De la Quiaca a las villas porteñas: tras un seguimiento vigilado secuestran en Saavedra 6,5 kilos de cocaína
La Policía de la Ciudad realizó un seguimiento controlado de una Ford EcoSport en la que una pareja joven con su hija de 4 años regresaban de la frontera entre Jujuy y Bolivia con la droga oculta detrás de los paneles de las puertas
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Parecía algo normal: una pareja joven, su hija pequeña en la butaca especial sujeta al asiento trasero de la camioneta, en tránsito tranquilo por la General Paz en una tarde soleada. Pero la policía los seguía con un dato muy verosímil: tenían indicios vehementes de que ese vehículo llegaba desde un largo viaje desde el norte del país, y que el objetivo de la travesía no era otro que transportar droga con la que inundaban las villas porteñas. De hecho, estaban haciendo seguimiento vigilado. En el momento propicio, los rodearon con motocicletas para impedirles escapar y los escoltaron hasta una estación de servicio cercana a Tecnópolis, en Saavedra. El final del procedimiento confirmó las sospechas: esa Ford EcoSport procedente de La Quiaca llevaba en sus entrañas más de seis kilos de cocaína pura.
Según informaron fuentes del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño, el procedimiento fue una derivación del “Operativo Fondo Blanco”, concretado el año pasado, y las detenciones se realizaron en una estación de servicio situada en la General Paz, entre las avenidas Balbín y Constituyentes. La investigación, supervisada por el juez federal Ariel Lijo, fue llevada adelante por efectivos del Departamento de Lucha contra el Crimen Organizado y de la División Operaciones Especiales de la Policía de la Ciudad; del arresto tomó parte personal de la División Perros y el Departamento Autopistas y Transporte de la fuerza de seguridad porteña.
El juez federal Ariel Lijo, que había comandado el Operativo Fondo Blanco -cuando se decomisaron 10,2 kilos de droga que estaban ocultos en un VW Bora-, había encomendado a los detectives porteños que averiguaran quién continuaba con la provisión de cocaína en los barrios de emergencia de la ciudad, valiéndose de la fachada de autos particulares en los que viajaban parejas o personas que no parecieran en absoluto sospechosas.
La información recolectada permitió obtener datos relevantes en el Norte sobre los encargados del traslado de droga y los vehículos que usaban. Así salió el dato de que una pareja había viajado en una Ford EcoSport a La Quiaca para regresar a Buenos Aires con la carga desde esa ciudad fronteriza jujeña. “Con el rodado en la mira, se realizó una vigilancia encubierta y luego un seguimiento escalonado durante el viaje para evitar la sospecha de los ocupantes del vehículo, un hombre de 24 años, una mujer de 22, quien llevó consigo a su hija de 4″, informaron fuentes policiales.
Una vez que la EcoSport salió del Acceso Norte y entró en la General Paz en dirección al Riachuelo, se puso en marcha la fase final del operativo. En el video del procedimiento se puede advertir cómo varias motos de la policía se posicionan estratégicamente para impedir que la EcoSport cambie de carril o acelere para perderse entre el tránsito. Desde la derecha uno de los oficiales motorizados ordena a los ocupantes del vehículo que bajen las ventanillas, que no usen el celular -eventualmente, para dar aviso a alguien de lo que ocurría- y que mantengan las manos visibles. Así, “encapsulados”, los escoltaron hasta la estación de servicio, donde el resto de los uniformados esperaba para concretar el operativo.
Fares y Simón, canes rastreadores de la División Perros de la Policía de la Ciudad, detectaron olores sospechosos en los asientos, las puertas y los zócalos de la EcoSport, lo que dio la primera pista certera sobre la existencia del estupefaciente, como se presumía. El juez Lijo, en consecuencia, ordenó desarmar el vehículo, que fue conducido hasta la sede del Departamento Crimen Organizado en el barrio de Barracas.
Allí fueron hallados seis ladrillos con clorhidrato de cocaína de máxima pureza ocultos tras los paneles de las puertas traseras de la camioneta, con un peso total de 6,563 kilogramos, según se informó.
El juzgado dispuso el secuestro de la droga y la camioneta, y la detención de la pareja. Se ordenó que la niña, hija de la joven de 22 años, fuera entregada a un familiar para su custodia.
“Un nuevo decomiso de droga que demuestra nuestro compromiso irrestricto contra el narcotráfico. Esta cocaína que venía del norte, sumada a los 5000 kilos de marihuana secuestrados hace unas semanas son menos dosis en las calles”, sostuvo el secretario de Justicia y Seguridad de la Ciudad, Marcelo D ́ Alessandro.
Y amplió: “Esta es droga de máxima pureza que proviene de Bolivia, cortada y rebajada según nuestros especialistas se traduce en 36 mil dosis de cocaína que se venden de 1000 a 1500 pesos el gramo”.
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