Detuvieron al lugarteniente de un importante narco que movió toneladas de cocaína
Sabía que estaban tras él desde hace más de tres años. La Justicia tenía pruebas de que era un integrante importante del denominado clan Castedo, uno de los proveedores de cocaína más grandes del país. Para sortear los controles de las fuerzas de seguridad en medio de la pandemia del Covid-19, Ricardo Ervas, más conocido como Ricky, se movía por Salta con el documento de su hermano. Pero sus días en libertad terminaron en las últimas horas: fue detenido por personal de la Policía Federal Argentina (PFA) en la ciudad de Salvador Mazza.
Así lo informaron a LA NACION fuentes judiciales y policiales. Ya en diciembre de 2016, el fiscal federal de Orán, José Luis Bruno, y la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), conducida por Diego Iglesias, habían pedido que se ordenara la detención de Ervas por considerar que era un integrante del clan Castedo.
Si bien Delfín Castedo, conocido como "El Patrón del Norte" y señalado como presunto líder de la organización criminal, fue detenido en Ituzaingó por la Gendarmería, en julio de 2016, tras pasar una década prófugo, la banda seguía operativa gracias a sus lugartenientes.
El clan no solo sufrió la detención de su cabecilla sino también de varios integrantes de la familia de Castedo, como su cuñado y tres hermanos.
"Se registraron conversaciones entre Ervas y una persona mencionada como Don Ricardo en la que daban cuenta de que la organización debía abonarle una suma de dinero a un sujeto cuya identidad aún se desconoce en pago por una remesa de estupefacientes", sostuvieron los fiscales Bruno e Iglesias en el pedido de detención de Ricky.
Según se desprende de ese dictamen, Don Ricardo recibía amenazas por parte de los "acreedores" y, según surgió de aquellas comunicaciones, "pedía directivas del jefe de la banda, es decir, el propio Delfín Castedo".
Fuentes policiales informaron que Ricky era "una pieza fundamental" dentro del clan. Se encargaba de arreglar las citas y de entregar los cargamentos a los transportistas.
Cuando pidieron la detención de Ricky, después de analizar las comunicaciones interceptadas e incorporadas en el expediente, los fiscales descubrieron que Ervas no estaba conforme con las directivas que le impartía Delfín Castedo cuando ya estaba detenido.
Según los fiscales Bruno e Iglesias, Ricky y otra persona identificada solo con su apodo de Gringo se "querían cortar solos".
En el análisis de las comunicaciones entre Ervas y el Gringo se determinó que debían hacer una transferencia de 30.000 pesos a un transportista de su "mercadería".
Ese transportista al que hacían referencia los sospechosos en sus comunicaciones fue detenido por la Gendarmería cuando conducía un camión con 180 kilos de cocaína.
Finalmente, tres años y medio después del pedido de los fiscales Bruno e Iglesias, Ricky fue detenido y puesto a disposición del juez federal de Orán Gustavo Montoya. El magistrado indago hoy al sospechoso, que se negó a declarar.
Para la Justicia, el clan Castedo fue el proveedor de la operación Carbón Blanco, el mayor contrabando de cocaína de la historia, con cargamentos de droga camuflados en carbón vegetal que salían desde Quitilipi, Chaco, y llegaban a España y a Portugal a través de los puertos de Rosario y de Zárate, entre 2005 y 2012. Los artífices de ese despliegue fueron los fallecidos Carlos Salvatore y Patricio Gorosito, condenados a 21 y 19 años de prisión, respectivamente.
Castedo también se vinculó con otro clan que fue desmantelado en diciembre pasado: el que lideraban los hermanos Loza, que habían construido un emporio criminal con el tráfico de cocaína hacia Europa y a quienes la Justicia les trabó un inédito embargo de más de 7400 millones de pesos.
Otras noticias de Narcotráfico
Más leídas de Seguridad
Dio una vuelta en el aire. Cruzó la calle sin mirar, fue embestido por un auto y se salvó de milagro
Ciberestafas. Alerta por falsos mensajes de WhatsApp con la imagen de uno de los fiscales que acusó a Cristina Kirchner
Rápida de reflejos. Una mujer frenó la huida de hombre que acababa de robar un celular al arrojarle una silla
Golpes, fracturas y amenazas. Noche de terror en un country de Pilar por el ataque de un cruento grupo comando