Negocio de familia: detienen con cocaína al hijo de un capo narco investigado en el caso Candela Rodríguez
Ayrton Sancho gozaba de la prisión domiciliaria solo para cuidar de sus hijos, pero fue arrestado en Parque Patricios con droga y una pistola en un auto; su padre, Gustavo Sancho, está preso acusado de ser proveedor de bandas de traficantes en la zona de San Martín
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Cuando el fiscal que investigaba el secuestro y homicidio de Candela Sol Rodríguez le pidió al padre de la víctima, Alfredo “Juancho” Rodríguez, que hiciera un listado de todos los sospechosos que tuvieran motivos para ajustar cuentas con él, el hombre no dudó y puso el nombre de Gustavo Sancho en el primer lugar de esa lista. Sancho era el narco al que más temía el padre de la niña de 11 años, cuyo cadáver fue hallado a un costado del Acceso Oeste, en Villa Tesei, el 31 de agosto de 2011.
Con distintas metodologías, Miguel Ángel “Mameluco” Villalba o el clan Soria -que manejaba la banda de los Gardelitos- fueron funcionales a Sancho, quien, según la Justicia federal de San Isidro sería el principal proveedor de los distribuidores de cocaína y marihuana en San Martín.
Aunque el nombre de Sancho aparece mencionado en la página 420 del expediente que se instruyó por el secuestro y homicidio de Candela, nunca fue imputado formalmente en el caso. No obstante, los cañones de la pesquisa apuntaron al otro capo narco de la zona: Mameluco. Este excandidato a intendente de San Martín en las PASO de 2011, que cumple condena por comercialización de estupefacientes y lavado de activos, fue procesado con prisión preventiva como presunto instigador del homicidio de Candela.
En los últimos días, el apellido Sancho volvió a aparecer en el radar de la Justicia federal. El hijo menor de Gustavo, Ayrton, fue detenido por efectivos de la División Sumarios y Brigadas de Prevención de la Policía de la Ciudad cuando viajaba en un auto con un ladrillo de cocaína de máxima pureza y una pistola 9 milímetros. Cuando los efectivos lo arrestaron en Parque Patricios, se determinó que estaba violando la prisión domiciliaria que le habían concedido para que pudiera cuidar a sus hijos.
Fuentes policiales informaron que agentes de la Comisaría Comunal 4a. advirtieron que un Chevrolet Agile realizaba maniobras peligrosas en Juan Carlos Gómez al 200. Lo obligaron a detenerse. Los ocupantes del coche -de 25 y 40 años- se mostraron reticentes, por lo que se procedió a la requisa del vehículo. Ante la presencia de testigos se halló dentro del habitáculo un ladrillo de cocaína de máxima pureza de un kilo de peso, una pistola calibre 9 milímetros y municiones.
Tras ser constatadas sus identidades, se comprobó que el menor de los dealers que viajaban en el Chevrolet era el hijo del narco detenido en 2017 en San Martín, y que, además, este joven infringía la prisión domiciliaria que la Justicia le había concedido.
El hijo del narco, también procesado por tráfico de drogas, se le dio este beneficio para que se dedicara exclusivamente al cuidado de sus hijos: tenía permitidas las salidas solo para llevarlos a la escuela y de allí, a su casa. Sin embargo, violó el permiso y continuó comercializando drogas hasta que fue capturado por la policía en la zona sur de la Capital.
Intervino el Juzgado Criminal Correccional Federal N°1, a cargo de María Romilda Servini, quien ordenó la detención de Ayrton Sancho y de su cómplice. Además, se dispuso el secuestro de droga, la pistola, las municiones y los teléfonos celulares de los involucrados.
Un secuestro sin resolver y una delación con consecuencias
El hermano mayor de Ayrton había sido secuestrado en diciembre de 2009, cuando salió a recibir a su novia en la puerta de su casa situada en José C. Paz al 4400, San Martín. Alan Sancho, que participaba en la categoría TC Pista, estuvo 30 horas cautivo. Los secuestradores exigían 200.000 euros de rescate.
Aunque fue liberado sano y salvo, en la familia Sancho dieron señales de haber recibido el mensaje. Nadie fue detenido por ese secuestro y Sancho, dueño de locales nocturnos en San Martín, se negó a colaborar con la Justicia para esclarecer el hecho, del que no habría sido ajena la joven que estaba de novia con el corredor de TC Pista.
Los vasos comunicantes de Sancho con el caso Candela se cerraban con un dato que reforzaba el vínculo entre el padre de la niña y el acusado de narcotráfico: uno de los familiares directos de la menor asesinada trabajaba en el guardarropas de uno de los boliches de San Martín que pertenecen al imputado.
“Gustavo, personalmente, me amenazó de muerte. Me dijo que me fijara lo que andaba diciendo, porque me iba a matar”, dijo Rodríguez ante la Justicia.
“Los policías federales me pidieron que entregara a Gustavo, pero me negué. Ellos sabían que Gustavo andaba bien de plata y por eso lo buscaban. Veinte días después de que me hicieron este ofrecimiento, los policías fueron al departamento de Gustavo, en el centro de San Martín. Le dieron vuelta la casa y le pidieron plata para arreglar. Gustavo aceptó pagar, pero con la condición de que entregaran al informante. Entonces los policías le dijeron que fui yo”, declaró Rodríguez, según consta en la foja 420 del expediente.
Sancho nunca fue detenido por el caso Candela. Sin embargo, el empresario fue apresado junto a toda su familia y luego procesado por narcotráfico. La investigación habla de tráfico de cocaína a gran escala y millonario lavado de dinero, generado a raíz de esta actividad ilícita.
Para la Justicia federal de San Isidro, Sancho aparecía supuestamente vinculado con el control del abastecimiento de drogas a vendedores minoristas en la zona de San Martín. Actualmente está preso, a la espera del juicio en su contra, a cargo del Tribunal Oral Federal N°2 de San Martín. El imputado también apareció mencionado en un expediente que se instruyó en el juzgado federal de La Rioja a partir del hallazgo de una avioneta con droga que aterrizó en una pista clandestina de esa provincia, proveniente de Bolivia.
En aquel entonces, y por orden de la Justicia, se habían realizado más de 40 allanamientos que culminaron con el secuestro de 57 vehículos de alta gama de su propiedad, a lo que se sumó un embargo de 133 millones de pesos. La causa se había iniciado en 2014, y 12 de los 16 imputados fueron procesados por la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, 11 de ellos con prisión preventiva. De los $133 millones embargados, 70 apuntaban a Sancho y su clan familiar.
Al declarar ante la Justicia por el secuestro de su hija, el padre de Candela puso al descubierto la red de corrupción policial que protegió a Sancho de eventuales allanamientos. Héctor “Topo” Moreira, un informante policial, y el exoficial Sergio Chazarreta formaban parte de esa red de protección, que también estaba vinculada con Mameluco Villalba.
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