Tragedia aérea en Ramallo. La autopsia reveló qué le pasó al piloto que se estrelló en el río con su helicóptero
El empresario y expiloto de Turismo Carretera (TC) Gustavo Degliantoni tenía de 71 años; sus compañeros de vuelo sobrevivieron a la caída del domingo
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El empresario y excorredor de Turismo Carretera (TC) Gustavo Degliantoni, el piloto del helicóptero rojo, el Robinson R66 que el domingo pasado se precipitó en el río Paraná, a la altura de la localidad bonaerense de Ramallo, sufrió un derrame cerebral masivo que provocó su muerte.
Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes judiciales. “La autopsia practicada sobre el cuerpo de Degliantoni concluyó la existencia de un derrame cerebral masivo que provocó la muerte. Se tomaron muestras biológicas para realizar estudios de toxicidad y alcohol”, afirmó un vocero con acceso al expediente.
La necropsia se practicó en la Morgue Judicial de San Nicolás. “Venía todo bien, y pasó lo que pasó. Fueron segundos. Nosotros alcanzamos a salir, pero Gustavo quedó enganchado y no sabemos qué pasó. Fueron décimas de segundos, fue todo muy rápido”, sostuvo Osvaldo Iommi, amigo de Degliantoni y sobreviviente de la tragedia aérea, en diálogo con Telefe Rosario.
Poco después de la muerte del empresario y expiloto de TC y del rescate de los cuatro sobrevivientes, el fiscal federal de San Nicolás, Matías Di Lello, le pidió a la Prefectura Naval que tome testimonios de aquellas personas que hayan presenciado la caída del helicóptero y su tránsito previo sobre la costa y sobre el río Paraná.
Fuentes de la Prefectura Naval había dicho a LA NACION que antes del traslado del cuerpo del piloto del helicóptero a la Morgue Judicial de San Nicolás se le tomó una muestra de sangre para realizar un análisis y saber si había consumido alcohol o alguna sustancia que pueda haber afectado sus reflejos.
“Nos habíamos juntado a almorzar, como tantas otras veces, y habíamos salido como una tarde más. “Veníamos bien, riéndonos, inclusive pasamos por varios lugares a saludar a amigos”, sostuvo Iommi en la citada entrevista.
El helicóptero rojo fue filmado mientras hacía maniobras imprudentes y volaba a baja altura, en medio de playas con bastante gente que disfrutaba del soleado domingo y sobre decenas de veleros y yates que navegaban o estaban detenidos. La caída del Robinson R66 en las aguas del río Paraná también fue registrada por los teléfonos celulares de ocasionales testigos.
“El suceso, en lo previo y en el momento exacto de la caída, fue filmado. Las imágenes son claras del vuelo a baja altura”, sostuvo un investigador.
Iommi dijo que no sabía por qué su amigo volaba a baja altura. “No sé cuál es el motivo por el que venía volando tan bajo. Tal vez porque estábamos volviendo y faltaba poco, porque querían ver el partido de River. ¿Qué pasó? No sé. La Justicia y los peritos determinarán que pasó, yo vi que nos hundimos y nada más”.
Antecedente penal
En noviembre de 2020, Degliantoni había sido procesado con prisión preventiva, bajo la modalidad de arresto domiciliario, por los delitos de asociación ilícita, robo agravado por haber sido cometido en poblado y en banda y estrago agravado por el peligro común para los bienes y por haber sido la causa inmediata de muerte de una persona. El juez federal de Lomas de Zamora, Juan Pablo Augé, le trabó en primera instancia un embargo sobre sus bienes hasta cubrir la suma de 30.000.000 de pesos.
Se trató de una investigación de la que participó la fiscal federal Cecilia Incardona, en la que se descubrió la actividad de una organización criminal que robaba petróleo crudo de un oleoducto y que, una vez refinado, vendía el combustible.
“La asociación conformada por los aquí imputados, con una clara división de roles y funciones, al menos desde el mes de marzo de 2019 y hasta el pasado 1 de septiembre [de 2020], se apropió de petróleo propiedad del Estado Nacional, el que, en algunos casos, fue sometido a procesos de destilación y refinado para obtener productos derivados y fue insertado en el mercado tanto formal como informal obteniendo un alto rédito económico, al margen de la correspondiente tributación. En el marco de dichas actividades ilícitas realizaron acciones que dañan el medio ambiente, producto de los desechos generados en esa cadena productiva. La apropiación del combustible tuvo lugar a través de punciones que se realizaron en oleoductos que pertenecen a la empresa estatal YPF”, había sostenido la fiscal Incardona en un dictamen.
En noviembre de 2020, el juez Augé procesó a 22 sospechosos, entre ellos, al piloto que falleció el domingo. Finalmente, en febrero pasado, Degliantoni y su hijo Gustavo fueron sobreseídos.
“Ahora bien, los nuevos hechos y piezas probatorias aportadas, al ser reexaminadas echan luz a las circunstancias que rodearon los vínculos señalados entre los peticionantes con otras personas imputadas en autos, como así también en punto a su mencionada participación en las conductas delictivas investigadas en autos. La situación fáctica se ve modificada por las nuevas pruebas aportadas por la defensa y demuestran no solo la falta de vínculo entre las personas sindicadas como [integrantes de] una organización criminal y los señores Degliantoni padre e hijo, sino que también da certeza negativa de la comisión de los delitos por los cuales fueran indagados y procesados en su oportunidad. En ese mismo orden de ideas, no se observa en autos una prueba objetiva que vincule a los nombrados con los graves delitos que se investigan”, se suscribió en el fallo por el cual los Degliantoni fueron sobreseídos.
El sobreseimiento en la causa del robo del petróleo había sido apelado por el Ministerio Público Fiscal. Pero con la muerte de Degliantoni padre, la acción penal en su contra quedó extinguida.
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