“¡Dejame la nena!”. El ruego de un padre al que le robaron el auto delante de su pequeña hija y a plena luz del día
La cámara de seguridad instalada en el frente de la casa de una familia, situada en Rondeau al 700 en Wilde, partido de Avellaneda, registró los 40 segundos que duró el robo
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La secuencia dura menos de un minuto, pero conmueve. Lo que fue una tarde de juegos en la casa de una amiguita, terminó con llanto de una niña y gritos desesperados de su padre, a quien le robaron el auto a punta de pistola y a plena luz del día.
La cámara de seguridad instalada en el frente de la casa de una familia, situada en Rondeau al 700 en Wilde, partido de Avellaneda, registró los 40 segundos que duró el robo del que fueron víctimas un joven padre, de 31 años, y su pequeña hija en la puerta de la casa de una compañerita de colegio.
El reloj marcaba las 16.32 de ayer cuando padre e hija eran despedidos por la dueña de casa. “Lo que han jugado hoy”, se escucha que le dice la mujer al padre de la niña, quien responde: “Gracias Ana”.
Mientras la mujer cerraba la reja e ingresaba el perro dentro de la casa, aparecen en escena dos jóvenes. Uno se acerca hasta la reja, mientras que el otro toma por el cuello al padre y le apunta a la cabeza con un arma. A su lado, la pequeña observa atónita la situación y luego sale corriendo hacia la casa donde está la madre de su amiguita que cerró la reja y levantó las manos.
“Dame la nena. Dejame la nena. Dame la nena”, repite en voz alta y angustiado el padre de la pequeña que se lleva la mano a la boca y mira a la distancia cómo los dos delincuentes tienen a su padre.
En el momento que la pequeña empieza a sollozar, el padre le dice: “Ori, tranquila. Ori, no pasa nada. Ori, no pasa nada. Ori, no pasa nada, mi amor”.
En ese momento, la dueña de casa, abre la reja para que ingrese la niña y sale unos pasos a la vereda a pedir por la liberación del hombre que les suplica a los ladrones: “Dejame la mochila de la nena, por favor. Dame, por favor, la mochila de la nena”.
Los ladrones acceden al pedido y el hombre camina lento hacia la reja, cierra con llave y entra corriendo antes de que los delincuentes puedan huir en el auto, marca Honda, modelo HRV, color blanco que acaban de robar.
Según el sitio local 24.con, dentro del vehículo que se fue en dirección a la avenida Mitre, había una bicicleta, de color rosa, que pertenecía a la pequeña Ori y tres sillas playeras.
Un caso similar, con otra niña
Hace menos de una semana, un chico de siete años vio cómo su padre, el abogado Gustavo Fernández, era asesinado por delincuentes que lo asaltaron en la puerta de su casa, en Monte Grande. Ahora, una chica de seis fue testigo directo del momento en que asaltantes sorprendieron a su padre para robarle la camioneta, en la localidad de Caseros. Para esa niña fue como un déjà vu: allí, prácticamente en el mismo lugar, hace dos años, asesinaron a su abuelo en otro hecho de inseguridad. Ese crimen la afectó profundamente y el nuevo hecho, que vivió en carne propia, echó sal en esa herida que no cierra.
El conmocionante caso fue registrado por la cámara de vigilancia de la casa del hombre asaltado, en Coronel Pringles y Guaminí, partido de Tres de Febrero. En menos de treinta segundos, tres ladrones sorprendieron al padre y a la abuela de la menor, que estaban en los asientos delanteros de una camioneta Volkswagen Amarok negra estacionada junto al cordón. Catalina, de seis años, y Ahinoa, su hermana de dos años, estaban sentadas atrás.
Fue el jueves pasado, casi a las seis de la tarde. A punta de pistola, los delincuentes exigieron la entrega de la camioneta. Mientras su padre y su abuela, Catalina se bajó y corrió en busca de auxilio y refugio; desesperadamente intentó abrir la puerta de su casa, mientras observaba todo con miedo e impotencia. Mientras, los adultos se resignaban al robo y bajaban a la niña más pequeña, y los asaltantes se llevaban la camioneta, no sin cierta dificultad en el manejo.
Para todos el hecho, traumático de por sí, significó revivir un momento de máximo dolor y dramatismo. A dos cuadras, en febrero de 2022, el abuelo de Catalina, Rolando Omar Villafañe, de 61 años, fue asesinado cuando cinco delincuentes lo abordaron en su fábrica de productos de algodón situada en Ángel Pini 5445, entre Martín de Álzaga y Spandonari.
🗣️ “A mi hija le cuesta dormir, tiene miedo”
— La Nación Más (@lanacionmas) April 15, 2024
Una nena de 6 años presenció un violento robo en Caseros. La mamá de la menor aseguró que “todos los días pasa algo” y sostuvo que “es terrible vivir así”.
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