Barrabrava con prontuario narco y viajes a la Argentina: quién es el tercer detenido por el túnel en San Isidro
Nicolás Carpani Romero fue detenido en Uruguay; está acusado de robo agravado por su comisión en lugar poblado y en banda en grado de tentativa
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Entre abril de 2023 y el 30 de marzo pasado, Nicolás Carpani Romero, un ciudadano uruguayo de 33 años, vino a la Argentina diez veces. La mayoría de las ocasiones lo hizo desde Uruguay, en auto y en ferry. Su último ingresó oficial en el país lo hizo desde Chile. Pero, se sospecha, hubo más viajes que no quedaron registrados porque lo hizo de forma ilegal. Para la Justicia fue parte de la banda que planeó robar la sucursal San Isidro del Banco Macro e hizo un túnel de, por lo menos, 150 metros, para apoderarse, supuestamente, de un botín que podría rondar los 30 millones de dólares.
Carpani Romero fue detenido ayer en el barrio Malvín Norte, en Montevideo. Tenía una orden de captura internacional. El domingo pasado, la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones del Departamento Interpol de la Policía Federal Argentina (PFA) había emitido una circular roja, es decir, una solicitud dirigida a las fuerzas del orden de todo el mundo para localizar y detener provisionalmente a una persona en espera de su extradición o entrega.
Carpani Romero es el tercer detenido que tiene la causa por el intento de robo. El jueves pasado fueron apresados Alejandro Rosendo López y Alan Daniel Lorenzo Rodríguez, un uruguayo que sería líder de la barra brava de Nacional de Montevideo.
“Carpani Romero también sería barra de Nacional. Tiene antecedentes penales. En 2019 había sido detenido en Uruguay en el marco de una investigación donde se secuestraron 12 kilos de cocaína, pistolas, municiones y cargadores”, sostuvieron a LA NACION calificadas fuentes de la investigación.
La orden de detención del sospechoso, imputado de robo agravado por su comisión en lugar poblado y en banda en grado de tentativa, fue emitida por la jueza de Garantías de San Isidro Andrea Rodríguez Mentasty.
Para los investigadores del caso hay pruebas suficientes para afirmar que detrás del túnel y del intento de robo de la sucursal San Isidro del Banco Macro hay una banda “pesada”, integrada por delincuentes vinculados al narcotráfico y las barras bravas.
El túnel se descubrió el miércoles 7 de agosto. La investigación quedó a cargo de la fiscal Carolina Asprella y del fiscal general adjunto Patricio Ferrari, equipo coordinado por el fiscal general de San Isidro, John Broyad, con la colaboración de detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) local, conducida por el comisario mayor Javier Specia.
No solo Carpani Romero tiene antecedentes por narcotráfico. También los primeros dos detenidos. En 2019, López fue condenado a la pena de cuatro y medio de cárcel por el delito de “tráfico de estupefacientes en la modalidad de transporte”. Personal de la Prefectura Naval lo había sorprendido, en septiembre de 2018, en cercanías del arroyo Patiño, a la altura del Mercado de Frutos de Tigre, cuando navegaba en el bote Coqueta II con 11 kilos de cocaína.
Según el diario El País de Uruguay, Lorenzo Rodríguez había sido detenido en 2019 en la misma causa donde también fue acusado Carpani Romero. En esa oportunidad, barras de Nacional robaron el cargamento de cocaína que transportaba un camión con patente de Paraguay.
Lorenzo Rodríguez fue identificado por las huellas levantadas del depósito alquilado por la banda en Chacabuco 535/547, desde donde comenzaron a cavar el túnel que los llevaría a las cajas de seguridad del banco, situada en Chacabuco 444, en pleno casco histórico de San Isidro.
“Detrás del plan criminal, hay una banda bien estructurada, cuyos integrantes tenían roles definidos”, sostuvo a LA NACION una calificada fuente de la causa.
Como informó LA NACION en su momento, en la propiedad de Chacabuco 535/547 la policía bonaerense encontró un mapa satelital de la zona y fotografías y anotaciones que hicieron con la cantidad de metros, supuestamente, entre la sucursal bancaria y la propiedad alquilada para preparar el plan criminal.
El túnel descubierto mide, por lo menos, 150 metros de largo y 4,5 de profundidad. “Fue encofrado en madera. Parte del trayecto tenía 1,20 metros de altura y se hacía difícil respirar por la falta de oxígeno. Había sectores donde se tenía que transitar como reptando”, dijo un detective del caso.
La investigación que derivó en el descubrimiento del túnel comenzó de forma fortuita cuando el martes pasado, poco antes de las 8.30, el proveedor de Berni, un local gastronómico situado en Chacabuco al 400, a pocos metros del Banco Macro, sintió un ruido extraño debajo de su camioneta.
Algo que no sabía qué era le daba golpes al chasis. El extraño sonido no se detenía. Entonces corrió el vehículo unos pocos metros y, después de descender, descubrió algo que le llamó la atención: una varilla de hierro sobresalía de entre los adoquines. Pronto se acercaron el personal de la confitería y otros comerciantes. Nadie entendía qué era lo que veían.
Tras el hallazgo y como no pudieron sacar la varilla de entre los adoquines, los comerciantes de la zona decidieron doblarla para que ningún conductor se la llevara por delante. Después le pidieron al personal de seguridad del banco que colocara un cono naranja fluorescente para que quedara señalizado el lugar.
Un analista técnico revisó todas las alarmas y los sensores del banco y no encontró ninguna anomalía. Sin embargo, se comunicaron con personal de la comisaría 1a. de San Isidro para “dar aviso de lo sucedido”. A las 20, un patrullero de la policía bonaerense se estacionó en Chacabuco al 400 para vigilar en forma preventiva las proximidades del banco.
El miércoles a las 8, hubo una comunicación con la Subsecretaría de Obras Públicas de la Municipalidad de San Isidro y poco después se decidió romper la calle y ver hasta dónde llegaba la varilla que había quedado clavada en los adoquines.Al comenzar a sacar la varilla se estableció que estaba conectada por tramos por un largo de aproximadamente tres metros. Entonces, se decidió excavar para ver hasta dónde llegaba el túnel”, sostuvo una fuente de la investigación.
La primera sospecha fue que el túnel podía conectar con una propiedad situada en la vereda de enfrente del banco, pero pronto esa hipótesis se descartó.
Después de más de 12 horas de trabajo, se descubrió que el túnel comenzaba en un galpón situado en Chacabuco 535/547.
En el viejo taller, detectives de la policía bonaerense y personal de la Municipalidad de San Isidro hallaron colchones, que indicarían que la banda dormía en el lugar, y bolsas plásticas y de arpillera similares a las que utilizadas por los corralones para vender arena para obras en construcción, donde cargaban la tierra que sacaban a medida que hacían el pozo
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