Definirán hoy la pena. Pidieron que el menor que agredió al playero sea condenado a 5 años y 3 meses de prisión

El Ministerio Público porteño pidió que el acusado, identificado como C.M.A., sea condenado a cinco años y tres meses de prisión de cumplimiento efectivo por la agresión contra el playero Arturo López, ocurrida en noviembre de 2021, en un estacionamiento del barrio de Monserrat.

Mientras que la defensa del imputado, que en el momento del ataque era menor, pidió que no se le imponga ninguna pena. Hoy, a las 10.30 el magistrado Alejandro Villanueva, a cargo del Juzgado Penal y Penal Juvenil Nº 11, dará a conocer el veredicto. Debido a que el acusado tenía 17 años cuando golpeó a Arturo fue juzgado mediante las normas que impone la ley 22.278 que regula los procesos penales de los menores. En noviembre pasado, el joven, que actualmente tiene 19 años, fue declarado responsable de “lesiones gravísimas”. La víctima sufrió daños neurológicos y continúa internada.

Con la audiencia finalizará el denominado el juicio cesura para definir la pena que deberá cumplir por ese delito que, según el Código Penal, establece una pena de tres a diez años de prisión. El fiscal pidió que al acusado se le imponga una pena de cinco años y tres meses de prisión de cumplimiento efectivo.

De acuerdo al artículo 91 del Código Penal, “se impondrá reclusión o prisión de tres a diez años, si la lesión produjere una enfermedad mental o corporal, cierta o probablemente incurable, la inutilidad permanente para el trabajo, la pérdida de un sentido, de un órgano, de un miembro, del uso de un órgano o miembro, de la palabra o de la capacidad de engendrar o concebir”.

El monto de la pena solicitada está relacionado con las pautas establecidas por el artículo 4° de la mencionada norma. “El juez puede reducir la pena en la forma prevista para la tentativa”, indica la ley. Según establece el artículo 44 del Código Penal, para los casos de las tentativas, “si no se hubiere consumado el delito, el monto de la pena se disminuirá de un tercio a la mitad”.

Esto significa que el fiscal pidió que el monto de la pena que se imponga al acusado sea entre la mitad y los dos tercios de lo que le hubiera correspondido si era mayor. Además, el representante del Ministerio Público solicitó que la condena sea de cumplimiento efectivo, teniendo en cuenta que el mínimo fijado por la ley es de tres años de prisión.

No obstante, según la ley penal de menores, el juez no está obligado a imponer una pena, aunque lo declaró responsable en el juicio realizado en noviembre pasado.

“Si las modalidades del hecho, los antecedentes del menor, el resultado del tratamiento tutelar y la impresión directa recogida por el juez hicieren necesario aplicarle una sanción, así lo resolverá, pudiendo reducirla en la forma prevista para la tentativa. Contrariamente, si fuese innecesario aplicarle sanción, lo absolverá”, establece el artículo 4° de la ley 22.278.

Esto significa, según la parte final de la norma que, existe la posibilidad de que el magistrado absuelva al acusado en caso que considere que respondió satisfactoriamente al tratamiento que se le aplicó durante un año.

Cinco meses prófugo

Luego del ataque, el acusado estuvo cinco meses prófugo hasta que se presentó ante la Justicia el 29 de abril en la División Enlace Institutos Alojamiento de Menores, situada en la calle Perón al 2048. Después del juicio de responsabilidad, el magistrado dispuso que el menor siga el proceso con prisión domiciliaria, con el monitoreo de una tobillera electrónica.

En reconstrucción del ataque contra el playero, los investigadores judiciales establecieron que el motivo de la agresión fue un reclamo que el acusado le hizo a López porque había encontrado rayado su Mercedes-Benz.

Según dijo un testigo, el acusado, de 17 años en ese momento, era un estafador, igual que varios integrantes de su familia. Había vendido varias veces el Mercedes-Benz patente GYI 9... A pesar de que tenía una causa penal en un juzgado de menores, estaba en libertad. Por eso no le importaba circular en un vehículo que tenía una deuda por infracciones de tránsito de más de $400.000. Pero ese día, se convirtió en fugitivo por dejar al borde de la muerte al playero de un garaje al que le recriminó un supuesto rayón en ese coche.

Después del ataque, la familia del menor acusado, que vivía en un hotel de la zona, huyó del lugar y abandonó en el estacionamiento el Mercedes-Benz que había sido el centro del reclamo que el imputado le hizo a la víctima.

El acusado creció en una familia de delincuentes. Su madre forma parte de un clan que se dedicaba a realizar secuestros virtuales y cuentos del tío. Su padre cargaría con la responsabilidad de un homicidio en sus espaldas, aunque nunca le probaron la autoría del asesinato.

Con su nueva pareja fueron señalados como los autores de una serie de estafas con las ventas de terrenos en Magdalena. Esas parcelas habían sido donadas por un vecino de esa ciudad al hospital local. Sin embargo, el padre del acusado y su actual pareja, mediante un testamento falso, obtuvieron una escritura apócrifa y vendieron esos terrenos varias veces.

El día del ataque, la madre del adolescente golpeador apareció en las grabaciones de las cámaras de seguridad del estacionamiento situado en Moreno 876. En las imágenes quedó registrada la escena en la que se acercó a la víctima para tirarle un vaso de agua, después de que su hijo lo noqueara. A raíz del puñetazo, Arturo cayó pesadamente contra el piso. Nunca se recuperó.ß

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