esposa, María Mercedes Alonso, ocurrido el jueves pasado en la casa del matrimonio, en Vicente López, pidió ampliar su declaración indagatoria en la causa en la que está acusada de ser la “entregadora” del crimen por el cual aún se busca a quienes ejecutaron de cuatro tiros a la pareja antes de escapar de la vivienda con 10.000 dólares, un millón y medio de pesos, 50 lingotes de oro y diamantes.
La complejidad del caso, y el hecho de que los autores materiales del doble homicidio aún están prófugos y, por ahora, son asesinos sin nombre, llevó al fiscal general de San Isidro, John Broyad, a reforzar el equipo de investigadores judiciales. A los fiscales Martín Gómez y Alejandro Musso, ambos de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Este de Vicente López, sumó a Marcela Semería, titular de la UFI de Drogas de Vicente López.
Según explicaron fuentes del caso, no se trata de que se esté sopesando la hipótesis de un eventual nexo entre el crimen y en narcotráfico, sino que se ponderó la vasta experiencia de trabajo de Semería en investigación de causas judiciales por hechos delictivos ocurridos en Vicente López.
“Estamos analizando las comunicaciones y las cámaras de seguridad privadas y del municipio en esa zona para identificar a los autores”, confió a la agencia Télam una fuente del equipo fiscal.
Cuestionamientos de la defensa
El abogado Hugo López Carribero, que desde este fin de semana es el nuevo defensor de “Nina” Aquino, que fue durante más de 12 años empleada doméstica de las víctimas, solicitó hoy formalmente la ampliación de declaración indagatoria.
El viernes pasado, cuando ya estaba detenida y era asistida por un defensor oficial, Aquino presentó un descargo por escrito, de una carilla y media, en el que negó la imputación sobre su participación necesaria en el crimen y en el que aseguró que la billetera de cuero que le secuestraron en su casa –donde se presume que podría haber estado la llave de la caja fuerte de la casa, de donde fueron robados millonarios valores– se la había regalado su patrona.
“Vamos a contestar todas las preguntas que sean necesarias. Mi clienta es inocente y es insólito que primero meten presa a la supuesta entregadora y luego salgan a buscar a los ejecutores del hecho, cuando en realidad tendría que haber sido al revés”, dijo López Carribero, que en sus redes sociales se presenta como “el abogado del conurbano”.
Aquino, que está imputada como “partícipe necesaria” de un “robo y homicidio agravado criminis causae” –delitos para los que se prevé la prisión perpetua–, fue quien dijo haber encontrado los cadáveres dentro del auto, en la cochera de la casa. Fue arrestada como consecuencia de una serie de contradicciones y actitudes extrañas que mencionó en su relato sobre el día del hallazgo.
”Este acontecimiento delictivo no podría haberse llevado a cabo sin la participación necesaria de María Ninfa Aquino, quien franqueó a los autores materiales el ingreso a la finca mencionada, así como aportó la información respecto de los movimientos de los residentes de la misma y los elementos de valor existentes en ella”, señala la imputación que redactaron los fiscales, a la que accedió Télam.
En el dictamen se precisa que el botín robado por los homicidas de la casona de la calle Melo al 1100 esquina Gaspar Campos, de Vicente López, fue de “10.000 dólares estadounidenses, 1.500.000 pesos, 50 lingotes de oro de 10 gramos y varios diamantes”; los homicidas también se llevaron el DVR con las imágenes de las cámaras de seguridad de la casa.
Contradicciones
Según los detectives del caso, entre las actitudes de Nina Aquino que llamaron la atención de los fiscales están que llegó a las 6.40 del jueves y tardó más de dos horas en preocuparse porque el matrimonio no bajó a desayunar, a pesar de que estaba intacta la cena –un plato con brócoli y alcauciles– que ella misma les había preparado para la noche anterior.
Tampoco señaló haber advertido, cuando llegó, el desorden que el o los asesinos habían dejado en varios ambientes de la casa que estaban revueltos.
Además, luego de hallar los cadáveres dentro del auto, Aquino apagó la luz del garaje, volvió a cerrar la puerta que lleva desde la vivienda a la cochera, le puso llave y la colgó en el llavero, y luego se puso a ordenar la casa.
En un allanamiento realizado en su casa de la localidad de Pablo Podestá, se encontró una billetera de cuero rojiza marca Prüne que era propiedad de Alonso y en la que, según un hijo de las víctimas, su madre podía haber tenido escondida la llave de la caja fuerte de donde robaron el botín.
En el celular de Aquino, los peritos detectaron una foto borrada de esa misma billetera rojiza. La defensa ensayó una explicación: que se la había regalado su patrona tiempo atrás, que en ella la empleada había guardado 2000 pesos, la perdió, y al encontrarla la fotografió para mostrarle a su hija que había aparecido.
Con respecto al desorden, el abogado de Aquino puso énfasis en que, para la empleada, pudo no haber resultado extraño, dado que el matrimonio se iba a mudar de la casa esta semana, por lo que había movimiento de cosas.
A los fiscales también les pareció sospechoso que, a pesar de la cantidad de años que llevaba trabajando en la casa, Aquino dijo desconocer la existencia de una caja fuerte.
El caso
El robo y posterior doble crimen fue cometido entre las 16.48 del miércoles último –momento del último contacto telefónico de Mercedes Alonso– y las 4.30 de la madrugada del jueves, horario estimativo de la data de muerte.
Los fiscales manejan la hipótesis de que el matrimonio Del Río fue abordado luego de que la mujer regresara de hacer unas compras en un supermercado –las bolsas con mercadería quedaron arriba del auto–, o que alguien les proporcionó a los asesinos una copia de la llave.
Los investigadores hallaron un disparo en uno de los salones de la casona, que atravesó un almohadón y quedó incrustado en el piso de parquet, y cuya vaina servida la ahora detenida dijo haber encontrado tirada en una alfombra, por lo que se cree que antes de ser asesinadas en el auto, las víctimas estuvieron varias horas siendo intimidadas dentro de la casa.
Las víctimas estaban sentadas con los cinturones de seguridad colocados en los asientos delanteros del Mercedes Benz E350. La mujer, del lado del conductor, con un tiro en la cabeza, y el hombre, del lado del acompañante, con tres disparos.
El tirador los ejecutó con una pistola calibre 9 milímetros; hizo los disparos de atrás hacia adelante, y de derecha a izquierda, por lo que se sospecha que pudo haber estado en el asiento trasero.
Una hipótesis es que los autores del doble crimen subieron al matrimonio al auto para ir a otra propiedad que tenían en un country de la zona oeste del conurbano y algo precipitó el plan para asesinarlos.
Los Del Río estaban por mudarse a un departamento en el exclusivo edificio Chateau Libertador, del barrio porteño de Núñez, y pensaban continuar allí con la empleada ahora detenida.
Además de abogado jubilado, Del Río tuvo un breve paso por la Policía Federal Argentina (PFA), tenía una relación comercial con una empresa de seguridad privada y era propietario de playas de estacionamiento en la ciudad de Buenos Aires.
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