Crimen en La Delfina: un ataque por detrás, un movimiento constrictor y una fuerza tal que le cortó la cervical a la víctima
La médica forense Silvina Aguirre, facultativa que hizo la autopsia, declaró como testigo y contó detalles de cómo mataron al ingeniero Roberto Eduardo Wolfenson Band
- 5 minutos de lectura'
Su afirmación fue categórica. “Me alcanzó con ver el cuerpo para saber que fue un homicidio y darme cuenta de que tenía signos de defensa”, sostuvo la médica forense Silvina Aguirre, facultativa que hizo la autopsia sobre el cadáver del ingeniero Roberto Eduardo Wolfenson Band, asesinado en su casa del country La Delfina, en Pilar, hace casi dos semanas. Después describió cómo fue el ataque mortal: “por detrás de la víctima, un movimiento constrictor y fuerte en el cuello que causó el corte de la cervical”.
Aguirre declaró ayer ante el fiscal de Pilar Germán Camafreita, funcionario a cargo de la investigación del homicidio de Wolfenson Band. Fue una larga audiencia que se hizo de manera virtual. El representante del Ministerio Público había recibido el protocolo de la autopsia hace una semana, pero quería despejar dudas sobre cuestiones como la data de muerte y la metodología del ataque.
“La médica forense dijo que la víctima no tuvo sobre vida, no sufrió agonía. El ataque terminó con el fallecimiento. El arma homicida fue un pedazo de tanza, un hilo o un cable bastante consistente para constreñir y cortar. Las lesiones que tenía en las manos y en las cervicales son concordantes y simultáneas”, dijeron a LA NACION fuentes al tanto de la declaración de Aguirre.
La facultativa reiteró que el ingeniero presentaba signos de defensa. “La escena del crimen fue el lugar del hallazgo del cuerpo [una habitación de la planta alta de la casa de la víctima que solían utilizar las visitas que se quedaban a dormir]. En principio, fue un solo atacante. Aguirre dijo que el cadáver no había tenido movimiento y explicó que lo podía afirmar por las livideces que sola estaban en la parte dorsal, que fue la posición del cuerpo cuando fue encontrado”, agregaron las fuentes consultas.
Wolfenson Band se defendió y luchó por su vida. Las lesiones en sus manos fueron consecuencia de que hizo “contra fuerza” para impedir que lo ahorcaran.
“Aguirre reiteró que la data de muerte era de entre 18 y 24 horas anteriores al momento de que comenzó la autopsia”, dijeron las fuentes consultadas.
La franja horaria en la que, según la necropsia, ocurrió el homicidio es entre las 13 y las 19 del viernes 23 de febrero. Pero el asesino tuvo que haber actuado hasta poco antes de las 17, porque a esa hora llegó al country el profesor de piano que le daba clases a domicilio a la víctima.
Fue a partir de la llegada a la casa del lote 498 del profesor de piano que se descubrió la muerte del dueño de casa. La última persona que lo vio con vida, sin contar al asesino o asesina, fue la empleada doméstica que trabajó el jueves pasado en la casa de la víctima.
La mujer declaró como testigo y aportó un detalle que no pasó por alto a los investigadores: el día que encontraron muerto al ingeniero vestía la misma ropa con la que lo vio el último día que trabajó en la casa: una chomba anaranjada, pantalón tipo jogging azulado y con unas Crocs.
Además, un amigo de la víctima que se presentó espontáneamente a declarar afirmó que el ingeniero era una persona a muy prolija y coqueta y que para él es muy poco probable que dos días seguidos se vistiera igual”.
Ese testigo también sostuvo que el jueves 22 de febrero, el día que fue visto con vida por última vez, intentó comunicarse por WhatsApp para proponerle ir a caminar, pero el mensaje no le llegó, “quedó con una sola tilde”.
Ese mismo día le mandó otro mensaje para invitarlo a cenar la noche siguiente, pero tampoco tuvo respuesta.
Además, otro dato llamó la atención de fuentes con acceso al expediente: no se encontraron, en el tracto digestivo de la víctima, indicios de ingesta reciente de comida; a partir de ese dato deducen que Wolfenson Band no habría cenado la víspera del hallazgo de su cuerpo exánime, a las 17 del viernes 23 de febrero pasado.
La declaración de Aguirre cuando dijo que le alcanzó con ver el cuerpo para darse cuenta de que había sido un homicidio podría complicar a médico de la policía bonaerense Marcelo Rodrigué, facultativo que estuvo en la escena del crimen y, después de revisar el cuerpo, sostuvo que el ingeniero había sido víctima de un infarto de miocardio.
En las últimas horas, el fiscal Camafreita denunció a Rodrigué ante la posibilidad de que haya cometido un delito de acción pública y la causa recayó en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 4 de Pilar, conducida por el fiscal Gonzalo Agüero.
“Nadie que ve esa escena pensaría que esa muerte se produjo por un infarto. Vi las fotos, no soy médico, pero está claro que por la gran cantidad de sangre y las lesiones que se observan, por lo menos tendría que haber dictaminado una muerte dudosa. Fue un homicidio de manual”, había dicho días atrás el abogado Tomás Farini Duggan, representante de los hijos de la víctima, Esteban y Laura Wolfenson.
Otras noticias de Pilar
Más leídas de Seguridad
Todos chilenos. Fueron expulsados cinco delincuentes que hacían entraderas en la Ciudad
“Me quiso matar como a un animal”. El estremecedor relato de la mujer apuñalada 28 veces por su expareja en Núñez
Siete de cada diez robos de autos en Buenos Aires son cometidos con armas de fuego
ADN del crimen. La búsqueda de Loan termina en silencio y sin pistas sobre el destino del chico desaparecido en Corrientes