Denunciaron 592 casos de acoso y abusos dentro de las fuerzas federales desde 2016
LA PLATA.- Una Red de Mujeres Policías de distintas provincias denunció que existe un modus operandi que se repite en varios puntos del país y que busca ocultar la gran cantidad de casos de abuso sexual por parte de sus compañeros varones. En ese sentido, desde el Ministerio de Seguridad de la Nación se indicó que cada año hay más denuncias de violencia de género dentro de las fuerzas federales.
Desde que la cartera encabezada por Patricia Bullrich creó la licencia especial por violencia de género, en 2017, solo en las filas de las fuerzas federales fueron otorgadas 144. Además, en los últimos tres años recibieron 592 denuncias por violencia de género en el ámbito laboral.
"Cada año tenemos más denuncias que el anterior. Considero que es porque tenemos dispositivos específicos para recibir denuncias. Así, la mujer, si hace una denuncia, sabe que no caerá en un agujero negro", dijo Carolina Barone, directora de Ejecución de Políticas de Género y Diversidad del ministerio. Barone resaltó la importancia de difundir la línea 134, en la que las mujeres policías pueden denunciar si están sufriendo acoso o abuso sexual por parte de un compañero o jefe.
La Red Nacional de Mujeres Policías presentará pasado mañana un anteproyecto de reforma de la legislación policial para que incluya la perspectiva de género. Una de sus integrantes es Gabriela Macías. Oficial de la provincia de Santa Cruz desde hace cuatro años, le acaban de anunciar el ascenso a subcomisaria. Pero ella cree que no se trata de un simple premio: sospecha que buscan silenciarla porque desde hace tiempo encabeza los reclamos por abusos y acosos a sus compañeras.
La idea de la Red surgió por la cantidad de abusos y violaciones que contaban cada vez más mujeres policías. "Hace un mes, en Las Heras, a una compañera la violó el jefe de guardia. A él lo mandaron de vacaciones y a ella le abrieron una carpeta psiquiátrica", explicó Macías. Eso le hizo decir basta.
Empezó a contactarse con otras mujeres que trabajan en fuerzas policiales y sufrieron las mismas situaciones. "Se aplican las mismas maniobras para callarnos", señaló Macías. Esas maniobras incluyen -según explicaron tanto ella como la abogada de la Red, Antonela Herrera- traslados, reducción de sueldos y carpetas psiquiátricas. Antes de que se instalara la licencia por violencia de género en las fuerzas federales ocurría lo mismo.
"Imagínense una mujer sin una licencia por violencia de género, que está atravesando una situación de violencia y debe presentarse a trabajar y si no lo hace le aplican una sanción disciplinaria. O peor aún: cuando le arman una carpeta, es una carpeta psiquiátrica. La licencia por violencia de género viene a sanear esa situación, a poner las cosas por su nombre", explicó Barone a LA NACION. "Quedaban en sus legajos esas carpetas psiquiátricas y ellas, en realidad, no han tenido ninguna situación de 'salud mental'", advirtió.
Noticias similares en el resto del país se repiten. En Salta, una mujer policía pidió el retiro voluntario por miedo a que "la desaparezcan": había denunciado a un comisario por acoso.
En septiembre pasado, en Ushuaia, una mujer policía denunció ante la Justicia al jefe de una comisaría. Fue puesto en disponibilidad y debió entregar su arma reglamentaria. Según la acusación, le habría propuesto tener relaciones sexuales a cambio de justificarle eventuales ausencias laborales.
Hace años que Gabriela Macías hace "ruido" en la policía de la provincia de Santa Cruz. Ya en 2016 su abogado contaba a la televisión local que ella "estaba a punto de ser expulsada de la fuerza por su defensa de los derechos de la mujer".
Cuando fue a denunciar el acoso de un policía, en la oficina de violencia doméstica le abrieron un sumario. "Me dijeron 'no podés denunciar porque sos policía'", explicó.
Unos años antes, en 2012, dos mujeres de la policía de Neuquén denunciaron por abuso sexual, maltrato y persecución laboral a un subcomisario. Y explicaron que después de haber hecho la denuncia les redujeron el sueldo.
En 2017, una cabo denunció a un suboficial en San Martín de los Andes. Dijo, ante Asuntos Internos, que luego de quedarse dormida su compañero de guardia intentó abusar sexualmente de ella.
En muchos de los casos que conoce la abogada de la Red, la decisión de los superiores es darles carpeta psiquiátrica o abrirles sumarios a las denunciantes. Otras veces las amenazan con traslados y, entonces, ellas no se animan a denunciar.
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