Doble crimen en Vicente López: entradas y salidas del sospechoso de un departamento de Colegiales, ¿para descartar una prueba clave?
Tras los homicidios, Martín Del Rio, el hijo menor de las víctimas, estuvo en un departamento de su suegro; quedó registrado por una cámara de seguridad cuando salió con una bolsa con peso y cuando regresó estaba vacía
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Eran las 20.32 con 50 segundos del 24 de agosto pasado cuando Martín Del Rio salió del edificio de la calle Virrey Arredondo, en Colegiales. Entre dos y tres horas antes, sus padres, José Enrique Del Rio y María Mercedes Alonso, habían sido asesinados a balazos en su casona de Melo y Gaspar Campos, Vicente López. En una de sus manos, el hijo menor de las víctimas llevaba una bolsa de tela. La sujetaba con fuerza, como si llevara peso. Dieciséis minutos después, regresó al inmueble. La bolsa estaba vacía.
La secuencia fue registrada por las cámaras de seguridad del edificio situado en Virrey Arredondo al 2400, donde el suegro de Martín Del Rio tiene un departamento. Los investigadores están convencidos de que el sospechoso salió del inmueble para descartarse de una prueba clave del doble homicidio. ¿El DVR del sistema de videovigilancia interno que se llevó el asesino de la escena del crimen? ¿El arma homicida?
Del Rio, de 47 años, está detenido e imputado por doble homicidio cuádruplemente calificado por el vínculo, la alevosía, por ser criminis causae (matar para lograr la impunidad) y por el uso de arma de fuego, delito para el cual se prevé como única pena la máxima del Código Penal: prisión perpetua.
“Al salir del edificio giró hacia la derecha, es decir, comenzó a caminar en sentido a la calle Ciudad de la Paz. Las imágenes no dejan lugar a dudas de que la bolsa de tela que llevaba en la mano estaba cargada cuando se fue y vacía cuando regresó”, sostuvo a LA NACION una calificada fuente de la investigación.
Qué llevaba Martín Del Rio en la bolsa de tela y de qué se descartó en los 15 minutos en que estuvo en la calle, es un misterio.
Una hipótesis que analizan los investigadores es que, en la bolsa, Del Rio llevara el disco rígido (DVR) que grababa las filmaciones de la cámara de seguridad de la casona situada en Melo 1101, en Vicente López, donde vivían las víctimas.
El matrimonio fue hallado asesinado en el interior de un auto Mercedes Benz de su propiedad que estaba estacionado en el garaje de la casona.
“En el garaje había instalada una cámara de seguridad que registrada todos los movimientos. El asesino, antes de escapar, se llevó el DVR. En los allanamientos que se hicieron tras la detención de Martín Del Rio, ese aparato aún no pudo ser hallado”, sostuvo a LA NACION una fuente judicial.
La investigación del doble crimen está a cargo de los fiscales Marcela Semería, Alejandro Musso y Martín Gómez. En el expediente interviene el juez de Garantías de San Isidro Ricardo Costa.
Las filmaciones, según pudo saber LA NACION de fuentes judiciales, fueron analizadas por un detective de la policía bonaerense que colabora con los funcionarios judiciales a cargo de la investigación.
El edificio en cuestión tiene tres cámaras de seguridad: una enfoca la entrada al garaje, una en el interior de las cocheras y una filma lo que sucede en el lobby, explicaron voceros de la investigación.
Según las filmaciones, la camioneta Mercedes Benz del sospechoso de Martín Del Rio ingresó en la cochera a las 20.02. “Después de estacionar, el sospechoso se quedó dentro del vehículo unos siete minutos. Luego bajó y se dirigió al lobby del edificio”, explicó una fuente del caso.
Los investigadores sospechan que durante los siete minutos que estuvo dentro del auto, en el garaje, el presunto autor del doble crimen se cambió de ropa. Cuando salió de la casa de las víctimas, el sospechoso llevaba puesto un barbijo, una gorra y una campera que luce, por lo menos, un talle más grande. En las cámaras de seguridad del edificio de Colegiales fue filmado con una chomba a rayas.
A las 20.19, según los registros fílmicos, el sospechoso volvió a la cochera y abrió la camioneta. La cerró dos minutos después.
“A las 20.21 vuelve a ingresar en el lobby del edificio y segundos después vuelve salir al sector de cocheras. Acciona la apertura y cierre de la camioneta. Regresa dos minutos después, aunque esta vez con la particularidad de que carga un objeto voluminoso bajo su brazo izquierdo. Si bien no se aprecia con claridad de que se trata, se aprecia que es de color oscuro y que claramente estaba en su vehículo”, según la declaración testimonial del detective que analizó las imágenes de las filmaciones del edificio.
Después, Del Rio se fue hacia el sector de los ascensores para dirigirse al departamento de su suegro. La siguiente secuencia es la de las 20.32 con 50 segundos, cuando sale por la puerta principal del edificio con una bolsa cargada y su regreso, 16 minutos después, con la bolsa vacía.
El sospechoso estuvo en el edificio hasta las 20.52. A esa hora quedó filmado cuando salió de la cochera con su camioneta Mercedes Benz.
El doble crimen ocurrió el 24 de agosto pasado entre las 17.32 y las 18.37. Las víctimas fueron asesinadas dentro de su auto, un Mercedes Benz E350, estacionado en el garaje de la casona de Melo 1101.
Los cuerpos de las víctimas fueron halladas por la empleada doméstica, María Ninfa Aquino, el 25 de agosto pasado, cerca de las 9.
“La mucama de mis padres me está diciendo que hay un problema en la casa de ellos. Que mis padres están muertos en el garaje, dice. Recién me acaba de llamar”, dijo a las 9.01 Martín Del Rio, cuando se comunicó con el número de emergencia 911.
Aquino, de 64 años, fue la primera detenida que tuvo la causa. Se pensó que había sido la entregadora que aportó el dato para que una banda de ladrones ingresara a robar en la casona de las víctimas. Recuperó la libertad el miércoles pasado, un par de horas antes de la detención de Martín Del Rio.
“Si la única forma que tiene Martín Del Rio para defenderse es acusarme a mí, entonces hagamos un careo, junto a su nueva abogada y mi abogado. Yo le saco la careta a ese miserable”, desafió Aquino.
En el primer tramo de la investigación, una serie de indicios y contradicciones la convirtieron en sospechosa. Al día siguiente del descubrimiento del crimen, los fiscales pidieron su detención como presunta “entregadora”.
Una de las claves para su detención fue, precisamente, un dato aportado por Martín Del Rio. El hijo menor de la pareja asesinada identificó una billetera que había sido secuestrada en la casa de Aquino, en Pablo Podestá, como el lugar donde su madre guardaba la llave de la caja fuerte de la casa, de donde supuestamente faltaban 10.000 dólares, un millón y medio de pesos, 50 lingotes de oro y diamantes. Reforzó esa sospecha el descubrimiento de una foto de la billetera que fue borrada del celular de Nina. La empleada doméstica dio una explicación de esa circunstancia y enfatizó que tenía consigo la billetera porque Alonso se la había regalado.
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