Desfalco: fue a buscar sus ahorros para un viaje y descubrió que le faltaban US$39.700 de la caja de seguridad
Según la denuncia del damnificado, el hecho ocurrió en la sucursal Tribunales del banco BBVA; el cliente sospecha que se trató de un “robo hormiga”; la investigación está a cargo del fiscal Juan Pedro Zoni y por el momento no hay sospechosos identificados
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Estuvo casi un año sin ir a revisar la caja se seguridad donde atesoraba sus ahorros y los de su familia. Tiene contratado ese servicio desde 2006 en la sucursal Tribunales del BBVA, entidad bancaria de la que es cliente hace 35 años. El 11 de diciembre pasado, cuando fue a buscar una parte del dinero para hacer un viaje por los vacaciones de verano, descubrió que había sido una víctima de un robo y que le habían sustraído 39.700 dólares.
El expediente que se inició tras la denuncia de la víctima está a cargo del fiscal criminal y correccional porteño Juan Pedro Zoni. Según informaron fuentes judiciales a LA NACION, el representante del Ministerio Público investiga un hecho descripto como “un NN sustrae US$39.700 de la caja de seguridad del denunciante de la sucursal 330 del banco BBVA, situado en avenida Corrientes 1401″.
La víctima, que por cuestiones legales prefirió no ser identificada, tiene 56 años y dice ser cliente del banco BBVA desde hace 35 años y que el servicio de la caja de seguridad lo contrató hace 15 años para guardar de modo seguro los ahorros familiares.
“Uno se siente vejado. Pensás que, al contratar el servicio en una entidad bancaria, estás protegido. Te tratan de forma brillante hasta que surge el primer problema y pasás a ser el enemigo Número Uno”, afirmó a LA NACION el denunciante.
Consultadas sobre esta denuncia, desde el BBVA dijeron a LA NACION: “En virtud de las instancias [judiciales] en las que se encuentra el caso no podemos brindar información”.
Como se dijo, la víctima descubrió el faltante de dinero el 11 de diciembre pasado, cuando fue a la sucursal del BBVA a retirar dinero para pagar las vacaciones que planeaba hacer. Tenía guardados sus ahorros separados en fajos de 10.000 dólares.
“Todo fue normal hasta que, con una empleada, abrimos la caja de seguridad. Advertí que algunos fajos de US$ 10.000 dólares estaban muy flaquitos. Era un desconcierto total y tuve una crisis de nervios. La empleada me preguntó qué pasaba que demoraba tanto en salir y le respondí: ‘Pasa algo muy serio, me falta dinero’”, recordó el denunciante sobre ese día en que descubrió el robo.
Después de notar el faltante del dinero, el damnificado convocó a una escribana pública para dejar constancia de lo sucedido.
Una vez en la bóveda donde están las cajas de seguridad, y ante el contador y la “gestora integral”, la notaria, según el acta que labró después, “pudo constatar que al poner la llave en la cerradura de la caja de seguridad del requiriente la misma giraba en falso y no trababa el pestillo”.
En el acta notorial se dejó constancia de que el cliente de la entidad bancaria filmó con su teléfono celular el “mal funcionamiento” de la cerradura de la caja de seguridad.
El faltante del dinero fue descubierto un viernes. Al lunes siguiente, el cliente presentó con los reclamos correspondientes. “Desde el banco me dijeron que debía justificar el dinero que denuncié como robado. Pude entregar la documentación de la compra de los dólares, que justamente habían sido adquiridos en esa misma sucursal del BBVA”, agregó el denunciante.
A partir de ese momento, según la víctima, comenzó una suerte de pesadilla para él. “Pasé de ser un cliente con un antigüedad de 35 años a ser el enemigo Número Uno de la entidad”, recordó el demandante.
El denunciante afirmó a LA NACION que les escribió correos electrónicos a distintos empleados jerárquicos de la entidad y que incuso envió un email a la casa matriz del BBVA.
“En un momento tuve una comunicación de un abogado externo que me aseguró que quería llegar a un acuerdo, pero después entendí que era una estrategia para ganar tiempo”, dijo el cliente damnificado.
El denunciante tiene la sospecha de que se trató de un “robo hormiga”, que el ladrón o los ladrones sacaron el dinero de a poco y él se dio cuenta después de un año de no ir a la bóveda de las cajas de seguridad.
“No hay ningún sospechoso identificado en este momento de la investigación”, explicaron a LA NACION fuentes con acceso al expediente.
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