Crimen en Palermo. Se conoció el resultado de la autopsia: el ingeniero sufrió “una estocada” mortal en el corazón
Mariano Barbieri, la víctima, tuvo una lesión en la pleura de entre seis y siete centímetros, según el informe de la necropsia
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Mariano Barbieri, el ingeniero asesinado en Palermo para robarle el teléfono celular, sufrió una lesión de arma blanca de entre seis y siete centímetros que le “afectó la pleura, el pericardio y la aurícula derecha”. Así lo determinó el adelanto de la operación de autopsia. “Fue una estocada en el corazón”, resumió a LA NACION una fuente al tanto de la necropsia.
Esta mañana, el fiscal Marcelo Munilla Lacasa, a cargo de la investigación, se reunió con detectives de la División Homicidios de la Policía de la Ciudad, para analizar las pruebas reunidas hasta el momento y tratar de avanzar en la identificación del homicida.
“Como consecuencia de la puñalada, la víctima sufrió una lesión de entre seis y siete centímetros que afectó la pleura, el pericardio y la aurícula derecha. Fue una herida mortal, una estocada en el corazón”, explicó a LA NACION una fuente judicial después de analizar el adelanto de la autopsia.
Según informó la agencia de noticias Télam, la necropsia fue realizada ayer en la morgue judicial del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial de la Nación y estuvo a cargo de la médica legista Cristina Bustos.
Si bien falta el resultado de los peritajes para confirmarlo, el arma homicida sería el cuchillo de cocina con manchas de sangre que el periodista de C5N Diego Lewen encontró en la plaza Sicilia.
Fernando Barbieri, el hermano del ingeniero, contó que instantes antes de ser asesinado y con el celular que le robaron, la víctima llamó a su pareja porque su bebé lloraba y no se podía dormir.
”Unos minutos antes habló con ella [por Maricel González Flores]. En las cámaras se lo ve, que va con el celular, va con la remera, sin buzo ni campera ni nadie que lo siga atrás. Salió a los bosques porque había luna llena y él está muy metido con eso y por eso fue. Y un ratito antes, habló con Maricel, porque su bebé recién nacido, de dos meses, no se podía dormir”, sostuvo Fernando en la puerta de la velatoria de San Fernando, donde a partir de las 16 serán despedidos los restos.
A casi 36 horas del homicidio del ingeniero civil, que había sido padre hace poco más de dos meses, los investigadores tienen otra certeza: el teléfono celular de la víctima está inactivo.
“El asesino apagó el móvil. Intentamos localizarlo, pero no tuvo actividad. Chequeamos si el delincuente llegó a utilizar la billetera virtual de la víctima, pero no tuvo uso”, explicó un investigador.
Por los dichos de un testigo y por las imágenes de las cámaras de seguridad que captaron la huida, el fiscal Munilla Lacasa y los detectives de la Policía de la Ciudad, saben que en el crimen actuó un solo delincuente.
El crimen ocurrió anteanoche, cerca de las 22.45. La víctima entró en una heladería de la avenida del Libertador y Lafinur, para pedir ayuda y se desplomó. “No quiero morir”, le había llegado a decir a un testigo. Murió poco después en el hospital Fernández.
Por las pruebas reunidas hasta el momento, los investigadores tienen como hipótesis que el móvil del homicidio fue el robo. “El sentido común indica que a la víctima la mataron para robarle. Llegó a la heladería sin el teléfono celular. Tampoco tenía la billetera, pero no sabemos si había salido con la billetera”, dijo un investigador consultado.
El jefe de la Superintendencia de Investigaciones de la Policía de la Ciudad, Miguel Ángel Fornaro, precisó, en diálogo con LN+, que desde que Barbieri arribó al parque hasta que se fue de él, ya malherido por el asaltante, no pasaron más de cinco minutos, según el registro de las cámaras a las que tuvieron acceso. Fue durante ese lapso de tiempo que la víctima fue atacada por una persona. El comisario dijo que hubo un llamado puntual al 911 que describió a un único agresor.
Fuentes de la investigación afirmaron a LA NACION que las descripciones hechas por ese testigo coinciden con las imágenes captadas por una cámara de seguridad del gobierno porteño instalada en la zona. “Ahora, con filmaciones de cámaras de seguridad privada intentaremos reconstruir la fuga del sospechoso”, agregaron los voceros consultados.
“Ese mismo testigo nos ubicó a la persona damnificada [Barbieri] en Del Libertador y al autor del hecho en la esquina de las avenidas Berro y Casares”, explicó el jefe policial. Entre el cruce de esas calles (frente a uno de los ingresos del Jardín Japonés) y la heladería Cremolatti donde la víctima solicitó ayuda -ubicada en Del Libertador y Lafinur- hay alrededor de 300 metros de distancia en línea diagonal, cruzando el parque.
El comisario Fornaro explicó: “Entiendo que Berro y Casares es la dirección de fuga [del ladrón], pero no estoy en condiciones de decir si luego se fue hacia Figueroa Alcorta, a Sarmiento o hacia Salguero”.
Fuentes de la investigación afirmaron a LA NACION que las palabras dichas por el testigo coinciden con las imágenes captadas por una cámara de seguridad del gobierno porteño instalada en la zona. “Ahora, con filmaciones de cámaras de seguridad privada intentaremos reconstruir la fuga del sospechoso”, agregaron los voceros consultados.
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