Detenidos de 15 y 16 años. El asesinato de un adolescente en Chascomús reabre el debate sobre las penas para menores homicidas
El joven de 16 años que sería el autor material del crimen había sido imputado el año pasado por un intento de homicidio y, pese a la gravedad de la acusación, estaba en libertad; el coautor del asesinato sería un menor inimputable
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El 13 de marzo pasado J. S, de 16 años, fue procesado por intento de homicidio. Diez meses después, J. S, junto con otro menor, de 15 años, y un sospechoso, de 20, que habría sido identificado como Marcos Muñiz, asesinó a Nicolás Ricardi, de 16, para robarle la mochila. El lunes a la madrugada cuando mató a Nicolás, el acusado J. S debía estar preso. Sin embargo, había sido beneficiado con la excarcelación. Por un tecnicismo legal, el magistrado del fuero de Responsabilidad Penal Juvenil había decidido no dictarle la prisión preventiva y lo dejó en libertad.
Uno de los testigos indicó que, después de asesinar a Nicolás, J. S, a modo de festejo le gritó a sus cómplices: “¿Vieron el puntazo que le pegué?”.
El acusado de matar con una barra de hierro con punta al adolescente que estudiaba en la Escuela Secundaria Técnica N° 1, de Chascomús, fue apresado ayer por la mañana, en la esquina de 152 y 13, en Berisso, por efectivos de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de la policía bonaerense.
Muñiz, el mayor de los tres sospechosos, fue el primero de los integrantes de la banda que atacó a Nicolás y sus dos amigos, en ser identificado, a partir de la revisión de las imágenes de las cámaras de seguridad de la Municipalidad de Chascomús y de particulares, instaladas en la zona del Parque Libres del Sur, situado frente a la laguna y en Sáenz Peña 172, donde fue hallado el cuerpo de la víctima.
En el prontuario de Muñiz figuran tres causas penales. Había sido detenido por encubrimiento, por lesiones y por robar un automóvil con un arma de fuego.
Luego de revisar las grabaciones, los detectives de la DDI de Chascomús identificaron a los dos menores que formaban parte del grupo que atacó a Nicolás y a sus amigos. Además, los investigadores establecieron que el autor del puntazo que mató al adolescente, de 16 años, usaba prendas de vestir similares a las que se secuestraron en el allanamiento realizado en la casa del sospechoso identificado por sus iniciales como J. S.
Las imputaciones contra J. S, de 16 años y A. C., de 15, como presuntos coautores del homicidio del joven estudiante secundario en Chascomús, se concretaron horas después que el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, anticipase que prepara un conjunto de cambios en leyes, entre ellos la baja de la edad imputabilidad de los menores en conflicto con la ley penal, que no se incluyeron en la denominada ley ómnibus. Ese proyecto es impulsado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y apuntaría a bajar la edad de imputabilidad de los menores a 14 años.
“Nosotros estamos trabajando junto al Ministerio de Justicia en el proyecto de que plantea la baja de imputabilidad y en un régimen penal juvenil”, afirmó Bullrich
“No me importa que sean menores. Estoy de acuerdo en bajar la edad de imputabilidad. Esto tiene que terminar, tienen que ser los malos adentro y los buenos afuera. Nico tenía valores, era educado, dulce, cariñoso y trabajador. Lo mataron por nada. Había ido al cumpleaños de un amigo, luego cuando terminó, fueron a dar una vuelta a la laguna porque la noche estaba linda y había una kermesse”, expresó Lita, la abuela de la víctima, al exigir que se baje la edad de imputabilidad de los menores.
Según la norma vigente, el sospechoso A. C., de 15 años, no puede ser sometido a un proceso y, menos aún, ser condenado. Al ser considerado como presunto coautor material de homicidio agravado, el juez del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil, le puede dictar una medida de seguridad y ordenar que sea alojado en un Instituto de Menores hasta que cumpla 18 años. Con la mayoría de edad el menor puede recuperar la libertad, con un prontuario limpio.
Debido a que las condiciones de seguridad son mínimas, de esos centros de detención no se escapa el que no quiere. Prueba de esta norma no escrita fue el caso de un menor asesino conocido como Martincito que, cuando tenía 15 años, mató a Lara Fernández, de 17, para robarle el celular. Hace diez días Martincito levantó el alambrado perimetral y huyó del Instituto Francisco Legarra, en La Plata. Fue la segunda fuga de Martincito en menos de un año.
Con respecto al segundo sospechoso apresado por el homicidio de Nicolás, en Chascomús, fuentes policiales indicaron que debía estar detenido. Aunque había sido apresado el 13 de marzo pasado en un caso de intento de homicidio, el acusado J. S., de 16 años y señalado como presunto autor del puntazo que mató a Nicolás, estaba en libertad.
Por el tipo de delito y el monto de la pena en expectativa, J. S. tenía que estar preso. Al tratarse de intento de homicidio, que tiene una expectativa de pena de cuatro años de prisión, hubiera correspondido que el magistrado del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil que intervino en su caso, le dictara la prisión preventiva, debido a que, por la calificación penal, no constituye una figura en la que el acusado pueda ser beneficiado con la excarcelación.
Así lo establece el artículo 43 de la ley 13.634: “En causas graves, el fiscal podrá requerir al juez de Garantías para que, dentro del plazo de cinco días desde la detención, se fije una audiencia oral para decidir la procedencia o no de la prisión preventiva. El juez podrá decretar excepcionalmente la prisión preventiva de un niño al finalizar la audiencia, a requerimiento del fiscal”.
Una de las circunstancias que establece la norma para dictar la prisión preventiva es: “que no sea posible aplicar otra medida cautelar no privativa de la libertad. En ningún caso procederá la prisión preventiva cuando el delito imputado tenga una pena en expectativa susceptible de ejecución condicional”.
Si bien el intento de homicidio tiene una expectativa mínima de pena de cuatro años de prisión, en el caso de los mayores que cometen delitos, para los menores, en la primera etapa del proceso no se aplica, todavía la reducción a la mitad de la condena que establece el artículo 4 de la ley 22.278, que regula el Régimen Penal Juvenil.
Dicha norma establece que “la imposición de pena respecto del menor estará supeditada a que, previamente haya sido declarada su responsabilidad penal; que haya cumplido 18 años y que haya sido sometido a un período de tratamiento tutelar no inferior a un año, prorrogable en caso necesario hasta la mayoría de edad”.
En el caso de J. S. ninguno de estos requisitos se había cumplido para que pudiera ser beneficiado con la excarcelación. Especialmente, porque la reducción de la condena a la mitad de la pena que le hubiere correspondido como mayor, debe ser aplicada por el magistrado cuando al menor acusado cumpla 18 años, luego de un tratamiento tutelar y en el momento que, eventualmente, se dicte el denominado “auto de responsabilidad”, que establece la culpabilidad del imputado por el intento de homicidio, ocurrido en marzo pasado. Esto significa que J. S. debía estar preso.
El arma: una barra de hierro
Durante una serie de allanamientos realizados en la madrugada y anteanoche y que habían sido ordenados por las fiscales Daniela Bertoletti Tramuja y Mónica Ferré, los detectives de la DDI de Chascomús, detuvieron al mencionado Muñiz y al menor, de 15 años que, por su edad es no punible para la ley. Ambos están acusados de ser coautores del homicidio agravado de Nicolás.
A partir de la reconstrucción del violento episodio realizado por los funcionarios del Ministerio Público y los investigadores policiales se habría determinado que J. S., de 16 años, asestó el puntazo contra Nicolás, cuando la víctima levantó el brazo para defenderse y en el momento en que estaba acorralado por los tres delincuentes que le exigían su mochila. En esa situación, J. S. le clavó la barra de hierro a Nicolás en la axila y lo mató. El adolescente herido alcanzó a recorrer casi setenta metros hasta la entrada del complejo habitacional situado en Sáenz Peña 172. Allí, se arrastró por debajo de la puerta de reja y falleció.
Maximiliano, un vecino del edificio, de 43 años, alertado por los ladridos de su perro bajó al estacionamiento, encontró el cuerpo de Nicolás y llamó al número de emergencias 911. Después de la autopsia el cuerpo de la víctima fue entregado a sus padres y ayer, fue inhumado en el cementerio local.
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