De Argentina al Mundo: la “narco boda” de Rosario dejó al descubierto la actividad de una red de tráfico internacional
Múltiples allanamientos llevados a cabo por fuerzas federales dejaron un saldo de cuatro detenidos, entre ellos, dos que estarían vinculados al triple crimen cometido tras el casamiento de Esteban Rocha y Brisa Leguizamón; la causa comenzó en septiembre de 2020, con la incautación de 389 kilos de cocaína transportados desde Bolivia, con escala en Paraguay, hacia centros de acopio en Córdoba y el sur de Santa Fe
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ROSARIO.-Detrás del triple crimen en Rosario, que se produjo el 28 de enero pasado luego de un casamiento narco en las afueras de esta ciudad, empieza a aparecer una trama de narcotráfico internacional, en la que se conectan engranajes entre organizaciones que operan en el exterior, como el clan Loza, y bandas rosarinas, como la de Esteban Alvarado, quien actualmente está siendo juzgado por crímenes y asociación ilícita.
Tres hombres que pertenecen a estas organizaciones narco fueron detenidos en Rosario por orden de la justicia federal, tras una investigación en conjunto entre la Procuraduría de Narcocriminalidad, a cargo de Diego Iglesias, y el Ministerio Público de la Acusación de Rosario, donde se creó una unidad especial para investigar el sangriento crimen que ocurrió a fines de enero, tras el casamiento de una pareja de narcos que actualmente está prófuga.
Uno de los detenidos es un hombre clave en esta trama: Fabián Pelozo, capturado por efectivos de Gendarmería en Seren al 7700, en la zona noroeste de Rosario. También fueron aprehendidos Oscar Godoy e Ignacio Quintana. Están sospechados de participar en brutal triple crimen.
El 28 de enero a la madrugada fueron asesinados en Ibarlucea, donde se llevó adelante la boda entre Esteban Rocha, conocido como Pinky, y Brisa Leguizamón, tres invitados a la fiesta: Iván Giménez, su pareja Erica Romero y su pequeña hija de un año y medio. Fueron acribillados cuando salían del casamiento que se realizó en Campo Ibarlucea, donde se había reunido la “crema” del narcotráfico rosarino, entre los que había varios miembros de Los Monos. Actuó esa noche el concejal y músico Juan José Piedrabuena, entre otros.
La investigación judicial apunta a que Giménez, una de las víctimas, formaba parte de una organización narco, que usaba a esa zona de Ibarlucea, ubicada a 15 kilómetros de Rosario, como nodo logístico de estupefacientes. Esa localidad está ubicada sobre la ruta 34, que conecta a Rosario con la frontera con Bolivia, y está cerca de las terminales portuarias.
La sospecha que surgió cuando ocurrió el triple crimen era que ese lugar, en la periferia rural de Rosario, escondía otros misterios. Adelaida Castillo, alias Reina Titi, ligada al poderoso clan Loza, acopiaba en Ibarlucea, en un galpón muy cercano a la propiedad de Giménez, grandes cantidades de cocaína, que provenían de Bolivia y de Paraguay.
Santa Fe apareció en el mapa del clan Loza luego de las revelaciones que hizo el contador Diego Xavier Guastini, quien fue asesinado de tres tiros por sicarios en la provincia de Buenos Aires la mañana del 28 de octubre de 2019. En setiembre de 2020 fue detenida la Reina Tití, a quien la investigaban desde hacía más de dos años.
El único rastro que tenían los investigadores era que uno de los camiones que habían pertenecido al clan Loza estaba a nombre de esta mujer de 58 años que es oriunda de Salvador Mazza, en la frontera entre Salta y Yacuiba, Bolivia, donde su familia fue desde hace décadas “bagayera”, dedicada al negocio de pasar bultos de contrabando por los pasos ilegales entre los dos países.
A la Reina Titi la atraparon agentes de Gendarmería en la ruta 9, a la altura de El Paraíso, cuando iba con un convoy de tres camionetas hacia Ibarlucea. Llevaba 389 kilos de cocaína, una cantidad de droga que se sospecha la mayoría estaba destinada al mercado europeo. Es aún un misterio el origen de los cargamentos. Pero las sospechas apuntan a que la “exportación” se hacía por los puertos de Campana o Rosario, porque la cocaína se acopiaba en Ibarlucea.
Ese cargamento de cocaína que trasladaba la mujer había llegado a esa zona cercana a Rosario, a través de los servicios logísticos de un boliviano apodado GR. De acuerdo con la investigación, ese sospechoso se dedica a realizar el transporte de cocaína desde Bolivia y Paraguay hacia la Argentina.
Por ese servicio de “taxi” cobraba una comisión en dólares (aproximadamente unos 300.000) y para esto solicitaba un adelanto, salvo en los casos en que conocía a las personas como a Castillo. De acuerdo a la información obtenida del celular de la Reina Titi, la organización solo realizaba los viajes cuando completaba el máximo de capacidad de carga de la avioneta (entre 380 y 400 kilos).
Luego, GR coordinaba con su gente la logística para el acopio, entrega y el cobro del servicio. Quienes eran una especie de empleados de este narco eran Pelozo e Ignacio Quintana, hombres que tendrían relación con el clan Alvarado en Rosario.
De acuerdo a las fuentes judiciales, Pelozo es un actor clave para el abastecimiento para la distribución de cocaína en Rosario. Giménez, el hombre asesinado tras la boda narco, trabajaba con Pelozo, junto con Oscar Godoy. La función de estos engranajes de la organización era buscar los lugares de acopio de la droga que llegaba en avioneta, como así también conseguir los campos donde la droga era bombardeada, es decir, las aeronaves arrojaban las bolsas con estupefacientes.
La explicación que hasta ahora asoma sobre el triple crimen es que el objetivo principal fue ejecutar a Giménez, a quien esta organización hizo responsable de la pérdida de un cargamento de droga que venía por el río Paraná, probablemente en una barcaza desde Paraguay. Ese embarque de cocaína se “perdió” por cuestiones climáticas en octubre pasado.
Una de las hipótesis que se maneja es que, por la cantidad de droga que se acopiaba en Ibarlucea, esos cargamentos podrían tener como destino el exterior. Sin embargo, aún no se determinó por el mecanismo utilizado para la exportación de esa cocaína.
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