Demasiado bueno para ser cierto. Ofertas por lugares inexistentes; cuando el apuro por cerrar las vacaciones juega en contra
En las vacaciones de verano, las estafas a quienes buscan traslados y hospedajes aumenta; se destacan las “falsas ofertas de alquiler” por Marketplace de Facebook y otras plataformas
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Tras un año de trabajo duro en un campo del interior bonaerense, Javier y Cecilia, de 42 y 40 años, tenían el sueño de ir a la playa y conocer el mar junto a dos de sus hijos. Vieron un anuncio en el Marketplace de Facebook: un departamento frente al mar en Santa Teresita; el precio era muy atractivo. Se pusieron en contacto con una mujer que les pasó fotos y los apuró, ya que supuestamente había “otra persona interesada” en contratar. Transfirieron el equivalente a 100 dólares, el 50% del total, a una cuenta a nombre de un tal Facundo Nicolás Núñez. El 3 de febrero de 2023, tras manejar cuatro horas desde Navarro, llegaron un rato antes del horario de entrada a la unidad.
“La mujer nos pidió que le avisáramos cuando llegásemos a la puerta del departamento, así nos hacía entrega de la llave. Le mandamos un mensaje y como no contestaba la llamamos. No hubo respuesta. Nos había bloqueado de todas partes”, relató Javier. Y agregó: “Nos dio mucha impotencia y bronca, tuvimos que dormir en la calle”. A la madrugada apareció un patrullero y se bajó un policía. “Le explicamos lo sucedido y nos dijo que no éramos los primeros”. El oficial les sugirió hacer la denuncia, pero, por miedo a represalias, no hicieron nada. “Intentamos dormir el resto de la noche y al día siguiente, mal descansados y angustiados, tuvimos que ponernos a buscar otro alquiler”.
Aunque esto les pasó el verano pasado, a Javier y Cecilia el regusto amargo que les dejó la estafa aún no se les quita y, este año, los llevó a ser más precavidos. Pero su caso no fue aislado y este año se repitió en varias plataformas y con multiplicidad de variantes. El precario escenario económico que impacta en las vacaciones estivales de este año hizo proliferar convenientes ofertas que, en realidad, terminan siendo una estafa. Según los especialistas, el sector de los alquileres de turismo a través de la web es caldo de cultivo de distintos “cuentos del tío” y uno de cada tres potenciales clientes son víctimas o conocen a alguien que fue engañado y pagó por algo que no existía.
Desde mediados de diciembre pasado, y hasta finales de enero de este año, a Carlos Galán, de 47 años, dueño de Parrilla La Mulita, de Mar del Plata, le hackearon la cuenta de WhatsApp de su restaurante. Los estafadores empezaron a pedirles una seña a los clientes que se ponían en contacto para hacer una reserva, algo que en los 12 años que lleva de funcionamiento la parrilla nunca se había hecho. “Me caía gente con reservas hechas de esta forma y que no podía sentar en el local. Tenía que darles explicaciones. Así me di cuenta”.
Galán mandó “como 20 mails” al soporte técnico de WhatsApp para que dieran de baja la cuenta denunciada; demoraron un mes y medio. Empezó a avisar por redes sociales lo sucedido para advertir a los clientes, pero no había forma de que todos se enteraran. “Algunos se avivaron porque no era nuestro estilo o por cómo estaba redactado el mensaje de la farsa, pero muchos otros cayeron”, dijo Carlos, que estimó que un 20% de su clientela diaria fue estafada (4 a 5 clientes por día): “Habrán recaudado entre uno y dos millones de pesos en ese tiempo. Pedían $1500 pesos de seña por comensal y además estaban los clientes que pedían take away pedidos de $7000 pesos por comensal que rondaban los $40.000 pesos por servicio”.
Él intentó remediar el mal trago de cada damnnificado: “Tenía que negociar, darles postres gratis, hacerles una atención, pero muchos se fueron amargados igual. Si no tenía una mesa para darles era más grave. No sé cuantos clientes perdí, no quiero ni pensarlo”. Galán hizo la denuncia a la policía, pero no le dieron soluciones. Eso no fue todo: los malvivientes hackearon también cuentas de WhatsApp de clientes de Galán solicitando datos personales cuando hacían la reserva.
Las estafas no solo se producen en la Costa Atlántica. Santiago Martínez, de 62 años, sufrió un “flor de dolor de cabeza” cuando usó la aplicación HomeAway para alquilar alojamiento en Buzios: “Vi una casa muy linda, a un precio razonable, pero bastante conveniente, y me entusiasmé”, dijo Martínez. Vio un mail y escribió: “No quise evitar comisión, había un mail y me puse en contacto”, aclaró. Le pidieron una seña de 2000 dólares y terminó arreglando por fuera de la aplicación. “El tipo desapareció. La aplicación no se hizo cargo. Claramente, no supervisan la veracidad de las publicaciones”, dijo Martínez. En autocrítica, opinó: “Me apuré. Tendría que haber chequeado mejor la veracidad. Fui muy descuidado”.
Melanie, de 30 años, zafó de una estafa en Airbnb: “Me metí a Airbnb y encontré un departamento divino, en una buena zona y a muy buen precio con relación a otros en Madrid. Me entusiasmé, pero me pedían pagar el monto total de entrada”. Para corroborar, ella abrió Google Maps e ingresó la dirección. Era un shopping. “Nos contactamos con Airbnb y nos confirmaron que era una estafa y dieron de baja la publicación”, expresó.
Las empresas oferentes del servicio de alojamiento también pueden ser estafadas. María Eugenia R, dueña de Los Amancays 2, alquila dúplex y cabañas en Villa La Angostura. Si bien trabajan con plataformas de confianza, como Booking, a comienzos de 2023 detectaron una anomalía cuando llegaban personas a su hospedaje y afirmaban que tenían reserva, aunque al revisar la base de datos no figuraba nada. “Ahí nos dimos cuenta de que tanto ellos como nosotros estábamos siendo estafados”. Les habían robado el perfil de la empresa en el buscador de Google, y entonces cuando la gente hacía clic en el dominio los redirigía a una página web melliza con el mail y el teléfono de un estafador que se hizo de fotos de la fachada de sus cabañas.
“Pusieron precios bastante más baratos y les pedían a los interesados la transferencia de una seña o reserva completa a una cuenta bajo el nombre de Walter Américo Donaire”, explicó María Eugenia. El hombre estafó a seis potenciales clientes.
“Nos estaba destruyendo la reputación, porque la gente empezó a dejar reseñas muy negativas en la web”, explicó María Eugenia. Y agregó “Hubo familias que tuvieron que dormir en la calle porque no teníamos lugar”. Para su frustración, hicieron la denuncia policial y les prometieron derivarla a la oficina de ciberdelitos de Neuquén, pero nunca obtuvieron respuestas de la Justicia. Con ayuda de su hija, reportó lo sucedido a Google y recuperó el control del perfil en el buscador.
Según la consultora de riesgo tecnológico BTR, en una encuesta realizada por Extreme CyberSecurity Lab en países de Latinoamérica, el 33% de las personas interesadas en viajar por vacaciones cae en estafas o conocen alguien que fue víctima de estafa online en redes sociales, sitios falsos, y buscadores. “Casi todos los casos están enmarcados a partir de la técnica del Cuento del Tío”, expresó Gabriel Zurdo, CEO de BTR Consulting.
El fiscal Horacio Azzolín, que dirige la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (Ufeci), lo que predominan son las “falsas ofertas de alquileres temporarios o vacacionales de departamentos o casas que no existen o que son ofrecidas por personas sin relación con la propiedad”. La mayoría, según él, suceden en Facebook Marketplace.
El comisario Maximiliano Méndez, de la Superintendencia de lucha contra el Cibercrimen de la Policía de la Ciudad, explicó que la estafa generalmente radica en la creación de una publicación con fotografías de un inmueble que no le pertenece al creador y que copiaron de una publicación actual o previa.
“Los ladrones copian información y cambian los datos de contacto. Por ejemplo, el delincuente ve que hay un alquiler en una plataforma y la replica en otra con la misma fecha y un pecio más atractivo para hacer la estafa”, explicó Méndez.
Zurdo profundizó en los motivos que llevan caer en estafas: “Con el contexto económico actual, las personas buscan ahorrar todo lo posible. Nuestros datos indican que el 12% han sido engañados al realizar pagos online a través de plataformas fraudulentas, y que al 20% les han robado su identidad al reservar en una plataforma web y aplicaciones. Nuestra investigación también nos sugiere que la estacionalidad, la emoción y la crisis económica afectan el comportamiento de las personas, que en general necesitan un espacio de distracción y descanso y como consecuencia relajan sus barreras de defensa”.
Las recomendaciónes de la Ufeci para prevenir estos casos es evitar concertar alquileres a través de contactos informales como los de Marketplace, donde no hay intermediarios profesionales como pueden ser los agentes inmobiliarios. En caso de que se decida proceder en el contrato por plataformas, la unidad fiscal recomienda que antes de realizar cualquier pago se verifique por otros medios la veracidad de la publicación.
Méndez recomienda tener cuidado con ofertas tentadoras por el precio y desconfiar de la urgencia: “Se puede hacer búsqueda de las imágenes de la publicación en Google Lens para ver si se repite en varias publicaciones y, si ese es el caso, desconfiar”, sugirió el experto, que además recomendó buscar minuciosamente datos que comprueben veracidad.
“Airbnb tiene la categoría de Superanfitrión, para destacar a oferentes de alojamiento que son confiables; los postulantes recientes o primerizos son de menor confianza”, precisó a modo de ejemplo.
Tanto Despegar como Airbnb, en asociación con ALAI –Asociación Latinoamericana de Internet– recomiendan una serie de medidas:
- Evitar hacer transferencias bancarias a cuentas particulares y permanecer dentro de los sitios web de las plataformas digitales para pagar y comunicarse, lo que asegura mayores garantías en caso de estafa.
- El oferente no debería solicitar conectarse por fuera del sitio para realizar alguna actividad o transacción. Si sucede, interrumpir la comunicación y reportarlo. Tener cuidado con las ofertas sospechosamente baratas: si aparenta ser muy buena para ser verdad, probablemente no lo sea.
- Hacer una pausa y pensar antes de hacer clic en enlaces que lleguen por mail o mensajes de texto que el usuario no espera porque pueden instalar malware –software malicioso– o redirigirlos a un sitio web fraudulento y hacer phishing (toma de datos del usuario para robarle dinero o identidad).
- Usar canales oficiales, que las redes sociales (Facebook, Instagram, Twitter, LinkedIn y WhatsApp) cuenten con el tilde azul de verificación, lo que indica que es un canal oficial. Fijarse que los dominios de sitios web o mail con promociones sean confiables revisando que el dominio no cuente con errores de ortografía.
- Usar sitios web seguros, por ejemplo que tenga en su enlace el https:// y un icono de candado cerrado justo a la izquierda del dominio web, lo que garantiza que el sitio mantiene los datos del usuario protegidos. También, que cuente con alguna certificación de seguridad, como el PCI DSS (Payment Card Industry Data Security Standard), que garantiza la protección de información sensible de las tarjetas de pago.
- Para complementar, BTR Consulting recomienda revisar la veracidad de la publicación verificando el nombre del dueño, la dirección, el teléfono y comentarios/reseñas de otros usuarios en redes. También, en caso de proceder con la transacción, no abonar la totalidad del alquiler por adelantado y no resolver a las apuradas ni dejarse presionar. Ir siempre directamente a la fuente y reservar con empresas de conocida reputación y confianza.
Según un experto que trabajó más de una década en una de las más reconocidas plataformas de venta de traslados y alojamiento, muchas veces la mayor seguridad va a estar en realizar las compras en persona con una agencia de viajes o con una de las compañías que están en Cybermonday o Hotsale. “Son las más confiables”, afirmó. Para corroborar la veracidad de las agencias de viaje y que estén habilitadas se puede consultar en los sitios web oficiales del Gobierno.
La misma fuente explicó: “Hay mucho oportunismo de gente queriendo comprar pasajes o alojamiento barato. Si es muy grosera la oferta, seguramente es una estafa. En este rubro nada sale un tercio o la mitad del valor de mercado”. También hizo hincapié en leer los términos y condiciones de las empresas “para evitar sorpresas” y buscar la mayor cantidad de garantías por si las cosas no salen como uno espera: “Quizás compraste el vuelo más barato y le suman escalas o cambian los horarios, y te embromaste”, graficó.
En caso de ser víctima de estafa, la Ufeci sugiere hacer la denuncia en cualquier comisaría o fiscalía más cercana al domicilio o contactarse con la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia, telefónicamente al (011) 5071-0040 o por correo electrónico a denunciasufeci@mpf.gov.ar, o concurrir a su sede ubicada en la calle Sarmiento 663, 6° Piso, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El comisario Méndez reconoce que no es común que la gente haga la denuncia por la dificultad para recuperar el dinero, pero sostiene en que es importante hacerlo para “dar con los responsables, tener estadísticas representativas y estudiar cómo van mutando las modalidades”. Él recomienda hacer la denuncia presencialmente en una comisaría o llamando al 911 y preservar la mayor cantidad de evidencia de capturas de pantalla de chats, mails, perfil de la publicación y del usuario, URL del sitio web, CBU, nombres, y plataformas utilizadas”.
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