Cayó el líder de la banda que engañó y asesinó a un cambista que fue a vender dólares a Don Torcuato
Se trata de Braian Bogado, que fue arrestado en Campana; sigue prófugo el encargado de alquilar el departamento donde ocurrió el homicidio
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A Germán Sallemi lo mataron el 16 de febrero pasado en un departamento alquilado en el Hindú Club, en Don Torcuato, en Tigre, cuando fue a concretar una operación de venta de dólares. Su “servicio” de cambio de divisas lo ofrecía en redes sociales. Los asesinos se hicieron pasar por clientes para robarle. En las últimas horas, fue detenido un joven de 28 años que, para la policía bonaerense, es el jefe de la banda.
Así lo informaron a LA NACION fuentes del Ministerio de Seguridad bonaerense. Braian Ezequiel Bogado, de 28 años, fue arrestado ayer junto con un cómplice por haber robado las chapas de un techo de una casa situada en Campana. “La comprobación de identidad reveló que sobre Bogado pesaba un pedido de captura activo por el delito de homicidio agravado criminis causae”, explicaron los voceros consultados.
La investigación del homicidio de Sallemi, a cargo de la fiscal Virginia Toso, todavía tiene un prófugo. Se trata de Sergio Steimbrecher, de 21 años y conocido por su alias de “Siete″. La representante del Ministerio Público indagará a Bogado en las próximas horas.
Sallemi, de 25 años, fue asesinado el mediodía del viernes 16 de febrero en el departamento 513 del piso quinto del complejo Hindú Club, en Don Torcuato. Llevaba dólares que sus supuestos clientes querían comprar. No se pudo acreditar cuánto dinero llevaba.
“Lo asfixiaron hasta darle muerte”, sostuvieron fuentes de la causa. Para la Justicia, del plan criminal, participaron cinco delincuentes: Steimbrecher, Bogado y otros tres sospechosos que ya fueron detenidos: Nicolás Alberdi, de 23 años, Santino Mármol, de 18, joven apresado en el country San Diego de Moreno, y Facundo Barrionuevo, de 23 y que fue capturado en la casa de una exnovia, en Pilar.
Fuentes judiciales explicaron que tres de los cinco sospechosos ingresaron en el departamento para esperar a Sallemi. Los otros dos esperaron en las cercanías del edificio del Hindú Club.
El departamento donde mataron a la víctima había sido alquilado con una identidad falsa por cinco días. Las negociaciones con el propietario del inmueble estuvieron a cargo del prófugo y de Mármol, sostuvo una calificada fuente con acceso al expediente.
“Mármol y Steimbrecher intervinieron tanto en la ejecución y consumación, así como en la planificación previa del hecho delictivo, desarrollando la logística necesaria, aportando movilidad [vehículos], elementos como los precintos plásticos utilizados para atar a la víctima y engañando al propietario del departamento por medio de una identidad falsa, concurriendo al inmueble a tomar posesión para, después, posibilitar el ingreso del resto de los integrantes de la gavilla delictiva y de la víctima”, según se desprende del expediente judicial, al que tuvo acceso LA NACION.
Los investigadores sospechan que Sallemi no fue el primer cambista “blanco” de esta banda delictiva. “Si bien no hay denuncias de otras víctimas, tenemos la pista de que los delincuentes se dedicaban a ganarse la confianza de financistas que se dedican a la compra y venta de dólares en negro y, después, los citaban para hacer una ´operación grande´ y les robaban. En este caso, terminó con un asesinato”, explicaron las fuentes consultadas
Los detectives de la policía bonaerense que participan de la investigación pudieron acreditar que tras el homicidio de Sallemi los sospechosos se fueron del Hindú Club con el dinero sustraído en dos autos, un Ford Focus y un Crevrolet Cruze.
Según consta en la causa, Bogado, Barrionuevo y Alberdi “abordaron a la víctima y, mediante el uso de violencia física, la golpearon y la sujetaron con precintos y toallas en sus muñecas y pies. Para concretar la sustracción de sus pertenencias y lograr su impunidad, mediante asfixia mecánica que aplicaron sobre su cuello, le produjeron la muerte, dándose inmediatamente a la fuga”.
La fiscal Tosso imputó a los cinco sospechosos de los delitos de homicidio agravado criminis causae y por el concurso premeditado de dos o más personas en concurso real como robo calificado por su comisión en lugar poblado y en banda. En caso de ser encontrados culpables en un juicio oral y público, serán condenados a la pena de prisión perpetua.
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