Crimen gremial. Detuvieron a cuatro miembros de un clan narco por el asesinato del chofer del dirigente de la Uatre Pablo Ansaloni
Los allanamientos se centraron en la cárcel de Piñero, en Rosario, donde están presos tres integrantes del clan Romero; también detuvieron a quien trasladó al sicario hasta Colón para asesinar a Mauricio Cordara
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ROSARIO.- Cuatro detenciones se produjeron en el marco de la causa que lleva adelante la fiscal bonaerense Magdalena Brandt por el crimen del dirigente de UATRE Mauricio Cordara, chofer y mano derecha del exdiputado y gremialista Pablo Ansaloni.
Un punto clave de los allanamientos que ordenó la Justicia bonaerense fue la cárcel de Piñero, ubicada a 20 kilómetros de Rosario. Allí fueron detenidos por esta causa tres presos que pertenecen al clan Romero, que habrían estado a cargo del plan para ejecutar a Ansaloni.
Según surge de la investigación, el exdiputado nacional era el verdadero blanco del ataque del 18 de noviembre pasado en la ciudad de Colón. Como ese día Ansaloni estaba de campaña en Misiones, de cara a las elecciones en el gremio, que se realizaron el 30 de diciembre y ganó su rival, José Voytenco, Cordara se encargó de llevar a la familia del dirigente de UATRE a su casa en Colón. En la puerta de la residencia, después de que Cordara estacionara el auto y se bajara junto con el hijo de Ansaloni, apareció un sicario y ejecutó con una pistola .380 al chofer.
La investigación de la fiscal Brandt se centró, en esta primera etapa, en identificar a los autores materiales del asesinato, que conmocionó a la localidad de Colón, una plaza fuerte del gremio de peones rurales.
El sicario, que vestía jean, remera y una gorra, viajó el 18 de noviembre desde Rosario en un Fiat Palio rojo, acompañado por otro joven, según se detectó en el registro de las cámaras de seguridad.
El 29 de noviembre, efectivos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de Rosario detuvieron en el barrio Nuevo Alberdi, en la ruta 34, a Ramón Vallejos, padre de Hernán, conocido como Lichi, jefe del clan Romero.
A partir de esa punta la investigación avanzó hacia los autores materiales, que están identificados pero aún no fueron detenidos.
El Fiat Palio que se usó para el homicidio de Cordara había sido robado días antes en el partido bonaerense de Esteban Echeverría. Luego, Vallejos compró el auto que se utilizó para hacer “el trabajito”, como se refirió al crimen en los diálogos telefónicos que mantenía con otros miembros de la banda.
Hasta ahora, en la investigación no llegaron a dar con los autores intelectuales del crimen. Perdió fuerza en la causa la hipótesis de una interna gremial en UATRE, que era la principal tras los primeros días. No está descartada, según aclararon los investigadores, que ahora sospechan que el homicidio podría estar relacionado con una eventual deuda de dinero del exdiputado nacional.
En la cárcel de Piñero fueron detenidos por esta causa Ramón Vallejos, antes preso por adulteración del vehículo, y otros dos reclusos: Alonso Ayala y otro de apellido Sosa, que forman parte de la banda. En el allanamiento en el pabellón Nº20 de la Unidad Penal Nº11 se secuestraron 20 teléfonos celulares. Estos tres reclusos intervinieron en la adquisición del auto que se usó en el asesinato.
En una casa en el barrio Hostal del Sol, cercano al aeropuerto de Rosario, fue detenido Sebastián Burgos, quien sería quien fue el chofer del sicario que ejecutó a Cordara. Fue allanada también una casa en Pasaje 13107 donde fue demorada Marilín A., de 25 años, quien habría cobrado el dinero por el robo del auto, que luego “vendió” de manera ilegal al clan Romero.
Negocios de familia
Los Romero son una histórica banda que, como la mayoría, se dedicaba a los delitos más comunes, como entraderas y robos, y derivó a un perfil con una base de recaudación con el manejo de la venta de drogas en esa zona cercana a la ruta 34. También, como ocurre con otras organizaciones criminales, como Los Monos, es un clan familiar, liderado por Lichi, que está preso y fue condenado en octubre de 2018 a 20 años de prisión por una ristra de delitos violentos.
En el caso de Lichi, los fiscales detectaron que a pesar de que nunca en su vida tuvo actividad laboral registrada, logró comprar un BMW modelo 323i, valuado en unos 20.000 dólares. Su primo Gastón Romero, que tampoco posee ingresos legales, adquirió en octubre de 2014 un Citroen C4 por 13.000 dólares. Cinco meses después compró un Mini Cooper por 17.000 dólares.
Los Romero se aliaron en 2018 con otra banda de la zona, liderada por Emanuel Sandoval, alias Ema Pimpi, exsoldadito de Esteban Lindor Alvarado que tomó protagonismo por admitir ante la Justicia que había sido el autor del atentado contra el exgobernador santafesino Antonio Bonfatti, en 2013.
El 25 de octubre pasado, Pimpi fue asesinado en un ataque comando en una mansión de la zona norte de Rosario donde cumplía prisión domiciliaria, una residencia que alquilaba a través de un amigo y testaferro, Matías Lange, a una inmobiliaria donde el propietario de la casa, el camarista Oscar Puccinelli, había puesto el inmueble en alquiler.
Quién ordenó el crimen de Cordara es aún un misterio. Ahora la fiscal tratará de profundizar sobre los autores materiales y tratará de identificar quién podría haberle pagado al clan Romero para llevar adelante este atentado.
Las elecciones en Uatre, telón de fondo
El crimen se produjo en un contexto particular de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores. Por primera vez desde 1991 compitieron dos listas por la conducción del sindicato de peones rurales, que hasta 2017 tuvo como líder absoluto a Gerónimo Venegas, quien falleció ese año.
En la elección que se realizó en Bahía Blanca, Ansaloni, hombre cercano al ministro de Economía nacional, Sergio Massa, era el candidato por la lista Celeste. Perdió frente a José Voytenco, quien denunció a su rival por manejos irregulares en la obra social.
La sospecha más fuerte en el inicio de la investigación fue que el asesinato de Cordara estaba relacionado con la fuerte tensión interna en la UATRE de cara a las elecciones de diciembre pasado. Pero hasta ahora no hubo nadie del gremio detenido ni acusado.
Los investigadores no descartan otros posibles móviles, incluso, aquellos que están vinculados al entorno de la víctima, que tenía un hermano que era policía santafesino, o a cuestiones por “pasionales”.
Pero durante las últimas semanas ganó fuerza en la investigación la posibilidad de que el asesinato esté vinculado a cuestiones económicas en torno al exdiputado nacional, que después del ataque contra su chofer agitó la hipótesis de que el homicidio era parte de una disputa gremial por un sindicato que tiene una caja millonaria.
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