Desafío a las autoridades. El narco Sebastián Marset citó a una periodista uruguaya a una entrevista en la clandestinidad
La hizo viajar por aire y tierra hasta un punto desconocido situado presumiblemente en el este de Paraguay, cerca del límite con Brasil; habló del tema del pasaporte que causó una crisis política en su país y admitió de forma críptica su actividad criminal: “El que vende no consume”, sostuvo
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MONTEVIDEO. Desde la clandestinidad, supuestamente, en algún lugar del este de Paraguay, donde se habría instalado a principios de agosto, días después de su cinematográfica fuga prácticamente en las narices de miles de policías bolivianos que habían ido a detenerlo a una de sus mansiones en Santa Cruz de la Sierra, el uruguayo Sebastián Marset, el “narco de las mil caras”, dio una entrevista para la TV de su país. Con un operativo espectacular que incluyó viajes en avión, en taxi, en camioneta y en helicóptero, cambios de valijas y exhaustivos controles con detectores de metales, el hombre que es buscado por las autoridades de todo el Mercosur y hasta de la DEA norteamericana, movilizó a una periodista del programa Santo y Seña, de Canal 4, para contar “su verdad”.
En la inusual entrevista, transmitida el domingo a la noche, Marset dijo que el pasaporte que recibió del gobierno uruguayo –hecho que desencadenó un escándalo político que forzó la salida de varios integrantes del gabinete del presidente Luis Lacalle Pou– lo obtuvo de forma legal, al tiempo que sostuvo que Uruguay es el país menos corrupto de los que había conocido.
Una periodista y un camarógrafo del programa Santo y Seña viajaron a Asunción en un vuelo de línea desde Montevideo; luego tomaron un taxi, acompañados por un abogado de Marset, hasta un punto en el cual se subieron a una camioneta en la que había más personeros del narco. Luego abordaron dos helicópteros que siguieron distintos derroteros hasta que llegaron a una casa en una ubicación desconocida para ellos, donde los esperaba el que es conocido como “el gerente de la Hidrovía”.
Con relación a la entrega del pasaporte que recibió del gobierno uruguayo, afirmó que no pagó por él, que no lo obtuvo de manera fácil y que debió insistir durante un tiempo para obtenerlo. Eso sucedió en septiembre de 2021, cuando la policía de Emiratos Árabes Unidos (EAU) lo detuvo cuando estaba por abordar un avión en Dubái con destino a Estambul, Turquía, y pretendió realizar el trámite migratorio con un pasaporte paraguayo apócrifo.
El escándalo supuso, a comienzos de noviembre pasado, la dimisión del ministro del Interior de Uruguay Luis Alberto Heber; de su segundo, Guillermo Maciel; del canciller Francisco Bustillo, y del asesor presidencial en comunicación, Roberto Lafluf, considerado “mano derecha” de Lacalle Pou.
Al momento de aceptar la dimisión de una parte central de su gabinete, Lacalle Pou aseguró que “el pasaporte había que darlo de acuerdo a la ley y los decretos actuales”, incluso con el conocimiento de que el documento iba destinado a un narcotraficante.
Marset afirmó que Uruguay era el país menos corrupto de la región y que no había pagado a políticos uruguayos.
No es el caso con otros países de la región. Reconoció pudo evitar el arresto en Bolivia gracias a que fue “avisado” por un oficial de alto cargo y lanzó fuertes críticas al ministro de Gobierno de ese país, Carlos Eduardo del Castillo, al que acusa de mentiroso y de recibir dinero del narco.
Del Castillo afirmó el domingo: “En el actual gobierno hemos sido los únicos que lo hemos buscado a Marset y hemos desbaratado la organización criminal que organizó en Bolivia”. Lo dijo antes de que se difundiera la entrevista en la televisión uruguaya.
“Si recibió ayuda ha sido en otras gestiones. En 2018 nadie buscaba a Marset”, señaló con relación al gobierno de Evo Morales. “Será el Ministerio Público el que diga si hubo protección o no”.
Marset también señaló que las acusaciones de su participación en la muerte del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, quien falleció en Colombia en 2022, eran falsas y que él tan solo conoció al fiscal cuando se hizo pública su muerte.
Aseguró que él es “profesional” en lo que hace y que “el que vende no consume”. Dijo: “No me gusta la joda, no me gusta usar drogas, soy de familia, tranquilo, mi casa, mis cosas”. También afirmó: “No estoy de acuerdo con la legalización de ningún tipo de droga”.
Además, el narcotraficante afirmó en distintas instancias que su pareja, la paraguaya Gianinna García Troche, sobre la que también pesa un pedido de búsqueda de Interpol, no tiene nada que ver con su negocio.
“Mi hermano, mi cuñado y mi esposa no tienen nada que ver en mis negocios”, añadió.
Las autoridades afirman que Marset, de 32 años, estableció una organización criminal a lo largo de Paraguay, Uruguay y Bolivia para exportar cocaína a Europa.
Con información de la agencia AP
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