"Cuando está consciente me dice que no quiere vivir así": el duro trance del chico de 10 años atropellado por un expiloto de TC
"Cuando está consciente me dice que no quiere vivir más así. Yo le pido que haga un último esfuerzo, pero el otro día me contestó: ‘Mamá, me parece que vos me mentís. Esto no se termina nunca’", contó Rocío Dusek a LA NACION sobre el calvario que vive día a día por la salud de su hijo. Thiago Joel Franco tenía 5 años cuando fue víctima de un incidente vial ocurrido en 2014 y protagonizado por Eduardo "Lalo" Ramos, excampeón del Turismo Carretera (TC).
Fue en el kilómetro 19 de la ruta 226, cerca de Sierra de los Padres. El expiloto conducía alcoholizado y a alta velocidad y chocó desde atrás el auto en el que viajaba la familia Franco.
El 29 de marzo de ese año la vida de esta familia cambió para siempre. Thiago aún padece internaciones y tratamientos médicos porque fueron muchas las secuelas que le quedaron. Los últimos días debió ser internado en centro médico FLENI porque sus problemas neurológicos no mejoran a pesar de la medicación que le suministran.
"Le dieron de alta el fin de semana con pautas de alarma y cuando su médica de cabecera vuelva de sus vacaciones verá los estudios que le hicieron. Por lo que sabemos dieron mal: se ve que está teniendo descargas provenientes de la lesión neurológica que sufrió. Toma tres anticonvulsivos y aun así sigue teniendo crisis", contó Rocío.
Hace unas semanas también se descubrió que padece leucopenia: una enfermedad de la sangre producida por la baja producción de leucocitos o glóbulos blancos. "Los estudios de rutina cada vez nos dan menos esperanzas de evolución porque siguen apareciendo secuelas. Ahora, este diagnóstico de una leucopenia, que por el momento es moderada, nos preocupa porque si sigue empeorando lo llevaría a necesitar un trasplante de médula que Thiago no podría resistir", explicó la madre.
Hoy, para movilizarse, el chico necesita valvas para tener estabilidad en sus pies, porque camina en puntas de pie y eso provoca que sus talones de Aquiles estén al borde de cortarse. Para dormir necesita equipamiento, como una manta de peso encima para que sepa dónde está su cuerpo y poder conciliar el sueño. También padece de epilepsia y no reconoce rostros.
Thiago es un constante luchador. Va a un colegio de matrícula reducida al que asiste con un acompañante terapéutico y tiene seis compañeros en el aula. Todos los días hábiles asiste a terapias: va al psicólogo, al fonoaudiólogo y al kinesiólogo, entre otros.
Si bien el niño pone todas sus fuerzas para recuperarse y estar estable, la familia también es un factor muy importante en su vida. "Cuando lo veo sufrir tanto me siento muerta en vida porque no sé cómo ayudarlo. Es un sufrimiento que no se va nunca", dijo su madre.
"Cuando mi hijo recae trato de ser fuerte, pero hay ratitos que intento desahogarme y poder llorar porque me agarra una mezcla de todo: angustia, impotencia, odio, porque todo lo que le pasa es por culpa de una persona que dañó su futuro. Los médicos nos dicen que hay que disfrutarlo día a día porque su cuadro se va complicando con el tiempo", agregó.
Eduardo "Lalo" Ramos y el juicio abreviado
Por este caso el expiloto fue condenado a dos años y seis meses de prisión en suspenso y quedó inhabilitado para manejar por cuatro años, condena que se cumplió el año pasado.
"Goza de libertad, mientras que mi hijo tiene una condena en su vida. Sufrimos todos a la par de él; ver a un hijo sufrir es lo peor que hay", comentó Rocío.
Aunque tenían fecha para un juicio oral y público, se realizó uno abreviado, de lo que Rocío no se enteró. "Denuncié al fiscal porque lo arreglaron a espaldas nuestras; discutí con él y me contestó que tenía el consuelo de tener a mi hijo vivo. Me puse como loca, tengo a mi hijo vivo pero a base de qué?, vive sufriendo, me siento muerta en vida", dijo Rocío.
Pedido de ayuda
"La obra social no cubre todas las consultas. Para ver a la neuróloga son 6500 pesos. El único que trabaja es el papá del nene porque yo tengo que estar con Thiago y hacer un montón de trámites médicos. Si bien hay reintegros, tardan entre 60 y 90 días", explicó Rocío.
"Necesito que, tengan la religión que tengan, incluyan a Thiago en sus cadenas de oración. Hoy nuestra esperanza se encuentra ahí", aseguró.
Para colaborar con Thiago y su familia se abrió una cuenta bancaria: Banco Nación, Sucursal 1185, Número 1481427685, CBU: 01101481-30014814276851, a nombre de Rocío Dusek.
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