Se develó el misterio de cómo el israelí Gilad asesinó a su mamá
El doble crimen de las ciudadanas israelíes en Mendoza sigue causando conmoción y reportando detalles espeluznantes. Mientras las hermanas Pyrhia Saroussy (63) y Lily Pereg (53) ya descansan en paz en su país natal, se develó este miércoles el misterio de cómo dejó de existir la mayor, mamá de Gilad Saroussy Pereg (37), el único imputado por los homicidios. Según el informe de la necropsia, luego de realizar análisis anatomopatológicos de los órganos se constató que la causa de la muerte de la mujer fue "estrangulamiento con lazo".
De esta manera, se completó el informe final sobre la forma en que murieron las extranjeras. Días atrás se conoció cómo falleció la tía del hombre. De acuerdo al estudio forense, Lily recibió tres disparos de arma de fuego, con un revólver calibre 38.
Las mujeres, luego de un largo viaje y proceso judicial hacia Israel, finalmente en la tarde de este martes recibieron el último adiós en el cementerio de Rehovot, a 20 kilómetros de Tel Aviv. En una ceremonia religiosa íntima, sus familiares las recordaron y buscaron darle cierre también a sus sentimientos sobre el accionar de Gilad. "Su último viaje fue para ayudar a un hijo con enfermedad mental, un hijo que le causó tanto dolor, un hijo que mató su vida, que él consideró inútil. Uno no puede entender las acciones de una persona que ha perdido la cabeza. Tampoco traemos odio en nuestras almas a su asesino. Tal odio, que no tiene ningún propósito, solo contaminará nuestras almas y no beneficiará a nadie", dijo Moshe Pereg, hermano de las mujeres, frente a los familiares y amigos presentes.
Gilad Saroussy Pereg seguirá tras las rejas, imputado por homicidio agravado por el vínculo, en el caso de su mamá, quien, además de ser estrangulada, recibió una fuerte golpiza, y por homicidio simple agravado por el uso de armas, en el caso de su tía. Ambas fueron arrastradas hasta un pozo, donde quedaron tapadas con tierra y piedras. Se constató además que tenían heridas post morten: barrillas de hierros las atravesaban por todo el cuerpo, sobre todo en la zona genital.
Pyrhia y Lily arribaron a Mendoza el viernes 11 de enero y se hospedaron en un departamento céntrico. El sábado se dirigieron a la casa del joven, ubicada a unos 5 kilómetros, en Guaymallén, con quien pasaron toda la jornada, hasta que aseguró las acompañó a tomarse el micro, cerca de calle Roca. También, contó que el domingo debía reencontrarse con ellas, pero dijo que no logró ubicarlas. Por eso, el lunes, radicó la denuncia correspondiente. Finalmente, durante la búsqueda, que duró casi dos semanas, se comprobó que mentía. Así, pasó de ser el principal testigo al único imputado del doble crimen.
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