Crimen en Ramos Mejía. El hijo del kiosquero pidió que el asesino de su padre “se pudra en la cárcel”

El hijo del kiosquero Roberto Sabo, asesinado el domingo último durante un asalto en su comercio de Ramos Mejía, partido de La Matanza, pidió esta mañana que el hombre detenido por el crimen de su padre “se pudra en la cárcel y tenga su perpetua”.

“Pedimos que se haga justicia y que verdaderamente marque algo lo de mi papá, que no sea una cosa más. Que [Leandro Daniel Suárez] se pudra en la cárcel y tenga su perpetua y que la chica también, porque ella sabía muy bien lo que estaba haciendo, o sea fue cómplice”, afirmó Nicolás, de 25 años.

A la tarde, minutos antes de partir hacia el sepelio, en una casa velatoria de Morón, Nicolás habló con LA NACION en la puerta del kiosco. Sobre el apoyo de la gente en la marcha de ayer, afirmó: “Espero que esto sirva para poder hacer un cambio grande, aparentemente y lo agradezco, porque parece que mi viejo va a tener justicia. Es feo decir esto de esta manera, pero al ser un caso que se tornó tan público me parece que nadie (Justicia, autoridades) va a querer correr ningún riesgo y se va a hacer justicia por mi viejo”.

“Agradezco eso por mi viejo, pero también hay mucha gente que quiere vivir y quiere estar en paz, y las cosas tienen que cambiar. Unos gritan contra Macri, otros, contra Cristina, eso puede estar dividido. Pero ayer se vio a toda la gente coreando el nombre e insultando a la misma persona [Fernando Espinoza, el intendente de La Matanza], y eso no es casualidad: es causalidad, es porque algo hiciste mal mucho tiempo para que pase eso”, dijo Nicolás Sabo.

En cuanto a la factibilidad de que se haga una marcha de antorchas hacia la Plaza de Mayo para exigir justicia por el caso de Roberto Sabo, Nicolás, afirmó: “Quiero aclarar que nosotros no organizamos ninguna marcha. Si la quieren hacer en nombre de mi papá es bienvenida, mientras sea pacífica y con respeto. Nosotros, si hacemos algo, seguramente lo avisaremos y será acá, en Ramos Mejía”.

Casos anteriores

El joven afirmó que hace unos años hubo en el kiosco algunos episodios de inseguridad (sufrieron un robo en 2017), pero no “con esta frialdad”.

“Te pedían las cosas y se iban, o lo máximo fue que los encerraran en el baño y se llevaran las cosas del local, pero con esta frialdad que lo mataron, no. Ellos sabían muy bien lo que hicieron porque se cambiaron [de ropa dentro de un supermercado]; sabían que habían acabado de matar a una persona, hicieron varios delitos juntos; no tienen defensa”, señaló.

Nicolás dijo que “ahora vendrá el momento más duro”, ya que nunca padeció el fallecimiento “de nadie cercano” y hoy le toca hacer todo esto por su padre.

“Mi hermano ayer dijo que se quiere ir del país, cuando pasó esto con mi novia dijimos ‘nos vamos’. Antes dudaba, porque pensaba ‘lo voy a dejar a mi viejo solo en el laburo’… y ahora me dejó solo él”, indicó.

El hijo de la víctima sostuvo que él y su padre trabajaban de “domingo a domingo” y ambos buscaban “la manera de tener un descanso cada uno”.

“Cuando agarramos el celular de él lo desbloqueamos y lo primero que había era una página de viajes con la que nos íbamos nosotros, que seguramente nos quería llevar para compartir más momentos juntos, él hacía todo por nosotros”, destacó.

El muchacho agradeció al ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, que “tuvo la decencia de venir y de dar la cara” y también al economista y candidato a diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires, Javier Milei, quien se comunicó vía telefónica.

De su papá, dijo: “Era lo más grande que hay, un trabajador ‘de la san puta’, como mi abuelo. Le mando un beso donde esté, voy a ocupar muy bien su lugar”.

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