Detuvieron a un sospechoso por el homicidio de una psicóloga en Pinamar
María Marta Landívar fue asesinada el 19 de mayo de 2012 en su casa; el acusado es primo de un paciente de la víctima, que integra una banda que entró a robar en la vivienda, encontró a la psicóloga y la mató
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Para la Justicia y los investigadores de la Policía Federal Argentina (PFA), la psicóloga María Marta Landívar fue asesinada por una banda que asaltaba viviendas en Pinamar y Villa Gesell que entró a robar en su casa y se encontró con la profesional, de 38 años, y la mató de un balazo el 19 de mayo de 2012.
En las últimas horas, a más de 12 años del homicidio, detectives de la División Homicidios de la PFA arrestaron en Mar del Plata a un sospechoso que formaba parte de la banda que asaltó y mató a la psicóloga.
El acusado, identificado como Nicolás Mallol, de 37 años, será indagado durante la tarde por el fiscal de Dolores Diego Benzi. Según fuentes de la investigación, el imputado era primo de un plomero que era paciente de la psicóloga.
Según la investigación realizada por el Ministerio Público Fiscal de Dolores y la PFA se determinó que Mallol participó en el homicidio de Landívar, entró a robar con un grupo de cómplices en la casa de la psicóloga el 19 de mayo de 2012 y debido a que formaba parte de la banda, sabría el nombre del cómplice que mató de un disparo calibre 22 a la mujer, de 38 años.
El 19 de mayo de 2012, la psicóloga, de 38 años, era esperada por un grupo de amigas para cenar en un restaurante de Valeria del Mar. Pero nunca llegó. El cuerpo de María Marta fue hallado al día siguiente con un balazo en el pecho en el dúplex situado en la esquina de Langostinos y Valle Fértil.
Cuando se cumplieron diez años del homicidio, el fiscal Benzi decidió pasar la investigación del crimen de Landívar a la División Homicidios de la Policía Federal. Como primera tarea, los detectives de la fuerza federal de seguridad se abocaron a la revisión de los 18 cuerpos del expediente.
Después, los investigadores comenzaron a analizar los movimientos de siete sospechosos que, durante los diez años en que la pesquisa estuvo a cargo de la policía bonaerense, no encontraron elementos que permitieran avalar pedidos de indagatoria o imputaciones.
La falta de testigos y de un móvil del femicidio constituyeron factores clave para que el asesinato siga impune. Debido a la deficiente investigación de los efectivos de la policía bonaerense tampoco se hallaron pruebas físicas en la escena del crimen que hubieran avalado un procesamiento con prisión preventiva contra alguno de los acusados.
Durante diez años el fiscal tuvo que avanzar a tientas en una investigación huérfana de indicios, sin imágenes de cámaras de seguridad, en la que los principales testigos fueron personajes con antecedentes penales por robos concretados en Pinamar, Villa Gesell y el Partido de la Costa.
Los cruces de llamadas telefónicas resultaron una herramienta importante para poder vincular a los imputados. Sin embargo, esos elementos no alcanzarían para fundar una eventual condena. Por este motivo, el fiscal convocó a los detectives de la División Homicidios de la Policía Federal para tratar de encontrar más pruebas, a partir de los indicios que existen en el expediente.
Si bien los investigadores no pudieron establecer cuáles fueron los elementos que habría robado el asesino porque la víctima vivía sola y era muy reservada; la hipótesis del robo se fundó en el hecho que en la época que mataron a la psicóloga operaban en Pinamar varias bandas que se dedicaban a asaltar en casas deshabitadas.
Luego de realizar los cruces de comunicaciones de los sospechosos y de la información de los movimientos de las billeteras virtuales, y tiendas de compra online, los detectives de la Policía Federal obtuvieron pruebas que ubicaron al acusado Mallol, alias “Pipa” en la escena del crimen 19 de mayo de 2012.
Con estos datos, la pesquisa se concentró buscar a “Pipa” como posible autor material del mismo o integrante de la banda que entró a robar en la casa de Landívar y se encontró con la víctima dentro de la vivienda y la mataron.
Los detectives de la Superintendencia de Investigaciones Federales siguieron la pista de “Pipa” hasta Mar del Plata. Aunque allí, no había registros de su actual domicilio. Además, que era buscado por el homicidio de la psicóloga, también tenía pedido de captura por formar parte de una banda de estafadores que azotaba la zona.
Los investigadores de la Policía Federal saturaron la zona en la que Mallol compraba con su billetera virtual y obtuvieron la información de que, el ya imputado vivía en la misma cuadra en la que estaba uno de los negocios en que compraba habitualmente y lo detuvieron.
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