Cuento del tío: los condenaron y tuvieron que devolver lo robado más un 30% de indemnización a las víctimas
Los estafadores, en un juicio abreviado, recibieron la pena de tres años de prisión en suspenso, pero para salir de la cárcel debieron depositar 141.537 dólares
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En apenas dos semanas consiguieron un botín de 108.874 dólares con sus estafas. Sus víctimas fueron tres vecinos de Villa Martelli, Vicente López, que cayeron en uno de los tantos cuentos del tío y les entregaron sus ahorros pensando que eran empleados de un banco que los visitaban en sus domicilios para cambiarles los billetes. Pero, finalmente, los descubrieron.
En un juicio abreviado, lo que implica el reconocimiento de los cargos, los dos autores del timo fueron condenados a la pena de tres años de prisión en suspenso e intimados a devolver el dinero robado más una indemnización del 30% por daño material y moral.
Así lo informaron a LA NACION fuentes judiciales. Los dos sentenciados, identificados como Cristian y Braian Demetrio, debieron devolver 141.537 dólares (el total de lo que robaron más la indemnización) para recuperar la libertad y comenzar la pena de cumplimiento condicional.
Los sospechosos fueron identificados después de una investigación llevada adelante por el fiscal Alejandro Musso y su equipo de auxiliares, con la colaboración de detectives de la Subdelegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Vicente López y personal de la comisaría de Villa Martelli.
El primer caso por el que llegaron a juicio los estafadores ocurrió el 19 de mayo pasado. Ese día, a las 9.40, Elsa G. recibió una llamada telefónica a su línea fija. Una joven que dijo ser su nieta le pidió que buscara todo el dinero que tuviera en su casa para dárselo al contador del banco, que pasaría a buscarlo por su departamento.
Efectivamente, 50 minutos después, una persona se presentó en el edificio donde vivía Elsa G. y se presentó como el contador. La mujer le entregó un paquete. Pero, a los pocos minutos, la víctima recibió una nueva llamada de su supuesta nieta, que le dijo que debía darle más dinero al empleado del banco.
A las 10.38, el falso contador volvió a presentarse en el inmueble y retiró otro “paquete”. El botín, en esa primera estafa, fue de 40.000 dólares, 100.000 pesos y 20.000 reales.
Dos días después, el 21 de mayo pasado, otra vecina de Villa Martelli cayó en la misma trampa. En esa oportunidad, Ángela N. recibió una llamada de una muchacha que se presentó como su bisnieta y le pidió que buscara todos los dólares que tuviese en su casa y que en un rato se los entregara a un empleado del banco de su máxima confianza que iba a pasar a buscarlos.
A las 12.45, 55 minutos después de la llamada, el falso empleado del banco se presentó en el edificio donde vive Ángela N. y se fue con 40.000 dólares y 11.000 euros.
El tercer hecho que les adjudicaron a los Demetrio ocurrió el 2 de junio pasado. En ese caso, la víctima fue Julio A., otro vecino de Villa Martelli. Esa mañana, el hombre recibió una llamada de una joven que dijo ser su sobrina. La muchacha le dijo que estaba en el banco con su pareja y que necesitaba los números de serie de los dólares que tenía ahorrados. Le avisó que un oficial de cuentas se iba a dirigir a su domicilio a retirar ese dinero.
Al rato, los sospechosos llegaron en un Renault Clío. Según el expediente judicial, Cristian Demetrio, como sucedió en los dos casos anteriores, descendió del auto y fue al encuentro de la víctima, que le entregó 10.000 dólares, 5000 pesos uruguayos y 10.000 pesos de moneda nacional.
Además del Renault Clío, los delincuentes utilizaban un Fiat Cronos. Las chapas patentes de ambos vehículos fueron incorporadas al sistema lector de matrículas conocido como LPR de la Municipalidad de Vicente López.
“Cuando el sistema LPR detectó que la chapa patente correspondiente al Fiat Cronos ingresó en el distrito, se activó la señal de alarma y poco después se pudo detener a los sospechosos”, dijo una fuente del caso.
Luego, en un allanamiento se secuestró el Renault Clío utilizado en el último golpe. “Uno de los delincuentes había viajado desde Córdoba para hacer las estafas”, explicó una fuente del caso.
Según se desprende del expediente judicial, las víctimas prestaron su conformidad para el acuerdo de juicio abreviado. Se determinó que a Elsa G. debían devolverle 58.185 dólares (lo robado más intereses); a Ángela N., US$68.900, y a Julio A., 14.452 dólares.
El acuerdo de juicio abreviado fue homologado por juez de Garantías Esteban Rossignoli y ahora un tribunal oral de San Isidro deberá dictar la sentencia final.
“Lo novedoso de este caso es la decisión de hacerles pagar un 30% del valor de lo robado en concepto de multa o indemnización. Se trata de un concepto denominado ‘daño punitivo que tiene como objetivo que los acusados encontrados culpables de un delito no solo reciban una pena de prisión, sino también un castigo pecuniario”, explicó una fuente judicial.
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