Deberán indemnizarla. Pasó 12 años presa por el asesinato del marido y era inocente
La docente María Antonia Gauna recibirá un resarcimiento de $7 millones; había sido condenada a prisión perpetua por el crimen, ocurrido en 2005 en Arequito, Santa Fe; diez años después un peritaje comprobó que la mujer tenía heridas que no pudo haberse autoinfligido y, por eso, tampoco pudo haber matado a su esposo
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Una docente que fue condenada a prisión perpetua y pasó 12 años presa acusada de haber asesinado a su esposo en la ciudad de Arequito será indemnizada con $7 millones por daños y perjuicios por la provincia de Santa Fe, luego de haberse comprobado que era inocente.
Se trata de María Antonia Gauna, que fue condenada en 2008 a la pena de prisión perpetua por el homicidio ocurrido el 6 de febrero de 2005, pero siguió clamando su inocencia hasta que la Corte Suprema de la provincia hizo revisar el caso, el 20 de diciembre de 2016, indicaron hoy voceros judiciales.
A partir de esa resolución, Gauna instruyó a su abogado para que comience las actuaciones que le permitan volver a su casa, recuperar sus bienes y ser reconocida como heredera de su esposo, el productor agropecuario Omar Carlos Bartorelli. La mujer afirma que la vivienda y el campo de su marido están actualmente ocupados por el cuñado de la víctima, a quien ella pidió desde el principio del caso que investigaran, sin éxito.
Gauna estuvo presa desde que salió del estado de coma, poco después del crimen. El día del asesinato, ella fue hallada al lado del cadáver de su esposo, en gravísimo estado.
En 2008 la mujer, oriunda de la provincia de Corrientes, fue condenada a prisión perpetua como autora penalmente responsable del delito de homicidio calificado por el vínculo.
Con esa resolución se dio por cerrado el caso por la muerte del productor agropecuario Omar Carlos Bartorelli, esposo de Gauna, que fue encontrado en el jardín de la casa que compartían con ocho puñaladas y ella a su lado, malherida e inconsciente.
Recién 10 años después, estudios médicos demostraron que las heridas que tenía Gauna no pudieron haber sido autoinflingidas y un médico especialista lo declaró ante la Justicia.
Ese punto demostró que la mujer era inocente y que hubo un atacante que no solo asesinó a su esposo, sino que intentó hacer lo mismo con ella.
En ese sentido, Gauna acusa a un cuñado de su esposo, que “nunca fue investigado”, al que solo identificó como “Pirulo”.
El Tribunal Colegiado de Responsabilidad Extracontractual N°2 de la provincia estableció que el Estado provincial deberá resarcir a Gauna por daños y perjuicios, de acuerdo a lo que prescribe la ley 7658 de indemnización por sentencia judicial absolutoria.
“Cuando prospere el recurso de revisión, interpuesto en favor de una persona condenada por error judicial excusable, a pena privativa de la libertad o a inhabilitación de cumplimiento efectivo, aquella tiene derecho a reclamar de la provincia una equitativa indemnización”, indica el texto.
En ese sentido, el Tribunal señaló que “la mujer fue privada de su libertad a consecuencia de resoluciones judiciales siendo declarada absuelta casi doce años después por encontrarla la Corte Suprema de Justicia inocente del delito por la que fuera condenada”.
La palabra de la mujer
En declaraciones a radio Universidad, de Santa Fe, Gauna contó que la noche del crimen los abordó en su casa un hombre encapuchado al que ella reconoció como cuñado de su marido, al que identificó como Pirulo.
“La noche del crimen volvimos de cenar, bajé en mi casa y mi marido fue a guardar el auto a una cochera, a una cuadra. Cuando entré me encontré con una persona encapuchada, con un arma. Cuando me redujo, me di cuenta de que era Pirulo, el cuñado de mi marido. El tipo me pedía plata; yo le di lo que tenía”, contó Gauna.
Luego, dijo que al llegar su esposo, el encapuchado les robó dinero, les dio algo de beber y los obligó a acostarse en su cama.
“Este sujeto nos pedía plata porque mi marido había retirado 25 mil pesos del banco días antes. Nos obligó a tomar algo y nos metió en la cama. Yo tomé todo y mi marido no. El sujeto llamó a alguien por celular y le dijo que si en cinco minutos no salía, que entraran. Yo me dormí y luego desperté en el sanatorio”, añadió la mujer.
Gauna remarcó que “gracias a las pericias científicas se comprobó que yo tenía los dos tendones cortados y que era imposible que me lo hubiera hecho sola”.
Respecto del autor del crimen, dijo que “jamás fue investigado el cuñado de mi marido, a pesar de que siempre lo mencioné”.
"Este sujeto está en Arequito usurpando mi casa y explotando el campo de mi marido. Este fue el móvil del crimen. La impunidad de este caso es insólita"
María Antonia Gauna
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