Desde Ezeiza y Devoto. Desbaratan una banda narco que manejaba desde dos cárceles la llegada al país de drogas sintéticas
La pesquisa comenzó hace cinco meses con un operativo de la Aduana en Ezeiza; la Policía Federal arrestó a 25 sospechosos, seis de ellos presos en penales federales
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Un financista afincado en el sur del país, un pequeño pueblo santafesino proveedor de “mulas” y más de 40 celulares secuestrados en dos cárceles forman parte de la trama del “Operativo Alquimia”, con el que se logró desbaratar una banda que, gestionada desde dos penales federales, importaba desde Europa la materia prima para fabricar pastillas de éxtasis.
Sancti Spiritu – un tranquilo pueblo de menos de 5000 habitantes a mitad de camino entre Venado Tuerto y Rufino– fue el lugar elegido por una organización transnacional para reclutar a las dos “mulas” que viajarían a Europa para buscar la materia prima con la que producirían drogas de diseño en el país.
Pero un control en el aeropuerto de Ezeiza fue el punto de partida de una investigación que, cinco meses después, permitió reconstruir la operación de la banda, cuyos líderes están alojados en los penales de Villa Devoto y Ezeiza, que fueron allanados esta última semana.
En un trabajo conjunto entre la Aduana, la AFIP y la Policía Federal Argentina (PFA) se logró desbaratar una banda narco que se dedicaba a importar metilendioxi-metanfetamina (MDMA) en polvo, en estado puro, para la elaboración de drogas de diseño en la Argentina. La organización solventaba su logística con la venta al menudeo de cocaína, éxtasis y marihuana en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), Santa Fe y Santa Cruz.
Según pudo reconstruir LA NACION, de fuentes policiales y judiciales, la investigación comenzó el 9 de noviembre pasado, cuando agentes especializados de la Aduana detuvieron en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza a una pareja de argentinos que regresaba desde Bélgica.
La mujer, de 50 años, y el joven, de 20 (cuyas iniciales son J.N.T. y L.E.G.) habían arribado en un vuelo procedente de París. Ambos tenían domicilio en Sancti Spiritu. Ante las preguntas de rutina expresaron su nerviosismo. Por eso, los agentes aduaneros revisaron su equipaje en forma exhaustiva y descubrieron 15 kilos de MDMA –con un valor estimado de 675.000 dólares– ocultos en dobles fondos de sus dos valijas. Con esta cantidad se podían fabricar 1.500.000 de pastillas de éxtasis.
La Aduana dio aviso a la Justicia e intervino el Juzgado Nacional en lo Penal Económico N°2, a cargo de Pablo Yadarola, quien encomendó que personal de esa dependencia y de la Policía Federal (PFA) ampliaran la pesquisa.
Detectives del Departamento Operaciones Federales de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la PFA analizaron información de los celulares de los detenidos y contaron con escuchas telefónicas que los condujeron hasta los penales federales de Ezeiza y Devoto.
El rastro que terminó en pabellones y celdas
Tras el operativo de decomiso del MDMA los investigadores trazaron una línea cronológica de los movimientos de los dos detenidos antes de que viajaran a Europa.
“Esto incluyó una triangulación de transferencias bancarias por medio de las cuales se financió la estadía de las ‘mulas’ en el exterior, lo que permitió arribar a una primera hipótesis de la existencia de una organización narcocriminal con ramificaciones en nuestro país en la provincia de Santa Fe y la ciudad de Río Gallegos, dado que el pago de los pasajes se había realizado por medio de dinero electrónico”, explicaron los investigadores.
Tras cinco meses de investigación, el martes pasado se realizaron 25 allanamientos en Santa Fe, Río Gallegos y el AMBA, y dos requisas en penales federales que derivaron en las detenciones de 18 hombres y seis mujeres, y el secuestro de cocaína, marihuana, armas, más de diez vehículos y dinero en efectivo.
Cinco de los detenidos –serían los líderes de la banda– estaban presos en penales federales por narcotráfico. De los más de 60 celulares secuestrados, 42 fueron incautados en el Complejo Penitenciario Federal N°1 de Ezeiza y en la cárcel de Devoto.
Los presos implicados fueron identificados como E.E.G. (alojado en la Unidad 1 de Ezeiza) e I.M.A.C., F.M., L.M.D.C. y L.E.H. (detenidos en la unidad N° 2 de Villa Devoto). Según explicaron los investigadores, todos los nombrados fueron ahora acusados en la nueva causa, al tiempo que también se les dictó una nueva detención.
Según fuentes de la investigación, se llegó hasta ellos a través de los celulares de las dos “mulas” detenidas. Así se pudo comprobar su autoría intelectual en la maniobra.
“Tras realizar un monitoreo constante sobre los movimientos llevado a cabo por ‘las mulas’ detenidas oportunamente en Ezeiza se confirmó no solo la coordinación con su grupo de colaboradores extramuros, sino con sus contactos internacionales”, dijeron a LA NACION los investigadores.
Ejemplificaron: “Tenían un colaborador que llevaba a las posibles ‘mulas’ al aeropuerto para tramitar el pasaporte exprés, que se entrega en pocas horas, y luego se los retenías y se los daban a otro integrante de la banda”.
El financista de Santa Cruz
Según explicaron fuentes judiciales a LA NACION, se hicieron dos allanamientos en Río Gallegos, donde fue arrestado D.M.D., presunto financista de la operación de transporte internacional de drogas. Ese sospechoso mantendría estrechos vínculos con otro de los detenidos (F.M.), ya que, según explicó, “ambos pertenecen a la comunidad gitana” de Santa Cruz.
D.M.D. registró giros de dinero y transferencias con otra mujer –G. E. L., también detenida– a quien la organización utilizaba como ‘correo humano’ para el envío de drogas a distintos puntos del país y que, según se documentó, iba a ser utilizada como ‘mula’ en un futuro viaje al continente europeo”.
Para los trámites relacionados con los movimientos locales de “las mulas”, el financista contaba con la labor de C.Z., chofer de la organización que había llevado a G.E.L. a tramitar el pasaporte exprés que luego le retuvo otro integrante de la banda.
C.Z. también tenía un régimen de visita con los organizadores alojados en los penales. Los investigadores documentaron varios encuentros en los que el chofer recibía directivas en forma personal de los líderes de la banda en la cárcel.
Entre los restantes detenidos están la pareja, una amiga y otro excompañero de presidio de I.C. Se encargaban de realizar movimientos de divisas en efectivo y de forma electrónica en favor de la banda.
La mujer de otro de los presos implicados también fue arrestada: se encargaba del acondicionamiento de las valijas para ocultar la droga tanto para el transporte nacional como para el internacional. Su pareja, desde la cárcel, le explicó cómo hacerlo.
Las pastillas “de café”
Los restantes allanamientos fueron sobre el otro eslabón de la banda, encargado de las actividades de narcomenudeo. En la ciudad de Buenos Aires fue detenida una persona a la que se le secuestraron comprimidos de éxtasis y que, a su vez, resultó ser estrecha colaboradora de los líderes. Entre lo secuestrado había 17 pastillas de éxtasis que tenían impreso el logo de la marca de café “Nespresso”.
Además, las actividades de narcomenudeo se extendían a la provincia de Santa Fe, donde se identificaron tres zonas fundamentales. La primera fue en Sancti Spiritu, lugar de residencia de las “mulas” detenidas en el aeropuerto de Ezeiza y domicilio del padre de uno de los jefes de la organización; regenteaban seis puntos de venta, incluida la casa paterna de uno de los líderes de la banda. Allí se secuestraron drogas, balanzas y otros elementos incriminatorios. Los otros dos puntos allanados fueron Venado Tuerto –a 50 kilómetros de Sancti Spiritu– y la ciudad de Santa Fe. En ambos lugares fueron detenidos otros integrantes de la banda.
Sobre quién se encargó de la compra de los pasajes aéreos para las “mulas”, se pudo establecer que fueron adquiridos por una persona que vive en un country del conurbano, a quien le transfirieron 3 millones de pesos. Tras investigarla, se determinó que se encargaba de comercializar informalmente tickets aéreos al exterior. Al ser allanado su domicilio en el Country Los Pingüinos, de Ituzaingó, esa persona fue detenida e incomunicada.
Tan solo 24 horas después, tras el primer análisis forense de los celulares incautados, se confirmó la participación de otro detenido en Devoto –cuyas iniciales son G.A.Z.–, que, según las fuentes consultadas, tuvo un rol activo en la logística del viaje de “las mulas” a Europa que dio origen a la investigación. La celda de G. A. Z. fue allanada y el delincuente quedó incluido en la investigación, que cuenta con 25 detenidos.
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