Detuvieron a La Curandera, la narco que vivía en una mansión custodiada
ROSARIO.- Como si fuera automático, cada vez que cae un jugador clave del narcotráfico ese espacio nunca queda vacío. Al instante otra persona ocupa esa función. Tras el ocaso de la banda liderada por Vicente Pignata en Santa Fe, quien está prófugo desde 2017, ese rol lo ocupó una mujer apodada la Curandera, que integraba la segunda línea de la organización narco.
Esta mujer, que vivía en una mansión en el barrio de Guadalupe, en el norte de Santa Fe, fue detenida junto a siete personas en una serie de allanamientos en los que la policía de esta provincia secuestró 147,8 kilogramos de cocaína, una cantidad de estupefaciente que se convierte al final de la gestión del socialismo en el mayor cargamento secuestrado en los últimos 12 años.
El ministro de Seguridad de Santa Fe, Maximiliano Pullaro consideró que esta mujer "era la principal proveedora de cocaína del centro y el norte de la provincia", y explicó a LA NACION que la Curandera manejaba una red de más de 30 puntos de venta de drogas, pero que además era la que lideraba la logística de esta organización.
"Es el secuestro de cocaína en Santa Fe más importante de los últimos 12 años", reconoció el funcionario. El operativo fue concretado por efectivos de la policía provincial. Entre los detenidos hay un suboficial de esa fuerza, que prestaba servicio en la Unidad Regional 15, en Coronda.
Marcela Saravia, la mujer conocida como la Curandera, vivía en una mansión en Echagüe al 6900, en Guadalupe, un barrio residencial del norte de Santa Fe. Esa vivienda estaba protegida por custodios armados, que eran los que también se ocupaban de otras tareas domésticas, como llevar a la escuela a los hijos de la jefa narco.
La Curandera formaba parte de la banda liderada por Vicente Pignata, quien está prófugo desde 2017, y que había comprado la casa en el country El Paso del basquetbolista de la Generación Dorada Carlos Delfino, cuyo procesamiento por lavado de dinero fue confirmado a principios de octubre pasado por la Cámara Federal de Rosario, tras una investigación que llevó adelante el fiscal Walter Rodríguez.
En esa causa se acreditó la extraña relación comercial entre Delfino y Pignata, con la dudosa cesión de una propiedad ubicada en el country El Paso, que estaba a nombre de la empresa offshore uruguaya Parmery Trading SA, que la cedió mediante un contrato de comodato gratuito por 95 años al basquetbolista. Y este luego celebró con Pignata un contrato de alquiler con opción de venta por US$500.000.
El caso de Pignata encierra muchas dudas. Porque en 2017 la Policía Federal lo detuvo en Mendoza junto a su pareja. Vivían en una casa de la localidad de Bowen, donde los efectivos de la PFA secuestraron varios kilos de marihuana. Desde marzo pasado está prófugo. Y su abogado Claudio Torres del Sel admitió que es posible que estuviese muerto.
Ante la ausencia de Pignata, al que nadie encuentra y que solo había sido condenado a cuatro años de prisión en un juicio abreviado, Saravia pasó a manejar la logística y provisión de cocaína en Santa Fe.
Los detectives provinciales seguían sus pasos desde agosto pasado. Aunque la Curandera vivía custodiada en esa mansión, la organización no usaba la violencia armada para imponerse en la geografía narco, como ocurre con otras bandas de Rosario.
La droga era acopiada en una cochera en el extremo norte de la capital provincial, en Los Ceibos al 10.400. En ese garaje la cocaína en panes era guardada en un automóvil. Luego se fraccionaba y era distribuida con una flota de 30 autos.
Pullaro sostuvo que la organización "tenía muchos puntos de venta y un centro de acopio y logística, en cocheras, en vehículos que se utilizaban solo para acopiar la cocaína".
Todos los elementos incriminatorios, tanto el material estupefaciente como la documentación y el dinero en efectivo, fueron secuestrados en los automóviles: "En las viviendas no había ningún tipo de indicios que los vinculase a la organización, por eso fueron muy importante las tareas de inteligencia", explicó Pullaro. "En las viviendas ni siquiera había documentación de los vehículos utilizados", detalló.
El cerco sobre esta organización se empezó a cerrar luego de que el 30 de septiembre pasado fuera detenida la pareja de Pignata, quien estaba escondida en una casa en la localidad de La Guardia. A los vecinos de esa zona costera les llamaban la atención los movimientos extraños en torno de esa casa, donde un grupo de albañiles construía una habitación en el patio, donde se presume que se podría esconder Pignata.
Elizabeth Campos, de 37 años, fue detenida por la policía de Santa Fe cuando abordaba un Fiat Palio. La mujer está procesada por presunta responsabilidad criminal en el delito de lavado de activos provenientes del narcotráfico, por el juez federal Nº 2 de Santa Fe. Ella gozaba de prisión domiciliaria por ser madre de dos menores, fruto de su relación con Pignata, motivo por el que la Justicia Federal le acordó ese beneficio luego de ser detenida en marzo pasado. Sin embargo, esta mujer violó la detención domiciliaria luego de que Pignata se fugara.
El padre de Elizabeth Campos, por su parte, fue detenido en marzo por orden de la Justicia Federal, que le endilga haberse transformado en testaferro de Pignata en la operación de compra de la mansión del basquetbolista Carlos Delfino.
Ramón Campos no solo está acusado de ser testaferro, sino que también aparece señalado como parte orgánica de la banda narco. Era el encargado de distribuir la cocaína que llegaba de Córdoba. Fue detenido en la casa del country donde unos meses antes había vivido el deportista Carlos Delfino.
Más allá del secuestro de los casi 150 kilogramos de cocaína notificados por la fuerza provincial, la Policía Federal concretó otro procedimiento en Rosario, donde decomisó 15 kilogramos de esa droga. Además, en los allanamientos se incautaron más de $2.000.000 y US$110.000.
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